por
Emmanuelle Brío
El
sábado 27 de junio de 2020, en Morelia Michoacán se llevó a cabo el izamiento
de la bandera LGBT+, por primera vez en la historia de la ciudad. Los políticos
dieron un discurso en el que prometieron que las autoridades no tendrían más
homofobia en el Estado: se equivocaron, un día después mientras paseaba con mi
entonces novio, un policía municipal del Ayuntamiento de la ciudad nos gritó:
"Joto", en la Calle Guillermo Prieto, en pleno Centro histórico. Es
triste que sucedan estas cosas en pleno día del orgullo LGBT+.
Sin
embargo, hay que celebrar que este año por primera vez en Morelia la marcha dio
protagonismo a los eventos culturales, a las creaciones artísticas e
intelectuales. Se marchó desde la plaza del Caballito a la fuente de las
Tarascas. Por la calzada de San Diego el contingente llevó la bandera
Transexual al frente, la bandera Lésbica al centro y en tercer sitio la bandera
de Arcoíris. Fue la poesía, o el manifiesto poético lo que acompañó la
caminata.
Para el domingo 28 de junio hubo eventos desde las 11 de la mañana: recorrido de cantinas LGBT+, entrevistas a defensores de Derechos Humanos; se incluyó por vez primera un circuito cultural conformado por artistas LGBT+, en el que hubo pintura, poesía y danza. Gracias a los esfuerzos de Michoacán es Diversidad, la pandemia no pudo ahogar y asesinar nuestro orgullo. Con transmisiones en vivo, la comunidad LGBT+ sus aliados pudieron conectarse y celebrar nuestro día. Recordamos a nuestros (muchos) muertos que nos dieron los derechos que hoy tenemos y disfrutamos, a la par que fue posible alimentarnos de la producción cultural local.
Qué
bueno que los artistas aceptaran compartir su obra en un día tan importante. La
cultura no es para dejarla en el clóset, la cultura debe salir a las calles.
El clóset es para la ropa, no para la cultura. Ojalá que los artistas LGBT+,
cuenten con más espacios para promover su obra, y que la homofobia
institucional se termine, y de paso a una nueva era, incluyente, en la que
la Cultura LGBT+, también sea considerada en las ferias de libros, en los
museos de arte michoacanos, en las cafeterías.
Al
respecto, cabe enfatizar que las librerías Hidalgo también abrieron sus
puertas a la cultura LGBT+ mediante la exposición de producciones
contemporáneas de literatura iniciática y la colocación en Av. Madero de las
banderas del orgullo LGBT+, porque la cultura no tiene prejuicios, porque la
cultura es incluyente, y el orgullo se vive en las calles, en los libros, en
las librerías por igual. Ojalá, al cielo ruego, que la cultura se pinte de
colores y podamos llevarla y mostrarla incluso a los policías homofóbicos del
Ayuntamiento de Morelia.