Ulises Fonseca
Temas como los feminismos, crisis ambiental,
diversidad de género, derechos culturales, nuevas masculinidades y estrategias
y políticas comunitarias, entre otros, fueron compartidos en el cierre del Encuentro
Nacional de Cultura Comunitaria Levadura, realizado en la Ciudad de México
(CDMX) entre el 17 y el 20 de julio.
La exposición referida fue realizada por los
promotores en el Centro Cultural Los Pinos, espacio donde acudieron titular del
Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) Lucina Jiménez y el
secretario de cultura de la CDMX, José Alfonso Suárez del Real y Aguilera.
El propósito de esta exposición, llamada "Casa
13", fue la socialización de las conclusiones, observaciones y propuestas
que surgieron a partir del trabajo de diálogo y reflexión llevado a cabo en las
doce mesas, llamadas casas, realizadas entre el jueves 18 y el viernes 19 en el
Faro de Oriente.
Fue, como se diría coloquialmente, un trabajo en
equipos seguido por la exposición general, para compartir conocimiento entre la
comunidad de promotores culturales y hacerlo llegar a quienes toman desiciones
en cuanto al ejercicio de la política cultural.
Las casas
A continuación se muestra una parte de lo que se
expuso en cada casa
Casa 1 Formas de organización
En este lugar, Emanuel Audelo, integrante de la
asociación Habitajes, tomó la palabra para comentar que hubo varias preguntas y
a partir de éstas se estableció que es necesario apostar por un trabajo en
términos horizontales, así como generar empatías.
Casa 2 Estrategias políticas y comunitarias
Verónica Zepeda, representante del ayuntamiento de
Tijuana, tomó la palabra para afirmar que es deseable tener modelos de cultura
comunitaria basados en tres principios: el respeto por el otro, tequio y
reciprocidad.
Asimismo, se recomienda que los agentes culturales
dejen de lado el "yo" y las lógicas de intervención para escuchar a
las comunidades: "necesitamos participar con una escucha activa,
observación y acción no invasiva (...) promover estrategias de empoderamiento y
participación de las comunidades".
Casa 3 Haceres y saberes
Para representar al grupo que trabajó en esta área,
Luisa Velázquez, del Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario Jalisco,
tomó palabra y refirió que los participantes de ésta área reafirmaron que los
saberes no son exclusivos de la academia y la técnica, sino también de lo
cotidiano.
De hecho, afirmó que los haceres y saberes
tradicionales son fundamentales para la construcción de culturas comunitarias,
mientras que lo más importante no son los productos culturales en sí, sino la
forma de hacerlos.
Entre las propuestas que ofreció están, por mencionar algunas, las siguientes: dar continuidad a Levadura, que los participantes en las mesas sean parte del consejo de organización en el próximo Levadura, crear una base de datos sobre gestores y promotores culturales, apostar por la transparencia, así como destinar recursos para programas de desarrollo de proyectos culturales.
Casa 4 Espacios culturales y prácticas comunitarias
En este punto, Guadalupe Rodríguez y Rogelio Estada,
de la Asamblea Comunitaria Miravalle y Centro Cultural La Pirámide
respectivamente, expusieron que su equipo llegó a conclusiones como: la cultura
es necesaria debido a que permite el encuentro y detona la organización,
mientras que los procesos culturales responden a necesidades como el
restablecimiento del tejido social, la recuperación de la memoria y la apertura
de espacios para el esparcimiento.
También hicieron observaciones como el hecho de que
las instituciones de gobierno ponen trabas al desarrollo dado que delimitan la
actuación de los agentes culturales o se imponen proyectos hechos "desde
arriba" sin involucramiento de los habitantes meta.
Una propuesta que desató el furor fue la siguiente: "sería bueno que se organizara un ejército de promotoras y promotores culturales en el país, con los salarios y prestaciones como aquellos que tienen los integrantes de la Guardia Nacional".
Casa 5 Donde estamos y qué hacemos
En este espacio, Carlos Ventura, del CDH Fray
Francisco de Vitoria, afirmó que actualmente en México tenemos el reto de hacer
frente a las violencias, además de que resulta necesario evitar las
valoraciones que separan "Alta cultura" de "Baja cultura".
"Fortalecer y construir un sujeto que ejerece la
crítica y la autocrítica, así como relaciones nuevas ente instituciones y
comunidad", dijo.
Casa 6 Crisis ambiental y sustentabilidad
La palabra fue tomada por Gabriela González, del
Centro SUMA de Yucatán, para expresar propuestas como: se ocupa de generar
cambios en el modo de hacer cultura, solucionar la falta de espacios culturales
que traten el tema de lo ambiental, promover conceptos como
"sostenibilidad" y "buen vivir", apostar por las economías
solidarias y continuar con la promoción de la conciencia ambiental.
"El ambiente es cultura y vivir en un ambiente
sano es derecho de todo ser humano", dijo
Casa 7 Sanar juntas
En este espacio, hubo una comunicación de propuestas
encaminadas a la atención de problemáticas de género, como la necesidad de una
cultura que construya desde los afectos, la creación de redes de apoyo, la
apertura de espacios para la comunicación y resolución de conflictos, el
fomento a la sororidad y la difusión de una pedagogía del "nosotros".
Casa 8 Derechos culturales y justicia social
En representación de esta área, Gerardo Covarrubias,
profesor de la Universidad Iberoamericana, comentó que los integrantes llegaron
a la conclusión de que no existe una definición unívoca de "cultura
comunitaria".
Asimismo, entre las propuestas enunció: generación de mecanismos de mayor participación ciudadana en la asignación de recursos, capacitación para que los promotores conozcan las leyes de cultura y transparencia, así como el fortalecimiento de los vínculos entre agentes e instituciones.
Casa 9 Feminismos y comunidad
Un ámbito representado por la gestora cultural María
Fernanda Rejón, quien afirmó que una parte importante del trabajo fue detonado
a través de la pregunta ¿dónde los feminismos se vinculan con la cultura
comunitaria?
Frente a este cuestionamiento, afirmó que las
participantes consideraron que el ejercicio puede y debe tener relación con los
feminismos, de manera que sea posible generar espacios de diálogo y escucha,
tejer lazos afectivos por la sobrevivencia, poner el acento "en lo que nos
hermana y no en lo que nos separa", reconocer la diversidad de expresiones
y dinamizar redes de apoyo.
Por otra parte, las participantes generaron las
siguientes posturas, que fueron comunicadas por María Fernanda: "nos
negamos ser definidas por estereotipos de género, el autocuidado como acto de
resistencia, apostar por la construcción de relaciones menos tóxicas, autonomía
del cuerpo frente a la lógica de cosificación y explotación y que los varones
dejen de monopolizar discusiones y espacios de exposición".
Casa 10 Diversidad de género y políticas
Para esta área, fueron propuestas las siguientes
cuestiones: acciones de cuidado para la resiliencia, espacios seguros entre
pares, que los varones eviten la autoafirmación desde lo competitivo,
considerar a las personas discapacitadas con infraestructura de acceso.
También fue señalado que la comunidad es una
herramienta de fuerza y la obligación del estado sería impulsar la formación de
comunidades en espacios seguros y limpios.
Casa 11 ¿Nuevas masculinidades?
Antes de comunicar lo obtenido en esta mesa, Mika
Aslan, integrante del Colectivo Dragas de la Calle, y Sandra Escutia Díaz,
académica de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, recordaron que
México es un país que ocupa los primeros lugares a nivel internacional en
cuanto a feminicidios, transfeminicidios, abusos sexuales y crímenes de odio,
fenómenos que son generados desde el ejercicio de la masculinidad tóxica.
Sin embargo, más allá de comunicar propuestas,
exhibieron a sus participantes por su falta de conocimiento en el tema, en el
de los feminimos y a cartografías conceptuales.
Casa 12 Machismos y patriarcado
Luego de analizar y reconocer las lógicas del
patriarcado, a partir de los diálogos de esta casa surgieron propuestas de
acción como educar a los educadores, que los tomadores de decisiones asistan a
las acciones de sensibilización que ellos mismos promueven, así como la
creación de un machistómetro.