Ulises Fonseca
En la actualidad,
la idea del “desarrollo” ha caducado y no sólo eso, sino que "los modelos de desarrollo ya no funcionan, necesitamos otras herramientas para poder construir nuevas sociedades",
consideró el académico Patricio Chaves Zaldumbide.
Chaves Zaldumbide estuvo presente en Morelia para guiar
el conversatorio “Transformar la realidad social desde la cultura”, ofrecido en la Casona del Congreso estatal, en el marco del
“Diplomado repensar las violencias desde el arte y la cultura”.
En dicho espacio, Chaves Zaldumbide mencionó que la obsolescencia del concepto “desarrollo” se enmarca en un
contexto global muy negativo, marcado por el énfasis en el capital financiero, inequidad, concentración del ingreso, inseguridad y violencia, deslegitimidad institucional, así como la cultura del "mirreynato".
Sin embargo, más allá de limitarse en la visión catastrofista,
Chaves Zaldumbide propone hacer un cambio en los esquemas de pensamiento, por ejemplo, hacer un viraje de los paradigmas occidentales de calidad de vida (con todo y sus conceptos de “poder adquisitivo” o “competitividad”) para
mirar hacia el “buen vivir”, una concepción surgida desde varios pueblos originarios latinoamericanos.
Los componentes generales de este concepto tienen una mayor
relación con lo espiritual, lo comunitario y el equilibrio, antes que con el materialismo, el egoísmo y el consumismo:
solidaridad, armonía interna, diversidad, complementariedad, interculturalidad, armonía con la naturaleza.
Estas cosmovisiones plantean una actitud ética, es una concepción para actuar y lograr acuerdos. Pero eso sí,
Chaves Zaldumbide hizo énfasis en evitar los malentendidos, ya que esta visión se relaciona con la posibilidad de generar condiciones positivas, es decir,
de ninguna manera implica estar “feliz en la miseria”.
Para lograr ese cambio de visión, Chaves Zaldumbide señala que la cultura es un eje transversal:
“la interculturalidad como enfoque y perspectiva de la planeación, ejecución y evaluación de las políticas públicas”.
Por tanto,
la cultura es colocada por Chaves Zaldumbide como un proceso creativo (además de complejo y a largo plazo) para
transformar problemáticas sociales, como lo es el fenómeno del “delito aspiracional”, es decir, las
agresiones hechas por quienes tienen aspiraciones para alcanzar las metas de consumo establecidas por la sociedad (para mayor información sobre este proceso, en el enlace
http://www.animalpolitico.com/blogueros-el-blog-de-dhp/2013/11/19/delitos-aspiracionales/).
Más aún, Chaves Zaldumbide menciona que
la cultura no es un componente social, sino que es el proceso social en sí mismo, que bien llevado, contribuye a
derrumbar la violencia que se genera a partir del miedo a lo diferente, lo cual es necesario para el crecimiento y continuidad de una sociedad.
El papel de los gestores
Ahora, en lo relacionado al trabajo que tienen los gestores culturales, el académico expuso que es fundamental “dejar de pensarnos como una esfera encargada del desarrollo de la ciudad, es mejor el articular cosas (con otros sectores) en comunidad desde una estructura horizontal”.
Por tanto, Chaves Zaldumbide insiste en colocar a
la cultura como un eje transversal del desarrollo, "un proyecto no puede desarrollarse si no hay noción de comunidad".
"Creo que hay que demandar, no puedo entender que en los recortes, no puede ser que se gaste tanto en otras cuestiones" por tanto, los ciudadanos tenemos la obligación de observar, cuestionar o incluso contener ese tipo de medidas, dijo.