Ulises Fonseca
Una
mujer que se siente tan sola que es capaz de retener (metafórica y literalmente) a otra persona, un hombre que oculta su sentir tras la forma más típica –y tóxica- de masculinidad y un perro muy particular que atestigua lo anterior: este es el tema de la obra
"Un hombre, una mujer y un perro", que se presentó este fin de semana en Michoacán.
Los lugares que recibieron esta obra fueron el Centro Dramático de Michoacán (Cedram) en Pátzcuaro, donde estuvo el sábado 9; mientras que en el Teatro Ocampo, de Morelia, la presentación tuvo lugar este domingo 10 de junio.
Ahí, los intérpretes
Roberto Sosa, Daniela Zavala y Jorge Zárate desplegaron sus habilidades histriónicas para dar vida al
“Perro”, “Ella” y “Él”, respectivamente, tres personajes cuyas relaciones dieron pie, en la superficie, a una muy divertida comedia situacional, mientras que en lo subyacente retrata la característica principal de nuestra sociedad, en apariencia muy conectada:
la soledad, el dolor, el egoísmo y la injuria mutua.
De esta forma, “Él” y “Ella” son dos personas en edad madura que viven en soledad; uno aparenta disfrutarla con encuentros sexuales casuales y vacuos, mientras que ella sufre y llega a sentir que no existe para nadie. Ambos llegan a encontrarse y, aunque no congenian, deciden “construir” una relación a base del autoengaño, pues prefieren estar juntos antes que regresar a su soledad.
Esta situación absurda es atestiguada y narrada por el “Perro”, un personaje con el que se genera un contraste genial ya que, mientras el animal demuestra dosis de inteligencia y sensibilidad, los humanos dan rienda suelta a la ofuscación e insensibilidad.
No por nada, Roberto Sosa –sin duda el mejor actor de la obra- llegó a externar que la soledad
“es la gran paradoja de nuestro tiempo, vivimos en ciudades con millones de habitantes, pero nos sentimos solos en medio de esta masa, de la gran multitud".
Es, en suma, es una sátira a la sociedad moderna, plagada por individuos alienados que se regodean en el desequilibrio. Cabe decir que la autoría es de la alemana Sibylle Berg y fue adaptada al contexto mexicano por el director Ignacio Flores de la Lama; además, la obra está en plena gira nacional y Morelia fue la séptima ciudad donde fue presentada.