Ulises
Fonseca
Foto:
cortesía Nina Cortes
Morelia,
Michoacán, a 29 de enero de 2025.- Las heridas emocionales derivadas
la violencia doméstica y la sanación de las mismas, constituyen el eje de la
pieza teatral “Kintsugi para una infancia rota”, que Nina Cortes
presentará en foro La Ceiba el fin de semana.
De
manera previa a las funciones, la creadora escénica compartió en entrevista que
la obra conjunta las técnicas del unipersonal y el biodrama, para contar
escenas de una infancia y adolescencia atravesadas por la violencia
intrafamiliar.
“De
niña y adolescente fui testigo de cómo mi padre violentaba a mi mamá y cómo
ella nos violentaba a nosotras sus hijas; entonces lo que quiero hablar con en
este montaje es cómo la violencia está sistematizada y ha estado oculta; es
decir, se habla en lo público del fenómeno, pero los casos quedan bajo el velo
de lo privado”.
En
relación a esto, mencionó, lo que buscó mediante la propuesta escénica fue “dar
voz a las hijas, hijos y madres que fuimos víctimas y ahora somos
sobrevivientes; poder hablar del tema”. Pero hacer esto no resulta en
absoluto sencillo, pues como la propia Nina Cortés compartió, “lo aplacé muchos
años porque es un ejercicio muy desgastante a nivel emocional, el de hablar
sobre cosas, sin ficción, con el espectador”.
Es
justamente por lo anterior que la obra tiene la palabra Kintsugi, un término
japonés que consiste en reparar con laca piezas de cerámica rotas, en un
proceso donde no se ocultan las cicatrices, sino que se hacen más evidentes para
resaltar el valor de la pieza, por lo simbólico y significativo que implica
reconstruir algo.
“Entonces justamente lo que hago es eso, una reconstrucción de todos esos hechos de mi vida tomando una postura desde el amor y el autocuidado”, expresó la creadora escénica.
El
proceso creativo
Nina
Cortés mencionó que la creación de “Kintsugi” comenzó en marzo del año pasado,
mediante un proceso de investigación donde estuvo acompañada por la productora Lenina
Cuiriz. Con ella, dijo, “hicimos entrevistas a mis familiares, mi mamá, mis
hermanas, revisando el archivo fotográfico”.
Para
la parte dramatúrgica, Nina Cortes contó con el apoyo de Sayuri Navarro
y a mediados de octubre se unieron Jaime Noguerón para dar asistencia a
las partituras corporales, hacer la codirección y el diseño de iluminación.
Larissa
Torres también fue codirectora, además de dar asesoría en la
dramaturgia; Landy Medina aportó su energía en la asistencia de
producción; la multimedia corrió a cargo de Cristina Bustamante, la
ilustración de multimedia fue de Yoaltizitl y el diseño gráfico fue por
parte de Valeria J. Sosa.
El
resultado es una propuesta escénica que se apoya, fundamentalmente, en la
interpretación corporal, la luz y multimedia para generar atmósferas,
acompañadas por elementos básicos de utilería y referencias a la música en
español escuchadas en el México de los 80, como Juan Gabriel, José José y Los
Ángeles Negros.
La
temporada
Las
funciones serán el viernes 31 de enero y sábado 1 de febrero a las 19 horas,
y el domingo 2 de febrero a las 12:00 horas en el mencionado sitio, que
está en la calle Lacas de Uruapan no. 301, al oriente de Morelia. La entrada implica
una inversión de 120 pesos por persona.
Anotar
también que Nina Cortés pudo realizar “Kintsugi para una infancia rota” en
colaboración entre la compañía Giras y Giros y foro La Ceiba, además del
Sistema de Apoyos a la Creación y Proyectos Culturales en su vertiente de
creadores escénicos 2023.