Pátzcuaro, Michoacán, a 30 de marzo de 2021.- El volcán más joven del mundo y uno de los más documentados en el siglo XX cumplió en febrero pasado 78 años de existencia. Con su nacimiento, el Paricutín generó una diáspora de los habitantes de Paricutín, conocido también como San Juan de las Colchas y de San Juan Parangaricutiro, hacia lo que hoy son los pueblos de San Juan Nuevo y Caltzontzin, pero también despertó la fascinación de creadores y creadoras que, a lo largo de estas casi 8 décadas lo han representado en diferentes técnicas o lo han convertido en escenario de performances y reflexiones artísticas.
Para conmemorar estos 78 años de existencia del volcán y tras 7 meses de trabajo surge la exposición Viaje a través de diez miradas, que congrega al mismo número de artistas de la gráfica y que puede ser visitada en el Antiguo Colegio Jesuita de Michoacán. La muestra es también una oportunidad de conocer la propuesta visual y la variedad de la gráfica Michoacana.
En Volcan Paricutín. Viaje a través de 10 miradas participan Amira Tame, Carolina Ortega Sánchez, Diego Leonardo Rivas Venegas, Evelia Mora (Candy Man); Gabriel Ávalos Sánchez; Jeannine Xochicale; Juan Eduardo Salinas Mora; Manuel Vargas Moreno; Nancy Valdéz y Otilio García Marabel, con el apoyo de Estefanía Román Silva y Christian Cortés Madrigal para la impresión.
Aunque los 10 artistas participantes tuvieron como referencia el trabajo de Gerardo Murillo (Dr. Atl) Cómo nace y muere un volcán, como señalan en el texto de presentación de la exposición las historiadoras de arte Ireri Ortiz Silva y María de los Ángeles Valencia Colín, los creadores expresan en sus piezas paisajes que buscan trascender el realismo para adentrarse en realidades unipersonales que convergen en forma de emociones a través del magma, la devastación, la nostalgia, el exilio, la ceniza y la naturaleza como testigo del tiempo y el silencio.
Visiones emergentes y experimentadas de la gráfica
Sobre su participación en esta exposición, Carolina Ortega Sánchez, profesora investigadora de Tiempo Completo en la Cátedra de Gráfica de la Facultad Popular de Bellas Artes de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, comenta lo siguiente.
“Me interesó la temática. He estado trabajando en una serie de paisajes desérticos y volcánicos en los cuales he estado haciendo intervenciones a partir de la fotografía, el collage y el grabado, y cuando me invitaron a participar en esta muestra encontré coincidencias con este proyecto”.
-El proceso para realizar esta exhibición fue de siete meses, en algunos casos coincidieron dentro del taller, en otros no, ¿cómo fue para ti esta experiencia de creación durante los meses más intensos de la primera ola de la pandemia en México?
“A mi me tocó trabajar sola directamente con los impresores, fui la última participante en producir en el taller y tuve su atención absoluta para resolver inconvenientes técnicos y dudas que surgieron en el proceso. También me pude ver el proceso de impresión de las piezas de mis compañeros y conocer su manera de trabajar, y la manera de resolver las impresiones, lo cual nutrió mi visión sobre lo que quería plasmar”.
-¿Qué retos implicó representar el Paricutín, al ser un volcán bastante documentado y teniendo la referencia de la cercanía al ser una artista michoacana que prácticamente creció con esta referencia?
-“Me sirvió para profundizar en el trabajo que estoy desarrollando sobre paisajes, para tener una lectura distinta del trabajo que ya había desarrollado sobre paisajes volcánicos. Considero también que esta exposición aporta una visión sobre el trabajo de artistas emergentes, en el caso de algunas y algunos compañeros; es relevante que se realice en Michoacán como cuna del volcán y que se haga con una técnica poco empleada en el estado como es la siligrafía, hasta cierto punto novedosa y que se está comenzando a emplear en este taller, por lo tanto es un proceso de aprendizaje tanto para nosotros como grabadores así como para los impresores”.
-Eres la participante más experimentada de esta exposición, ¿cómo fue que te interesaste por la gráfica para desarrollar tu propuesta artística?
“Desde joven estuve relacionada con el grabado porque tengo familiares dedicados a las artes visuales. Al ingresar a la Facultad me gustó el ambiente de trabajo colectivo, descubrir los materiales, sus aromas, cualidades, la alquimia en los espacios donde se realiza la gráfica, que es un arte múltiple que te brinda posibilidades y opciones de ejecutar una pieza con técnicas experimentales y la hibridación del oficio.
-¿Qué profesores o compañeros consideras que han aportado a tu formación creativa?
“Muchos. En la Facultad hubo profesores cuya producción constante me interesó mucho, como es el caso del maestro Miguel Rincón Pasaye, abierto siempre a compartir su experiencia y conocimiento. A lo largo de los años he tenido oportunidad de compartir también con otros profesores como la Dra. Ioulia Akhmadeeva quien impulsó la productividad del área de gráfica en la escuela, así como otros compañeros quienes después se convirtieron en mis colegas como Ángel Pahuamba, Janitzio Rangel, Francisco Huaroco, que egresaron de la Facultad y cuya obra repercutió en mi formación. Y agradezco que sigamos compartiendo la vida y el campo laboral con algunos de ellos, así como mis compañeras del taller de Alternativa Gráfica Celeste Jaime y Diana Maldonado”.
-Comenta un aspecto de la gráfica que te guste y quieras compartir en este espacio.
“Es un trabajo colectivo que me ha permitido no perder el sentido lúdico del aprendizaje constante que sigo implementando tanto como artista y docente, la gráfica es un espacio en el cual van surgiendo nuevas vertientes y géneros y es lo que me sigue cautivando, la innovación en sus procesos metodológicos y conceptuales”.
-Con base en tu experiencia y trayectoria, ¿cómo ves el panorama de la gráfica en Michoacán?
-“La gráfica en Michoacán se encuentra en un estado de renovación, los artistas visuales estamos tratando de conjugar la tradición con la experimentación técnica y nuevas tecnologías, materiales de bajo costo, accesibles, encaminada a la búsqueda de materiales menos contaminantes. Creo que esta expansión de la estampa hacia la gráfica alternativa se da ya que buscamos en esta experimentación nuevos géneros o formatos más allá de la bidimensionalidad, que nos tiene en este proceso de renovación.
“Dentro de estos nuevos géneros está el libro arte y la instalación gráfica. Actualmente buscamos una obra que pueda abarcar, más allá del sentido visual, la realidad en la que estamos inmersos, que impacte, que envuelva y que podamos habitar o transitar en el espacio expositivo.
“Y por esta razón creo que se está trabajando en el intercambio de metodologías y espacios de trabajo, con miras a profesionalizarnos como técnicos, artistas visuales y por esto hay una proliferación de talleres que han impulsado la gráfica en el estado, partiendo de los institucionales en la UMSNH y en la UNAM, pero también de los independientes y autogestivos. Esta necesidad de trabajar en colectividad nos ha llevado a la apertura de estos espacios y contar con un posicionamiento en las artes visuales y en la gráfica contemporánea”.
-¿En qué otros proyectos e iniciativas estás colaborando?
“Actualmente me encuentro involucrada en un par de proyectos. Uno lo realizo en colaboración con el taller de huecograbado y litografía de La Ceiba Gráfica desde hace un año, desarrollo un proyecto en producción gráfica que involucra la inserción de nuevos materiales y técnicas alternativas, estoy por concluir la primera producción de paisajes desérticos y volcánicos con la firma de las ediciones. Y este año planeo continuar con el intercambio técnico, con la impartición de un taller dirigido a artistas gráficos jóvenes, en cuanto las condiciones lo permitan.
“Por otro lado me invitaron a colaborar en un circuito de exposiciones en el estudio y galería de arte Impronta en Cholula, Puebla y haré una estancia de producción que va a concluir en una exposición sobre medios alternativos”.
Asimismo, Carolina Ortega fue invitada en 2019 y 2020 por el Banco de México al proyecto Arte/Billete/Maculatura/Refines/Diseño en su edición 2020, para el cual involucró en su proceso creativo el collage y bordado. Además, fue parte del grupo de 30 artistas invitados por el Centro Cultural Clavijero y el Museo Nacional de la Estampa que desarrollaron un mural gráfico colectivo con la temática de a un año de la pandemia en la ciudad de Morelia, presentado recientemente.
-Cuéntanos de tu colaboración con la Ceiba Gráfica.
“Primero debo decir que las técnicas que más me gusta desarrollar son la litografía y el huecograbado, porque parten de la tradición en sus soportes y procesos, pero me han permitido explorar creativamente. Me gusta la investigación en torno a los materiales y esto es lo que me ha llevado a realizar la estancia de producción en La Ceiba Gráfica, porque ahí obtienen sus materiales a partir de recursos que consiguen en Veracruz y los implementan en sus procesos de enseñanza, aprendizaje y producción”.
“Con ellos tengo esa libertad de conocer el material, el espacio, la forma de trabajar de los maestros impresores y hemos tenido una buena colaboración porque conozco su infraestructura, sus prensas, sus formas de trabajo, así como su interés en procesos alternativos. Me parece que esto es fundamental para que haya buenos resultados. Además, ofrece la enseñanza de diversas disciplinas como litografía, huecograbado, encuadernación y elaboración de papel que, como grabadora, son los oficios de mi interés. Y su espacio favorece el proceso de trabajo porque todo lo encuentras en ese lugar y por otro lado, formo parte de los artistas que son parte de su acervo/catálogo y promueven mi producción en México como en otros países”.
Actualmente, Carolina Ortega Sánchez realiza un proyecto de producción e investigación gráfica (CIC-UMSNH 2020-2022) en el que plantea la colaboración con La Ceiba Gráfica, centro de producción, educación y residencias artísticas (Coatepec, Ver.). Su producción gráfica explora la poética del paisaje, es una recurrencia a la memoria y a las vivencias personales. Una mirada íntima que expresa la relación-experiencia contextual de las diversas lecturas de paisajes urbanos, cartografías, geografías aisladas y oníricas que muestran el proceso de transformación del territorio.
