Ulises Fonseca
Fotos:
Peter Lewicki y Kilyan Sockalingum / Unsplash
Para conocer más sobre la forma en que la pandemia y la contingencia han afectado la labor de artistas, gestores y promotores, RedLab ha realizado un sondeo con el gremio, cuyos testimonios continuarán siendo publicados a lo largo de estos días.
Aquí, la tercera parte:
Farah Wesley, escritora, historiadora y gestora cultural asentada en Tacámbaro Michoacán
¿Cómo
afecta el tema de la contingencia al ejercicio de tu labor?
Afecta directamente porque gestiono proyectos y eventos dado que soy un agente cultural tanto de Tacámbaro como de Morelia y desde el 17 de marzo no tengo trabajo, ya pasó más de un mes sin que haya obtenido salario alguno.
También son parte de la Casa de Cultura de Tacámbaro, espacio considerado “no esencial” y desde que inició el problema de la contingencia no hemos ejercido; ahí mis clases no son parte de la nómina, se pagan aparte y si no hay clase pues no se pagan, si no genero eventos tampoco me los pagan entonces he dejado de percibir esos honorarios.
¿Qué
estrategias piensas seguir o ya estás implementando?
Lo que he hecho es activar la página del proyecto Juglares artes orales para llevar, que fundé para materiales orales como la poesía, el son, los cuentacuentos; también he hecho cosas para el taller “Semillero literario” encabezado por Samantha Vargas y la FILIT (en referencia a la Feria Intercultural del Libro de Tacámbaro). Lo que he hecho es enfocarme en esos proyectos, que se han movido de forma virtual, pero no estamos obteniendo un salario.
También tengo una tienda de cosas artesanales online, se han movido poco pero sí ha sido posible obtener ganancias a partir de ahí; lo que pienso es continuar, ahora que se levante la contingencia, con las labores de Casa de cultura y generar eventos que hasta cierto punto sean redituables para nosotros los agentes culturales.
¿Qué
escenarios prevés?
Creo en echar mano de lo que tenemos cercano, aquí por ejemplo activar la FILIT, re agendarla, ponerle una nueva fecha fija, activar cosas también en sitios donde se genere cultura tanto en el pueblo como en Morelia.
Pienso que nada será igual, todo será muy lento y habrá una reinserción social lenta, asustadiza y escurridiza, no será como que de inmediato todos salgan de su casa a abrazarse dado que la enfermedad continuará permeando hasta el año entrante.
Diego Marín, coreógrafo, gestor cultural y director de Graham Dance Center, espacio dedicado a la danza ubicado en Ciudad Hidalgo Michoacán
¿Cómo
afecta el tema de la contingencia a la operación del lugar?
No estamos trabajando, se suspendieron las funciones que teníamos agendadas y todas las actividades académicas se están realizando online, sin embargo, la respuesta de la gente no es muy buena.
¿Qué
estrategias seguirán?
Estamos
compartiendo nuestro trabajo online a través de redes sociales y vinculando
nuestro contenido con otras instituciones culturales.
Además construimos una plataforma educativa online llamada Umbra Campus.
¿Qué
escenarios prevén?
Prevemos
que se reanude todo de manera normal para el verano.
Abdiel Villaseñor Talavera y Laura Matínez Ayala, directores de La Serpiente danza contemporánea, en Morelia
¿Cómo
afecta el tema de la contingencia al ejercicio de su labor?
Para responder a esto, Matínez Ayala tomó la palabra: “la serpiente es una compañía que realiza mucho trabajo en ‘territorio’, entonces más que la afectación por la imposibilidad de tener presentaciones en recintos escénicos el mayor perjuicio es en al ámbito económico y la situación es generalizada. No obstante, no es lo mismo que un servidor público, del orden que sea, esté en confinamiento en casa a la situación de nuestro gremio donde hay que confinarse cuarenta días pero sin salario”.
“Creo que –añadió- como toda catástrofe, la pandemia golpea pero no a todos por igual. La responsabilidad de esa inequidad nos concierne a todos y sin duda la función pública deberá dialogar con un momento histórico de extrema complejidad”.
¿Qué
estrategias piensan seguir?
Abdiel Villaseñor contestó a esto afirmando que “tuvimos la fortuna de realizar 28 presentaciones de danza entre enero y febrero, la Contingencia sanitaria nos tomó terminando la Primer temporada de Danza Escolar del año. En este sentido, tratamos de mantenernos a la escucha de lo que el momento estaba demandando de nosotros y nuestra sensación no fue la de querer trabajar con el impulso de la inmediatez”.
“Fue así –agregó- que decidimos dar continuidad a nuestro trabajo de divulgación con niñas y niños y nos dimos a la tarea de diseñar contenidos donde a partir de ejercicios lúdicos se promueve la sana convivencia y la emergencia de conocimiento desde casa. Todo colocando al cuerpo como eje central. Ahora, trabajando desde casa logramos producir los primeros materiales que serán distribuidos a partir del 4 de mayo próximo.
“De tal forma que las estrategias las activamos desde el inicio de la contingencia y como una necesidad genuina de abonarle a la recuperación del momento que estamos viviendo. Puedo decir que tenemos la fortuna de no sentirnos frenados” expresó.
¿Qué
escenarios prevén?
Frente a esto, Laura Martínez Ayala comentó que ellos creen importante “obligarnos al no colapso y una forma de hacerlo es justamente imaginando escenarios distintos en el futuro inmediato. En México estamos acostumbrados a resolver los problemas sobre la marcha, pero hay contextos donde la previsión está instalada culturalmente. Nuestras giras al extranjero previstas para este año están reagendadas ya para el 2021, por ejemplo”.
Por su parte, Abdiel Villaseñor afirmó que en efecto “hay batallas importantes de librar en la tierra propia, ahora es muy evidente el nivel de precariedad en el que vive un artista promedio en México. Este momento es crucial para reorientar esa condición, depende de todos activar los niveles de debate hacia allá. El COVID19 colocó ese escenario sobre la mesa. Prevemos seguir trabajando, en soportes distintos porque el confinamiento así lo demanda pero siempre apostándole a la no gratuidad de nuestros servicios profesionales y sin sumar a donde la dignidad no tiene cabida”.
Gunnary Prado Coronado, dramaturga, actriz de teatro y profesora asentada en Morelia
¿Cómo
afecta el tema de la contingencia al ejercicio de tu labor?
Lo pensaría en dos horizontes: uno tiene que ver con la actividad teatral propiamente y el otro la docencia, ambos han sido seriamente trastocados.
La actividad teatral está completamente detenida, con las personas que colaboro hemos pensado infinidad de maneras para echar andar nuestros proyectos pero todo nos lleva siempre en utilizar las plataformas virtuales para reproducir nuestras obras y la verdad es que el gran conflicto que tenemos con ello es que la videograbación o el streaming no sustituyen al acontecimiento teatral.
En
el lado de la docencia ha sido todo un trabajo porque, si bien estábamos muy
familiarizados con las plataformas éstas no han resultado tan productivas como
pensábamos, de hecho por momentos nos han jugado en contra, ha sido difícil esa
parte.
