Ulises Fonseca
La debacle entre continuar con la tradición o seguir los propios sueños, es uno de los conflictos que se desarrollan en
“El próximo guardián”, filme proyectado dentro de la treceava gira de documentales Ambulante.
Codirigido entre Arun Bhattarai y Dorottya Zurbó, “El próximo guardián” retrata los anhelos de
dos adolescentes que viven en el corazón de Bután,
Tashi y Gyembo, de 15 y 16 años respectivamente.
Se trata de una
mirada sosegada, sin los recursos melodramáticos tan habituales en la televisión mexicana y sin la espectacularidad del cine gringo –quizá por ello la sala se encontraba a un tercio de su capacidad en la exhibición realizada la noche de este lunes- pero que logra llegar al corazón de un par de jóvenes que, quizá, reflejan los conflictos de una nación entera:
¿continuar con la tradición aunque eso signifique renunciar al mundo actual?, ¿satisfacer los deseos de los ancestros a costa de renunciar a los sueños propios?.
De esta forma, los dos jóvenes
pasan sus días entre el fútbol y los trajes tradicionales, el internet y las enseñanzas budistas, la escuela moderna y el antiguo monasterio: toda una serie de contrastes que pueden hallarse en una tierra lejana a la que ha llegado el Facebook pero que aún tiene monjes.
Hay otro elemento “curioso”:
la homosexualidad de Tashi y la naturalidad con que lo toman sus padres; de hecho, esa característica, que en otras partes del mundo genera un dramatismo terrible, no parece generar obstáculo alguno para la joven, tanto, que sus padres aceptan su gusto por el futbol y la introducen a un campamento de jugadoras, defienden ante otras personas el modo de ser “poco femenino” de su hija al decir “todos tienen colores y personalidades diferentes” y asumen que ella arrastró el alma de un hombre desde una vida pasada.
Sobre este último punto, uno podría dejarse vencer a los paradigmas occidentales y señalar que en esa observación –trajo un alma de hombre- hay un resquicio de machismo, pero lo más probable es que se trata de una forma de pensamiento habitual en el pequeño reino budista: ella es así debido al movimiento de las almas.
En cambio,
quien no parece pasarla muy bien es su hermano mayor, Gyembo, quien pese a tener una pasión intensa por el fútbol, se ve presionado por su padre para convertirse en un monje que estará destinado a cuidar del antiguo monasterio.
En suma, por su historia y propuesta visual, llena de una sutilidad mezclada con los impresionantes paisajes de Bután,
“El próximo guardián” es una ventana a un país lejano y fascinante, a la cual todavía pueden asomarse los espectadores, ya que
éste documental será proyectado de nueva cuenta este miércoles 28 de marzo, a las 17 horas, en el Planetario de Morelia “Lic. Felipe Rivera” (calzada Ventura Puente, periférico Paseo de la república s/n).
Fotografías tomadas de internet.