Ulises Fonseca
“Soy tibetano, no soy chino, ya que mis abuelos y padres son tibetanos” dijo de manera clara y contundente el lama
Ven Thubten Wangchen, director de la
Casa Tíbet en Barcelona España y representante del gobierno tibetano en el exilio, que visitó Morelia para conversar con los estudiantes nicolaitas, en el auditorio Samuel Ramos, sobre la situación de su país en lo político y los derechos humanos.
La aseveración anterior (“soy tibetano, no soy chino”) ya encierra una postura política contestataria, pues como dijo Thubten Wangchen, el Tíbet es oficialmente parte de China y, para asegurar que sea de esta forma,
el gobierno de Beijing ejerce represión, controla los medios de comunicación, en la educación se ha excluido a la lengua tibetana, además de que no hay libertad de movimiento ni de religión.
“
El gobierno chino miente sobre la situación, miente sobre el hecho de que han construido líneas de tren y caminos para nosotros, pero son para colonizar, pues el Tíbet es muy rico en la minería, hay oro, cobre, uranio”, externó Thubten Wangchen y en esto, se puede encontrar ese factor fundamental por el que China tiene en su poder aquella región: el interés económico.
De hecho, el monje tibetano refirió que
el factor económico es el pretexto por el que la comunidad internacional solapa las acciones de China: “en
la ONU (Organización de las Naciones Unidas)
no se habla del Tíbet, pues como China es potente económicamente los políticos no abren la boca, poco les importa los derechos humanos”.
En este contexto, Thubten Wangchen mencionó que
ha surgido el fenómeno de la autoinmolación (suicidio por motivos religiosos, de protesta o desobediencia civil), que es atípico ya que no es parte de la cultura tibetana; sin embargo, refiere que ya van más de 150 casos, en su mayoría monjes jóvenes pero también madres, que dejan a sus niños al cuidado de sus padres. “Como los tibetanos no matan chinos, no es noticia, la paz no es noticia, por eso los medios no hablan de la situación” señaló.
Sin embargo, el monje refirió que entre las personas aún es fuerte el orgullo de ser tibetano, “pues
aunque se ha pasado malas experiencias, todavía estamos trabajando para preservar nuestra cultura y luego compartir con el mundo mensaje de paz”.
A propósito de esto último y como un buen seguidor del
budismo, Thubten Wangchen hizo énfasis en que
ésta religión enseña a respetar la vida, a cuidarla, tanto la propia como la de los demás, incluido los animales, "el Dalai Lama es bueno y nos enseña a que no tengamos rencor (…) los chinos son nuestros hermanos, estamos intentando no odiarlos, aunque eso sí, no nos caen bien”.
¿Qué sigue?, Thubten Wangchen dejó entrever que continuarán su resistencia, ya que si bien Beijing no cederá un ápice ante la posibilidad de que el Tíbet sea independiente, lo que buscan ahora es obtener autonomía, aunque hay autoridades chinas que se rehúsan a negociar esta posibilidad. Los tibetanos navegan en el barco de la resiliencia, fundamentada en la siguiente certeza: “
Xi Jinping se considera emperador moderno, pero no durará por siempre, como tampoco la fuerza del gobierno chino”.
Fotos: Louis Lo, kychan y Daniele Salutari desde Unsplash