Ulises
Fonseca e Ixchel Monroy
“Paisaje
del amor pixelado” es una obra de teatro que fue creada con una historia
circular, en la que se humanizan elementos electrónicos y al mismo tiempo hay
un juego de alter egos: una propuesta que podrá ser vista, disfrutada o juzgada
en el Café del Olmo (calle Benito Juárez 95, centro de Morelia), espacio donde
el montaje será presentado cada miércoles de abril.
Las
presentaciones serán los días 3, 10, 17 y 24 de abril, días en que el público
local tendrá oportunidad de entrar en contacto con una obra que invita al
espectador no solo a imaginar cada escenario y situación, sino incluso a tener
un reacomodo propio de las historias que convergen en la obra.
Entonces, frente a la pregunta de ¿por qué ir a ver Paisaje del amor pixelado”? es posible dar muchos argumentos y aquí se expone uno de ellos: no se trata de la típica historia del triángulo amoroso, construida con estereotipos en cuanto a situaciones y personajes (como bien tienden a construir sus historias las dos televisoras abiertas de este país).
Lo
anterior significa que “Paisaje del amor pixelado” no busca repartir culpas
–por ejemplo, a un hombre que ha cometido el crimen de coger fuera de la
monogamia-, tampoco constituirse en panfleto de superación personal –es decir,
no existen mensajes del tipo “ey tú, mujer que se ha dejado victimizar,
empoderaos”-, sino que intenta dirigir su trasfondo hacia la reflexión.
¿Reflexión
sobre qué?, sobre las relaciones amorosas y el nexo de éstas con la identidad
personal, lo que hacemos cuando estamos con otra persona y lo que podemos
llegar a hacer. Sin embargo, cabe aclararle a los espectadores que irán a ver
una declamación de filosofía existencialista, pues de hecho esa invitación a la
reflexión es eso: una invitación, que bien puede ser captada o no por cada
persona. Ahí está otro elemento de la obra: su ambigüedad, algo que, o bien
puede ser beneficioso, o bien jugar en contra.
Lo anterior se debe a que en el texto hay cosas abiertas a la interpretación de cada persona, lo cual implica que el espectador debe ser perspicaz, pues de lo contrario se perderá y llegará a una conclusión resumida en el siguiente eufemismo: “está enredosa” –lo cual puede significar “no entendí nada pero me da pena admitirlo”-.
Ahora,
los elementos mínimos de escena corresponden a un teatro de mucha acción
interpretativa y apenas uso de elementos, algo que no es gratuito sino que se
realiza de esta forma para estar en relación con el discurso de la obra: las
realidades distorsionadas, tanto como las imágenes pixeladas. De cualquier
forma, al final de este drama se intenta
mostrar un cuadro, una foto o una imagen de lo que ahí se vivió.
La puesta en escena es llevada a cabo por colaboración entre Luciérnaga Teatro y Susie Q productora, fue escrita por Verónica Villicaña –que también la actúa-, es producida por Susana Salinas (Susie Q) y es dirigida por Everth Yamil García Islas. Además, “Paisaje del amor pixelado” acaba de tener una corta temporada en el Colegio de Morelia.
Ahora
iniciará una segunda temporada y en cada función se hará recepción a partir de las
19:30 horas, para comenzar a las 20:00 horas (es decir, 8 de la noche). Las
presentaciones serán los miércoles de este mes en el Café del Olmo, ubicado en
la calle Benito Juárez 95, del centro histórico de Morelia.