¿Por qué creer en el arte visual?

Guillermina (Mina) Romero es una artista que ha trasladado su quehacer visual en diferentes soportes, incluidos los muros, pues considera importante que la pintura alcance el mayor número posible de espectadores.

La obra de Mina se caracteriza por oscilar entre lo racional y lo experimental, por tener un fuerte interés en representar las emociones humanas con una técnica realista. Ella actualmente reside entre la Ciudad de México y Michoacán, dedica la mayor parte del tiempo a la producción artística, principalmente de pintura en muro y caballete; a la gestión, promoción, diseño de exposiciones y la enseñanza de las artes a través de talleres libres.

Para conocer más sobre ella, su trabajo y su pensamiento, es que dio la siguiente entrevista:

¿Cómo ocurrió el encuentro y el enamoramiento con el mural?

Yo estudié la licenciatura de artes visuales, en San Miguel de Allende y me especialicé en pintura. Me consideraba una pintora de estudio; sin embargo, al volver a Michoacán para impartir talleres en comunidades cercanas a Pátzcuaro, pude explorar la necesidad de expandir la pintura a otros soportes y que a su vez, pudiera llegar a un número mayor de espectadores. Justo en ese entonces, recibí una invitación a Suecia para participar en el proyecto MURAL 2012 (en la Regiön Västra Götaland) y fue ahí que me encontré por primera vez pintando murales, enamorándome de los procesos y las distintas posibilidades que tiene pintar un muro, y también el impacto social que puede llegar a generar.

¿Qué elementos le dan al mural un carácter social?

Más que mural le llamaría pintura urbana o pintura rural, que es lo que yo hago  y que depende del lugar  donde se lleve a cabo, si es una ciudad o un pueblo.  El carácter social se da por el mero hecho de estar en un espacio público y por involucrar al espectador, por llegar a masas y a distintos sectores sociales, entonces la pintura se vuelve un mensaje y una imagen de reflexión para el transeúnte o de quien lo vea.

Mi intención es generar un diálogo, una reflexión y una cercanía con quien observa a través de la pintura, no hacer un diseño o imagen,  lo que muchas veces es, en mi opinión, el streetart.

¿Cómo evaluar el impacto que han tenido tus murales en los diferentes espacios donde estos se encuentran?

Bueno, este varía, en la mayoría de las ocasiones en el momento de pintar me puedo percatar del impacto que puede llegar a tener; depende de las diferentes sociedades y espacio-realidad  donde el muro se encuentre, por ejemplo, en Zamora Michoacán hice uno titulado RODANTES, que tiene cuatro mujeres jornaleras o recolectoras de berries  (fresa, arándano, zarzamora) las cuales van en bicicleta, y en este caso, me di cuenta del impacto, porque es una imagen de personajes constantes en esa región, pero que muchas veces pasan inadvertidas en distintos sectores de la sociedad.

Otro caso que recuerdo es uno que pinté en Suecia, el cual muestra a dos mujeres semidesnudas deslizándose por un puente y a pesar de que en términos generales los suecos son muy abiertos, existe una gran cantidad de migración desde los países árabes y para estas personas ver dichas imágenes les generó un impacto un tanto contradictorio, sobre todo para los hombres, entonces se puede observar la relación del cuerpo con el patriarcado, del que me percaté existe en diferentes partes del mundo. Nunca fue esta mi intención, sin embargo causó una paradoja y pude evidenciar ese impacto.

¿De qué forma eliges los lugares que albergan los murales?

Varía, muchas veces son festivales que ya tienen determinados muros y los artistas eligen alguno. Otras ocasiones son espacios relacionados con dependencias de cultura y tienen algunas paredes que desean sean intervenidas y bueno, en mi viaje por Europa, participé en diferentes espacios y proyectos que contienen pintura urbana.

Algunos en los que yo participé se encuentran en Suecia, España e Italia:

Fui invitada por segunda vez a Suecia, a través de Rizoma Gallery, donde además de participar con un mural,  exhibí trabajo gráfico dentro del espacio de la galería. Dicho proyecto promueve la pintura como un medio de integración social y un soporte de comunicación común entre personas de diferentes nacionalidades, el cual ha generado –desde 2012, un vínculo entre México y Suecia desarrollando arte público: pinturas murales con participantes de distintos países que aportan sus propias realidades y sentimientos, visiones y costumbres.

Este proyecto fue el motor que incentivó mi viaje a Europa, después de Suecia me trasladé a Italia para participar en una residencia “Campidarte” en Cagliari (cercanías de Cerdeña). Además de tener proyectos de diseño y talleres de construcción de muebles con materiales reciclados, recibe a artistas locales e internacionales para que éstos, en su interacción y convivencia con la naturaleza, generen obras que se integren al paisaje a través distintos formatos: escultura, instalación o pintura mural.

En Roma, realicé un mural en una “casa ocupa” llamada STRIKE S.P.A (Spazio Pubblico Autogestito), activa desde 2002 y que tiene como objetivo vincular acciones sociales con la generación del conocimiento por medio de actividades artísticas, para proponer políticas sociales y culturales públicas acordes a una ciudad urbana con alto crecimiento.

En España me integré al proyecto Keller-LTBC, ubicado en Madrid, para pintar un muro. Este espacio  muestra la complejidad y riqueza de una vida que admite la diversidad de los seres humanos y construye su propio ecosistema y autogestión apostando por la convivencia intercultural, intergeneracional, interétnica, de géneros y excepciones sexuales.

Posteriormente, en Barcelona realicé otro mural dentro de las instalaciones de “Casa ca la dona”, un espacio perteneciente a una asociación feminista activa desde hace más de 30 años, donde confluyen experiencias políticas, de reflexión y producción de pensamiento crítico, con la intención de compartir, crear discusiones y activismo desde una mirada feminista.

¿Qué hay para Guillermina para el 2019?

Estaré enfocada de nuevo en la producción de estudio, hace mucho que no me meto a este recogimiento de intimidad, reflexión y análisis que da el estar en tu espacio de creación, ya que tengo planeadas tres exposiciones individuales.

También tengo la intención de participar en proyectos de pintura urbana, dependiendo de dónde se realicen, de que sea invitada y los que pueda asistir.

En el complicado contexto ¿por qué creer en el arte visual?

Porque es mi profesión y si lo seguimos viendo como complicado ¡nunca dejará de serlo! Y no terminará nunca de incrustarse a la sociedad, al menos en Latinoamérica, porque creo que tanto el arte como la educación son necesarias para tener sociedades más equilibradas y armónicas, y porque simplemente creo que hay muchas cosas qué decir, qué ver, que reflejar y sentir.