Ulises Fonseca
Hace
unos pocos días, con todo el protocolo y la farándula que las inauguraciones
implican, fue que el Museo de Arte
Contemporáneo Alfredo Zalce (MACAZ) abrió la XI Bienal nacional de pintura y grabado –también apellidada Alfredo
Zalce- lo que significa que actualmente se
encuentra montada una exposición colectiva con las obras seleccionadas, las cuales estarán disponibles hasta
el 10 de febrero 2019.
De
este modo, tanto los amantes del color, las formas, texturas, líneas, claroscuros
e ideas contenidas en la pintura y el grabado, como los visitantes a quienes no les
interesa el arte –mucho menos comprarlo- pero que eventualmente llegan de manera fortuita
al museo, tendrán a disposición de sus
sentidos y sensibilidades un conjunto de
70 obras: 35 pinturas y 35 grabados.
O al
menos esta es la idea, ya que de manera continua el MACAZ no tiene acceso a su
planta superior, de modo que el contacto con la exposición queda, a veces, restringida
a la mitad.
Habremos
de esperar que este galimatías no afecte a muchos visitantes y curiosos, de
manera que estos puedan entrar y ver las propuestas pictóricas y gráficas, sin
dejar de lado las de quienes ganaron (en pintura Raúl Gabriel Cedillo Álvarez y
Humberto Valdez en grabado) para determinar con ello, desde sus propias
sensibilidades y/o referentes, si la decisión de los jurados fue acertada o una
pifia.
En contexto
Para
aclarar dudas, es necesario señalar que la bienal es un concurso, cuya
convocatoria, pese a ser nacional, fue lanzada este año –apenas- a mediados de
agosto.
A
grandes rasgos, dicha convocatoria establecía que la competencia era de forma
individual en las categorías de pintura y grabado, con premios únicos de 120 y 70 mil pesos respectivamente.
En
este concurso podían participar todos los pintores y grabadores mexicanos, así
como extranjeros residentes en el país. Los
criterios de los jurados Argelia Castillo, Edgar Cano y Francisco Rodríguez
Oñate para valorar el trabajo de quienes se animaron a participar fueron, para
pintura: dominio de la técnica, valores plásticos, efectos expresivos, diálogo
entre lenguajes figurativos y abstractos; respecto a la gráfica, evaluaron habilidad
en el manejo del trazo, la composición y textura, inclusión de toques o contrastes
abruptos de color, las posibilidades expresivas de la materia y riqueza
temática.
Un
total de 395 pinturas y 283 grabados
producidas por 63 creadores michoacanos,
217 artistas de otros 22 estados de la
República (entre los que se cuenta a Nayarit, Aguascalientes, Jalisco,
Ciudad de México, Nuevo León, Oaxaca y Baja California Sur) y dos
extranjeros originarios de Chile y Colombia.