Ixchel
Monroy y Eduwiges Franco
Uno
de los más importantes pintores michoacanos, con un estilo y carácter
expresivo de la cultura michoacana, de su
historia, su gente y costumbres, Francisco Rodríguez Oñate, falleció la
madrugada de este viernes 22 de marzo, informaron familiares a través de las
redes sociales.
A
partir de las 16:30 horas de este viernes, amigos y conocidos acompañan a los
dolientes en el Panteón Gayosso.
Francisco
Rodríguez Oñate enfermó hace poco más de un mes, el 14 de febrero fue hospitalizado en el ISSSTE de Atapaneo y
se esperaba que su recuperación fuera lenta pero segura; a principios de marzo
lo dieron de alta y para su recuperación lo trasladaron a casa de una de sus
hermanas, de nueva cuenta retornaría al hospital el 18 de marzo.
Hoy
se posteó en su fanpage “Con todo el
dolor de nuestro corazón, les compartimos que el maestro Francisco Rodríguez
Oñate partió durante la madrugada, luchó hasta el último momento, pero su
enorme corazón no resistió más”.
Francisco Rodríguez Oñate nació en Morelia (1940-2019), egresó de la Escuela Popular de Bellas Artes (FPBA) y fue contemporáneo de Alfredo Zalce, Roberto Martínez y Javier Arévalo. Sus obras, tanto individuales como colectivas, trascendieron las fronteras y se exhibieron en Rusia, Francia y Estados Unidos. Promotor de su cultura y tradiciones, la obra se caracteriza por tener simbolismos prehispánicos y rices mexicanas.
Como
lo señala el músico e investigador de
las artes Francisco Bautista Rangel, en la semblanza aparecida en el libro
“Tesoros Vivos de Michoacán (editado por la Secretaría de Cultura Estatal, en
agosto de 2015), el Maestro Oñate dedicó una gran parte de su vida a recuperar,
a través de su obra, “el pasado prehispánico en representaciones donde se
sintetizan los valores e iconografía del mundo indígena, así como las
tradiciones y tipologías que perviven en los pueblos tanto de Michoacán como de otras periferias
del país”.
Y
continúa el investigador: “Rodríguez Oñate despertó a la inquietud artística
desde una edad temprana; él mismo recuerda los primeros hallazgos de la
plástica en semanarios ilustrados con obras de Diego Rivera, David Alfaro
Siqueiros y especialmente tiene presente la fuerza sobrecogedora , persuasiva e
irónica de José Clemente Orozco”.
“La
búsqueda de un camino personal en el plano estilístico derivó en la inclinación
progresiva a temas y texturas semejantes a las utilizadas por la primera
generación de la Escuela Mexicana de Pintura, con énfasis en la historia
nacional y la recuperación de las culturas ancenstrales vistas a partir de su
dimensión geográfica, etnolingüística, de usos y costumbres”.
El
arte del Maestro Oñate traspasó las fronteras, llamando siempre la atención su
dominio de la técnica y los temas referentes a las manifestaciones que dan
identidad a los pueblos de Michoacán, como en las series “Músicos
prehispánicos” y “Herencias del corazón”, expuestas en los estados de Chiapas,
Guanajuato, Hidalgo, Nuevo León, Oaxaca, Ciuda de México, Tlaxcala y Zacatecas,
en nuestro país, así como en museos y galerías de Rusia, Nuevo México, Texas,
California y Santiago de Chile, entre otras.
Además
de su quehacer artístico, Rodríguez Oñate desempeñó cargos en la administración
pública: fue subdirector de la Casa de las Artesanías, subdirector del
Instituto Michoacano de Cultura, Director del Museo de Arte Colonial y del
Antiguo Colegio Jesuita, así como fundador del Museo Agrarista de Tzurumútaro.
Entrevistado
por este medio, el Secretario de Cultura de Michoacán, Claudio Méndez
Fernández, opinó sobre la muerte del Maestro Rodríguez Oñate, señalando
que significa una gran pérdida para la
cultura estatal y nacional y que sin embargo, deja un gran legado, no sólo en
cuanto a obras se refiere, sino en la cantidad de jóvenes artistas a quienes
impartió sus conocimientos y que están siguiendo sus pasos en el arte del
grabado y la pintura. Dijo que en breve la Secretaría a su cargo hará un
homenaje a quien calificó como “uno de los más grandes artistas plásticos de
Michoacán”.