Ulises Fonseca
¿Qué tan complicado es para las mujeres sobresalir en el ámbito cultural de nuestro país?, ¿hay cambios?, o más aún ¿qué cosas están pendientes por hacer?, son cuestionamientos que surgen a propósito de que este jueves será el Día Internacional de la Mujer y que, como es lógico, corresponde responder a ellas. Entonces, tanto para conmemorar como para tener un bosquejo del horizonte cultural, es que se presenta la opinión, las vivencias y el sentir expresado por varias mujeres de diferentes orígenes y disciplinas:
Ateri Miyawuatl (Pátzcuaro, Michoacán), gestora y productora teatral
Originaria de Guerrero y dedicada a la gestión desde los catorce años, la productora de obras como “Los cuervos no se peinan” mencionó que desde su vivencia “no distingo una complicación, específica y manifiesta, que me detenga sobresalir en el ámbito cultural, sin embargo sí sé que hay muchos otros frenos en el contexto de la sociedad en que desarrollo mi quehacer”.
Entre estas complicaciones ejemplificó las siguientes: “no poder moverme sola muy noche, la mayoría de los eventos culturales son por la noche y el distinguir un riesgo ya merma las actividades que pueda desarrollar; también está el prejuicio de que no existen las grandes artistas y sin embargo sí las hay”.
Frente a lo anterior esta la esperanza de la organización: “muy recientemente empezamos a dialogar desde la perspectiva de género, haciéndonos una tribu que, antes del quehacer, nos une el ser mujeres y eso es importante para tejer redes, para crear cosas desde la vinculación”.
Por tanto, añadió “queda pendiente practicar más la sororidad; también falta la integración desde la pluralidad de pensamientos, en específico de las creadoras que pertenecen a pueblos indígenas o rurales, me parece que la difusión y vinculación está enfocado a lo urbano, como si lo urbano fuese el corazón de las sociedades y no es así.
“Por otro lado las mujeres que se dedican a crear solo desde lo urbano me genera la sensación de una burbuja y creo que algo que aporta el feminismo es que apuesta por la pluralidad, es una postura amplia que busca visibilizar y disminuir las desigualdades que existen, que entre mujeres son muchas (…) falta volvernos más plurales en el sentido más amplio de la palabra”.
Yuki Pastrana, (CDMX) coreógrafa y ejecutante dancística
Yuki Pastrana inició su camino en Morelia y ahora se desenvuelve en la capital del país, lo que le ha brindado una visión amplia de los retos que plantea el ámbito cultural: “el sobresalir se trata más bien de cuánto trabajas diariamente para lograr los objetivos planteados. Por ejemplo, he notado que las personas destacan por la disciplina, los proyectos propuestos, las relaciones, la constancia y claro, el impacto real en la sociedad. Para exponer lo que ha significado para su persona el estar en la cultura, Pastrana mencionó que lo principal ha sido el aprendizaje, “porque he indagado en distintos papeles del ámbito cultural. Por ejemplo: comencé como bailarina, después como coreógrafa y me di cuenta que el movimiento, aparte de generarlo en la escena, también se puede llevar a acciones cotidianas de la vida cultural (…) el espacio que más me ha brindado comprensión de la situación cultural actual del país ha sido laborar en la plataforma Red Nacional de Arte. Por otra parte, la coreógrafa resaltó que sí hay cambios positivos para la equidad de género, misma que dice “viene de muchísimo tiempo atrás y gracias a las profundas intenciones de muchas personas, no solo mujeres porque también hay comprensión y apoyo por parte de los hombres, por ello hoy asumimos el conocimiento y la importancia de ser mujer para poder expandirlo en acciones cotidianas que repercuten en los proyectos. Frente a lo que está pendiente, Pastrana dijo que falta capacitación: “para que la esencia de la mujer pueda brindar nuevas realidades en distintos sectores del sistema. No me refiero a que todos los puestos ahora los lleven las mujeres, sino que en cada uno reconozcamos el poder de ser mujer que da, brinda, apoya, escucha y ve por un bien común”.
Mara Rahab Bautista (Morelia) librera y promotora de lectura
Impulsora de una librería especializada en editoriales independientes, así como en la promoción de la lectura entre los niños, Mara Rahab Bautista siente que en general hay poco respeto por la gestión cultural: “es difícil cobrar, que te paguen, hacer respetar tus proyectos e ideas”. No obstante, mencionó que por fortuna ha encontrado aliadas: “hay muchas gestoras culturales con las que se puede colaborar, sin embargo me parece que sí hay un papel fundamental que hace falta reconocer, creo que las mujeres tenemos un espíritu de gestión innato (…) por otro lado, sí he notado cambios a favor, nunca he estado a favor de las cuotas y los lugares debemos ganárnoslo demostrando nuestra capacidad, eso dignifica”.
Blanca Villalpando, (Morelia) gestora cultural, poeta y artista visual
Una persona que ha combinado su quehacer en el área de la salud con diversas actividades culturales (como el Encuentro Nacional de Poetas Jóvenes) y la creación plástica, consideró que sobresalir en éste ámbito “es igual de complicado para cualquier género. Podemos ver a mujeres muy comprometidas en proyectos y sin duda que logran hacer grandes aportaciones a la sociedad; sin embargo, pocas de ellas suelen ser consideradas exitosas”.
En su caso personal, Villalpando dijo haberse acercado a la cultura no tanto por ánimos de reconocimiento o pertenencia a grupos, como sí lo ha sido por un interés genuino: “la creación nos lleva a compartir experiencias y espacios con gente con la que tenemos coincidencias. Este tipo de relaciones, ante todo la amistad, es la que me ha dado espacios para compartir y colaborar en algunos proyectos.
Con respecto a los cambios, Villalpando no es tan optimista: “considero que existe un gran desánimo entre la gente que trabaja en el ámbito cultural (…) las instituciones y el gobierno no han sabido aprovechar el gran potencial de gente creativa que intenta incidir y transformar en contexto social”. Sin embargo, menciona que es de celebrar que hoy existan muchas involucradas en iniciativas “que colaboran de manera activa -y sin remuneración- en actividades culturales. Es evidente que hay mayor conciencia sobre lo que nos aporta de forma personal este ejercicio de voluntad”.
Sheyla Rodríguez (Morelia) actriz
Participante activa de la escena teatral michoacana, Sheyla Rodríguez ha percibido que el camino de las artes plantea retos igual de complejos tanto para uno como para otro sexo: “un aspecto que considero importante dentro del ámbito cultural es la capacidad sensible y humana para interactuar en el mundo y relacionarse con los demás, en ese mismo sentido considero que en general las posibilidades de desarrollo profesional para una mujer son las mismas que tiene el hombre.
De hecho, la experiencia que ha tenido la intérprete por fortuna ha estado exenta de situaciones complejas que vayan más allá de lo meramente profesional: “desde hace 12 años trabajo con una Asociación Teatral y nunca, de ninguna manera, se me ha impedido o limitado en involucrarme en las actividades que yo desee por condiciones de género. Lo mismo ha sido con cada una de las agrupaciones con las cuales he tenido la oportunidad de trabajar donde se han consolidado relaciones donde es fundamental el respeto.
En lo relativo al modo en que ha evolucionado el contexto, Rodríguez dijo percibir una mayor presencia femenina: “noto que las mujeres se han involucrado cada vez más y con mayor compromiso en la actividad cultural, me da gusto que se genere fuerza en el desarrollo artístico de manera creativa y propositiva mostrando la condición femenina como un tema, del cual también resulta importante hablar y reflexionar.
Ahora, ¿qué hace falta?, ella respondió lo siguiente: “trabajar la tolerancia, más allá de una perspectiva de género, considero que tiene que ver con la apertura y aceptación de otras ideas y posturas. Pienso que todavía en muchos de nuestros actos se refleja un "estar a la defensiva" que nos impide la comunicación y sobre todo, el entendimiento”.
Atenea Cruz, (Durango) escritora
Heredera de autores como Amparo Dávila o Juan Rulfo, la creadora de la novela “Ecos” también es una persona preocupada por las inequidades y mezquindades que rondan el gremio de las letras, no es para menos luego de considerar su experiencia: “creo que es complicado sobresalir como mujer porque sigue existiendo un sesgo sexista: que si consigues publicaciones a cambio de favores sexuales, que por bonita, etc. Además, por default se invita a hombres a cualquier evento cultural, en los encuentros de escritores, por ejemplo, la mayoría suelen ser hombres”.
La autora abundó en lo anterior: “he sentido más presión para que me tomen en serio en algunas ocasiones, hace un año tuve una discusión con un escritor local que hizo una nota para medios sobre una presentación mía y lo que destacaba eran ‘mis caderas de impacto, mis ojos coquetos’. Fuera de esa clase de complicaciones, todo ha sido trabajo personal, es decir, mi oficio como escritora”.
Sin embargo, Atenea Cruz mencionó que hay vientos de transformación frente a estas prácticas: “he visto cambios a favor en cuanto a la denuncia, conozco funcionarios culturales acosadores y veo que ya no se tolera tanto eso, pero falta más. Creo, también, que a las mujeres les hace falta animarse a entrarle más al arte para reclamar los espacios que necesitamos y merecemos”.
Carito Rarito (Morelia) pintora
Dotada con un estilo peculiar (y por tanto refrescante) en su pintura, que la lleva a generar obras protagonizadas por la fantasía oscura y el gore, Carito Rarito es una creadora que ha encontrado un apoyo importante desde la sororidad, pues como ella refierió: “en mi experiencia como artista visual, no me he topado con alguna discriminación por ser mujer, al contrario he tenido la buena suerte que la gente que está en el ámbito artístico y que promueve mucho son mujeres”.
De hecho, la sororidad ha sido clave para la cambios benéficos, pues como dijo la pintora: “afortunadamente, creo que las mujeres están haciendo grandes cosas en cuando al fomento del arte, un ejemplo es el colectivo MAL EDUCADOS, un grupo de chavas que buscan lugares para expresar y exponer obra”.
Desde luego aún faltan cosas por corregir, pero no solo desde el ámbito de la igualdad, sino de los defectos del sistema: “hace falta espacios donde no esté de por medio el trámite burocrático de esperar largos meses para una sala”.
Eduwiges Franco (Los Reyes, Michoacán) periodista cultural
Dedicada por más de tres décadas a la promoción y difusión de la cultura en medios de comunicación, Eduwiges Franco ha sido testigo de la forma en que ha evolucionado el gremio y lo resume del siguiente modo: “a nivel oficial, sí ha sido muy difícil el avance de las mujeres pero también el de los hombres, ha sido difícil para todos los involucrados en el tema, mientras que en el ámbito de la iniciativa privada creo que ha avanzado más la mujer, por ejemplo en Morelia ha crecido más la actividad liderada por mujeres”.
Pero eso no implica que las cosas están para echar fuegos artificiales, pues Franco recuerda algo: “seguimos viviendo en una sociedad machista y aunque ahora la dirigente de las políticas culturales en el estado es una mujer (en referencia a Silvia Figueroa Zamudio) no se ha implementado programa que atienda las necesidades de las mujeres en este ámbito”.
Por lo que respecta a su vivencia, relata que esta “ha sido muy satisfactoria en realidad, tengo más de 32 años en el ámbito y por ejemplo, en Michoacán fui la que impulsó el primer departamento de prensa en una institución y fue en el Instituto Michoacano de Cultura, creo que fui la primera jefa de prensa en una dependencia gubernamental, del 85 a 2015 conté con el apoyo de mis jefes y ahora, en este momento la cuestión de la cultura esta complicada para todos debido a que esta última administración ha sido deficiente”.
Claudia Raya, (Zamora, Michoacán) investigadora y gestora cultural
Abocada a la vida académica en el Colegio de Michoacán, Caludia Raya es clara y sucinta, para la mujer, el ámbito cultural “es igual de complicado que para los hombres”, eso sí, refiere que en el contexto en realidad no han existido cambios sustanciales “quizá nuevos discursos”. Entonces, considera que resulta necesario fomentar la formación y “dejar un poco el discurso de lado”.
Anna Styczynska, (originaria de Polonia y radicada en Querétaro) editora, traductora y antropóloga
Apasionada por conectar mundos mediante miradas poco convencionales (como lo puede ser traducir al español mexicano una serie de reportaje polaco sobre la Rusia profunda) Anna Styczynska destaca lo complicado que es editar fuera del establishment, más allá de cuestiones de género:
“Para ser honesta, no puedo decir que “sobresalí”, necesariamente con esta palabra, en el ámbito cultural. Existir en el medio, traduciendo y editado libros fue una experiencia muy difícil y a la vez muy espiritual. Tampoco sé si fue tan difícil porque soy mujer. Quise hacerlo y yo me encargué de volverlo posible with a little help from my friends, que al verme tan decidida, lo hicieron voluntariamente.
Así como no quisiera que me incluyeran o reconocieran por mujer, tampoco me gustaría que me excluyeran por serlo. Lo que sí me inquieta es ver que los hombres casi no leen a las mujeres. No entiendo por qué”.
En términos similares expuso lo que ha significado editar desde un enfoque heterodoxo: “dejé de trabajar formalmente, reduje mis gastos al mínimo absoluto y me encerré a traducir y editar durante largos meses en solitario. Cada día me escribía con un cuate para no enloquecer por completo y para seguir discutiendo palabras, ideas y libros, y claro, el trabajo mismo.
Esa pasión la lleva a una respuesta clara y contundente con respecto a lo que falta por hacer: “hay libros buenísimos por traducir. Quizá un día. En cuanto al apoyo institucional, ni siquiera estoy segura qué pienso de las becas. A veces me caen gordos la gente que produce frivolidades ―con tal de tener una beca―, y el estado que se las otorga para mantenerla “moderada”, eso genera conformismo. No me gusta la idea de que la gente produzca en función de una beca, o sea el dinero público, aunque también es una lástima que mucha gente talentosa no pueda seguir haciendo su trabajo por falta de recursos.
En lo que respecta a las editoriales independientes, el peor impedimento para que los libros circulen es una buena distribución, o más bien su ausencia. Eso nos frenó, al menos por el momento.
Susie Q, (Morelia) artista escénica y productora
Portadora de un sentido sarcástico que le ha servido para proponer humor inteligente y crítico, Susie Q es una mujer que nunca ha dejado el teatro pese a las “advertencias” y ahora se ha entregado por completo a esta forma de arte.
Producto de su experiencia sobre las tablas, la creadora del Ratón Marcelo y formadora de nuevos estandoperos refiere que la dificultad para las mujeres en cualquier profesión “es más complicado que para el llamado ‘sexo fuerte’ y los factores son innumerables, sin embargo destacaría qué en el ámbito cultural, específicamente en el teatro, una de las complicaciones es qué esta monopolizado por varones, dejando poca oportunidad a mujeres. Sin embargo depende mucho más del trabajo personal, que del género en sí.
Eso en términos generales, pero en su persona ha tenido que cultivar la resiliencia, ya que externó lo siguiente: “a pesar de haber sufrido acoso sexual, denigración y desvalorización, aprendí que no hay nada mejor que trabajar desde la honestidad, la entrega y el compromiso contigo misma, así es qué eso me impulsó a ser independiente”.
Asimismo, la actriz dice que sí nota ligeros cambios: “hay muchas más mujeres artistas independientes y emergentes, aunque también hay falsas victorias en cuanto a los derechos de la mujer y sus libertades, hoy en día sigue siendo desvalorizada en un plano global”.
Por último, la intérprete menciona que es necesario “educar sin trasmitir machismo ni feminismo mal enfocado, fomentar la educación, un pueblo culto no tendría problemas de discriminación de género”.
Leonor Solís, (originaria de la CDMX y actualmente radicada en España) investigadora
La actual doctorante Leonor Solís tiene un espíritu inquisitivo que se manifiesta en plantear preguntas antes que respuestas: "es complicado ¿para las mujeres? ¿para los hombres? ¿para ambos por igual? (…) no soy científica social como para saber o poder decir con certeza que realizamos un mayor esfuerzo por pertenecer al ámbito cultural que las mujeres de cualquier otra profesión. Pero sí percibo que aunque hay muchas mujeres en estos ámbitos, conozco más a las de ciencias y licenciaturas como biología o ciencias ambientales, que están llenas de mujeres. ¿Cuántas de ellas, llegarán a ser académicas, tener un trabajo digno y pleno? ¿Cuántas de ellas tendrán que renunciar a su profesión por formar una familia o a su familia por seguir su profesión? Quizá allí si veo diferencias.
A lo anterior, Solís añadió que en el ámbito científico “la proporción todavía no es equitativa, a pesar de que muchas carreras estén llenas de mujeres, las investigadoras o académicas en las instituciones de investigación todavía no llegan a una proporción igual. En muchos eventos académicos o culturales podemos mirar la proporción y se me vienen imágenes de mujeres que se están allí al pie del cañón en el ámbito cultural: pienso en las que trabajan en la Secretaría de Cultura en perfiles que quizá no sean muy sobresalientes, pero que allí están día con día, en artistas de la UMSNH o del conservatorio, comprometidas, y obviamente también mis queridas científicas, quizá menos conocidas pero haciendo maravillas”.
Para terminar, la científica externó que se siente afortunada “por moverme en distintos ámbitos de la cultura a través de dos pasiones: la ciencia y el arte, me gusta vivir en la intersección de estos aparentemente distintos universos, pero que son muy parecidos, que están cubiertos de preguntas por responder, de investigación, de creatividad, de expresión, de propuestas. La experiencia de mirar y reflexionar nuestra realidad, es apasionante”.
Kitzia Simón (Pátzcuaro, Michoacán) artista visual y gestora cultural
Iniciadora y promotora de un centro cultural donde confluyen la música y las artes visuales, Kitzia Simón mantiene una postura más crítica ante lo que significa social y económicamente, el destacar: “es complicado sobresalir en cualquier ámbito para cualquier persona, siendo mujer opino que sí hay aspectos que hacen más complicado, sin embargo habría que cuestionarse si ‘sobresalir’ es la forma en que se puede resolver un equilibrio profesional de las personas”.
“Mi experiencia podría relacionarla no tanto con una cuestión de género sino de generación, cuando decido de manera adulta dedicarme al arte estaba en un momento clave para la comunicación visual debido a que iban creciendo de modo exponencial los medios, pero cuando era adolescente notaba que para hacer una carrera era más valorado todo un recorrido y ese fue mi referente: el hacer cosas muy sólidas y el sobresalir viene como consecuencia de un trabajo antes que un objetivo”.
Esa misma mirada reflexiva la lleva hacia los cambios sociales, que no son uniformes en absoluto: “tuve una maestra de filosofía que me marcó, pues entendí que el tiempo es espiral y no lineal (…) he notado muchos cambios y coordenadas en las que ser mujer es parte de lo que dificulta y otras donde es lo opuesto y vuelvo a sentir que es parte de un ritmo de generación, clase social e identidad”.
Para finalizar, Simón menciona que ahora, “no hay más que hacer, solo seguir provocando preguntas en terceras personas, en grupos y ser parte de ese cuestionamiento (…) seguir tendiendo lazos que nos acerquen a la noción de que no estamos separados de lo demás, ni de la naturaleza, ni de los hombres ni de la historia”.
Fotografías: Eli Defaria, Paul Green, Hailey Kean, Radu Marcusu, Michael Bradley, Marco Bianchetti, Oliver Thomas Klein, Skyler King, Andrew Neel, Glenn Carstens, Artem Kovalev, Chad Madden, Kari Shea y Ana Grave, desde Unsplash.
