Ulises Fonseca
“Cuando las estatuas se cansan”, es un título tan evocativo como enigmático, una oración que aparece como una puerta entreabierta para que todo curioso se asome, entre y descubra lo que hay en el interior, que en éste caso es una
colección de cuentos imaginada y plasmada por el escritor Jaime Garba.
Este es el nuevo título de Jaime Garba,
un conjunto de trece historias que, por difícil que parezca, fueron publicadas por una editorial venezolana que pervive en el huracán político que sufre el país sudamericano y que ahora, es posible encontrarlas en cualquier parte del mundo a través de Amazon.
Entonces, para que los lectores conozcan lo que motivó a Jaime Garba a escribirlas, es que el autor ofreció la siguiente entrevista:
¿Cómo surgieron las historias del libro?
“Lo que detonó las historias fueron
experiencias personales y colectivas, muchos cuentos hablan de la violencia que ha vivido el país, sobre todo Michoacán en últimos años,
el hostigamiento de los cárteles de droga la sociedad, pero también me influyó la muerte de mi abuelo, por ejemplo, así como algunos acontecimientos que me han llamado la atención, entre ellos conflictos familiares, el amor, entre otros tópicos”.
¿Puede tomarse como una crítica social?
“Creo que, más allá de ser una crítica, es
una postura existencialista, considero que los cuentos relacionados con la muerte son cuentos oscuros, deprimentes, que no tienen moraleja ni dejo de luz, por ende no puedo decir que es una crítica, más bien un levantar la mano respecto a que estamos viviendo tiempos demasiado complejos.
Lo que sí es que
me interesa narrar el dolor particular de las personas víctimas de crímenes y atrocidades, sean cuales sean, porque actualmente las víctimas son consideradas "números", sin voz ni rostro, datos cuantitativos que al día siguiente de salir publicados en los diarios se olvidan, excepto a los dolientes, sus familias, gente cercana, ese dolor, esa tragedia es la que me impacta como escritor”.
Al tener en cuenta lo anterior, Jaime Garba explicó que en esta colección, los lectores encontrarán cuentos de corte realista, donde podrán identificar tópicos sin mayor problema; eso sí, dijo “
me gusta mucho escribir teniendo en cuenta dos cosas: la descripción y la psicología de los personajes, trato de ser muy detallista particularmente en lo último para poder retratar verosimilitud y transmitir al lector las pasiones, ansiedades, miedos, gozos, demonios y glorias de cada uno de los personajes”.
Sin embargo, el escritor mencionó que al final hay un salto hacia las lindes de otros géneros:
“el último cuento es una combinación entre ciencia ficción, naturalismo y horror psicológico, un experimento que realicé por encargo y que al principio me dio miedo porque no es algo que trabaje demasiado
pero el resultado me gustó y agradó a lectores, al punto de que tengo un par de propuestas para hacerlo cortometraje y comic”.
¿Cómo fue el proceso creativo de esta colección?
“Muchos de estos cuentos
comencé a escribirlos hace más de diez años, pertenecían a un libro que originalmente se llamó ‘¿La cuenta, por favor?’, que intenté publicarlo sin suerte; allí quedó durante mucho tiempo, pero
desde hace dos años retomé el género del cuento y publiqué varios trabajos en revistas nacionales, al grado de creer que entre esta nueva producción y los viejos podría salir un nuevo proyecto, así que revisé aquel libro y de él rescaté tres o cuatro cuentos, los demás fueron a la hoguera”.
Tu primer libro, “¿Qué tanto es morir?” es una novela, ¿cuán complicado es saltar hacia el cuento?
“Respeto mucho a los cuentistas,
muchos de mis escritores favoritos fueron mejores cuentistas que novelistas, Kurt Vonnegut y Rulfo, por ejemplo. Creo que
es un género muy fácil de escribir pero muy difícil de lograr, por lo cual me muevo con mucho cuidado a la hora de escribir relato corto; si me voy a lo que tomó tener el libro listo, entre la escritura de los primeros cuentos y estos últimos, la revisión, quemar los malos, rescatar, reconstruir, fueron diez años, mucho tiempo para textos de inclusive una cuartilla.
Me siento muy satisfecho de este libro pero
me siento más cómodo con la escritura de novelas, es como trotar largos kilómetros sin prisa ni línea de meta, mientras que con los cuentos creo que las fronteras están muy delimitadas y hay que tener la condición necesaria. Este libro salió gracias a un periodo fecundo de escritura de cuento, a que los temas se me pusieron de frente, incluso me atrevería a decir que a la inspiración, pero ese periodo y esa inspiración terminaron por ahora y no sé francamente cuándo volverá”.
¿Por qué lo publica una editorial venezolana?
“Fue algo muy curioso la publicación de este libro.
Cuando reuní los cuentos, le di título al libro y me fijé la meta de publicarlo, primero lo envié a muchas editoriales mexicanas pero ninguna se interesó, después tuve contacto con
Ficción Breve Libros en Venezuela y con una editorial colombiana, ambos mostraron interés pero terminó siendo Ficción Breve quien se decidió a publicarlo, cosa que me honró porque
Roger Michelena, quien dirige la editorial es un editor de mucho prestigio y él y su equipo son muy profesionales en su trabajo, fue un verdadero placer trabajar con él porque todo el tiempo me tomaron en cuenta y seguí el proceso hasta el final.
El honor también radica a que,
en Venezuela, por la crisis política están pasando tiempos muy difíciles donde hacer libros es un acto heroico pues las librerías están desapareciendo y los costos de producción, distribución y compra están por las nubes; mis respetos a Roger Michelena y su equipo que aún así siguen al pie del cañón. El libro está disponible en Amazon en físico y digital, por lo cual se puede comprar en todo el mundo”.
¿Hay una gira de presentaciones?
“No tengo aún nada planeado, pero siempre estoy abierto a las invitaciones de quienes estén interesados en conversar, para mí el diálogo con los lectores es fundamental”.
Para finalizar, ¿por qué creer en los libros y en los lectores?
“A veces no creo tener la respuesta a esa pregunta, por lo menos no para los demás pero sí para mí.
Yo creo en los libros porque estos me han salvado la vida, sin ellos estaría vacío, mi existencia no tendría sentido. Muchos creen o creerán que exagero, y es por ello que
es una respuesta personal, una fe que sólo yo puedo entender. Ojalá algún día pueda traducirlo a palabras que tengan un impacto en los demás.
Lo que sí puedo decir y me parece está en la opinión de quienes leen, es que
leer permite tener múltiples perspectivas de la vida, un panorama más amplio de nuestra sociedad, de nuestra política, de los sentimientos humanos;
quien lee y cree en los libros puede, si así lo desea, prepararse para las adversidades de la vida pero también para gozarla más”.