Medio pueblo: la gente puesta contra sí misma
Redacción
“Medio Pueblo” es una obra que el actor Germán Romano como un “trabajo muy difícil, físicamente muy exigente”, no es para menos al considerar que el histrión debió dar vida a una sátira social y política conformada por una treintena de personajes. Esta pieza fue presentada la noche del miércoles en Foro Eco (Nicolás Bravo 430).
La obra presenta a un pueblo con una profunda división y cuyos habitantes, se miran con recelo entre sí, incluso con odio. Los personajes que gobiernan cada parte del pueblo representan a las élites económicas y políticas, cada uno con medio suficiente para acabar con los levantamientos aún a costa de las vidas humanas.
Se trata de un argumento aplicable a prácticamente cualquier latitud del mundo moderno, con sociedades polarizadas, manipuladas por intereses económicos, ideológicos, religiosos o étnicos incluso.
Pero aunque lo anterior pueda sonar muy sombrío, el actor refirió que la dramaturgia pretende ser cómica en la mayor parte de su desarrollo, “hasta que empiezan a verse los errores que comete el pueblo cuando se divide y pelea contra sí mismo, tiene mucho de sátira, mucho absurdo, unas situaciones que terminan en tragedia”, dijo.
Por otra parte, aunque esta obra escrita por Martín Giner puede aplicarse a cualquier zona del mundo, Germán Romano no dejó pasar la oportunidad de anotar la relación cercana que tiene el texto con la situación actual de Argentina: “hay una grieta, cuando cualquier argentino escucha grieta sabe que es la división política del ‘aplastar al otro porque mi ideología ayuda más a la construcción de algo más justo’, en definitiva las dos mitades que existen en Argentina están destruyendo a un pueblo maravilloso”.
Por tanto, dijo, sintió mucha identificación con el texto “que es una sátira en muchos aspectos y que habla de lo que nos pasa en muchos aspectos, que hace que nos peleemos por cuestiones básicas, es una comedia que uno la va llevando hasta que salen condiciones sociales muy fuertes y termina siendo una denuncia social que en cada pueblo tiene un significado”.
Con relación a esto último, Romano señaló que la obra “es de fácil entendimiento para el público pero muy poco representada pues necesita que el actor trabaje muchos meses, adquiriendo una enorme cantidad de texto y sobre todo por el montaje, pues manejo muchos muñecos”.