Ulises Fonseca
¿Qué significa ser mujer en el mundo actual? y, más aún, ¿cómo es ser mujer en nuestro país?, las anteriores son cuestiones que han tocado de forma recurrente a la puerta de Atenea Cruz, una joven escritora que, para dar salida a esas preocupaciones, ha escrito una serie de cuentos en distintos momentos de su carrera y que ahora han sido recopilados por la editorial An.alfa.beta en el libro “Corazones negros”.
El libro está conformado por once historias y la mayor parte de los textos tienen como figura central a una mujer, un hecho que, de acuerdo a lo externado por Atenea Cruz, “obviamente es algo que se liga con el hecho de que soy mujer, es decir mi experiencia en el mundo es femenina y me interesa explorar todas las áreas de lo que implica ser mujer en el mundo: la violencia sistemática, los clichés sobre lo que se espera de una mujer, la supuesta fragilidad, problemas como el aborto”.
Esta característica ha sido muy llamativa para lectores y lectoras, cosa que se liga a un trasfondo, pues de acuerdo a la escritora “en casi todas las presentaciones me han preguntado ‘¿por qué la mayor parte de los protagónicos son mujeres?’ y yo como feminista me pregunto ¿a los hombres que escriben narrativa protagonizada por hombres les preguntan eso?, y digo ‘no’; ¿a las mujeres que escriben historias protagonizadas por hombres?, tampoco les preguntan eso; mientras que a los hombres que escriben con mujeres protagónicas tampoco les preguntan eso; entonces es algo que da un panorama de la visión de la literatura en México, es decir, el hecho de que brinque tanto a la vista habla de que la mujer no esta visibilizada lo suficiente”.
A propósito de esta cuestión, la autora refiere que la condición femenina “se ha explorado poco en la literatura porque mucha esta enunciada desde lo masculino, pienso por ejemplo en Madame Bovary de Gustave Flaubert, que es una mujer muy bien descrita, pero por un hombre; como lectora critico mucho las novelas escritas por hombres en donde no están bien construidas las mujeres, no le veo sentido si no harán trabajo de investigación profundo, no digo que los hombres deben escribir desde la perspectiva masculina y las mujeres desde la femenina porque la literatura no tiene género, pero construir personajes verosímiles del género opuesto no es tan fácil”.
Aunado a lo anterior, aunque actualmente se hable de la necesidad de visibilizar a la mujer en la literatura desde su papel como autoras, Atenea Cruz busca también contribuir a esto desde los personajes e historias, si bien la propia autora confiesa que fue algo que surgió de modo orgánico: “fue en automático, es decir ahora veo hacia atrás y sí, mi novela es sobre mujeres y mis otros dos libros de cuentos mayormente tienen mujeres protagonistas”.
“Creo que en literatura -añadió- pasa así, uno empieza a escribir por necesidad, por gusto, por experimentar y cuando pasan los años te das cuenta que eres reiterativo en ciertos temas; esto se cruza con mi aprendizaje del feminismo, hay cosas que me preocupan de la vida cotidiana y la política que claro, permean a la literatura. Pero al mismo tiempo no es lo único, pues que me gusta escribir cuento fantástico, de suspenso, en el género erótico y el humorístico, dado que mi preocupación fundamental es contar una historia que atrape, entretenga y sacuda al lector, eso es lo primero”.
La sexualidad y corporalidad femenina
Para la escritora duranguense, la presencia del sexo responde a una cuestión fundamental: se trata de un elemento natural de cada ser humano y por tanto, dijo, “me parece que es una consecuencia lógica del actuar de ciertos personajes”, no obstante, comentó que sí es un plus hablar de sexo “porque no hay lo suficiente y, otra vez, mucha de la perspectiva de la sexualidad femenina en la literatura es a partir de lo masculino, hay cosas cursis, falsas y de flojera”.
Sin embargo, Atenea Cruz reitera que las posturas contra los tabués son un plus, ya que la intención primordial es narrar una historia que funcione “y si hay una historia donde una mujer tiene que coger y dice 'quiero coger' pues que coja. Creo que la humanidad esta muy mal en el sentido de que vivimos en 2019 y sigue habiendo tabués alrededor del sexo como si no fuera la cosa mas natural de la vida y estos dilemas que todavía hay en torno al matrimonio gay y otras cuestiones me hacen decir '¿cómo es posible que se siga debatiendo un asunto tan privado en esta época?' son cosas que ya deberían estar superadísimas y tendríamos que estarnos ocupando de cuestiones como el cambio climático”.
Por otra parte, Atenea Cruz expresó que sí tiene el interés de tratar el tema de la corporalidad, en específico la femenina, debido a que “las mujeres tenemos una visión muy cruel de nuestro cuerpo, sí nos educan para violentarnos: desde las bebés que perforan las orejas, después nos programan para ser siempre delgadas, para lastimarnos con tacones, con brasieres con varilla o faja, es decir, hay que estarse lastimando constantemente para cubrir ideales de belleza femenina (...) son cosas que absorbí desde pequeña y el proceso de deconstrucción ha sido muy difícil, entonces se trata de una cuestión que me mortifica y me pide problematizarla cuando escribo”.
La recopilación
De acuerdo a lo dicho por la escritora, la mayor parte de los cuentos de “Corazones negros” fueron publicados antes en revistas como Play Boy, Punto de Partida, Tierra Adentro y Crítica. “Alejandro Vázquez Ortiz -contó- es un escritor regiomontano que tiene junto a Carlos Lejaím y Frank Blanco la editorial independiente An.alfa.beta y me invitaron a publicar con ellos un libro de cuentos, Alejandro me dijo 'vamos a hacer una recopilación' y la armamos”.
Entonces el libro salió en agosto. Cabe decir que toma su nombre, Corazones negros, del último cuento y ésto a su vez proviene de un dicho que dice Liliana Blum, que de acuerdo a Atenea Crzu “ella, que es mi amiga y escritora, cuando habla de una persona que le parece mezquina o fea de trato dice que tiene el corazón negro, es una expresión que me gusta porque me parece muy visual”, una idea próxima a una de las asociaciones en occidente hacia el color negro: el vacío.
Ésto último le fue útil a la escritora para dar juego a la línea conductora del libro, pues dijo “creo que los personajes del libro tienen en común un hueco en el pecho, algunos son mezquinos pero otros están buscando algo para llenarse; el libro en general tiene mucho humor, humor negro además”. Es una idea que fue expresada en la portada con una ilustración de José Luis Arriaga.
Ahora bien, es importante señalar que el libro está a la venta en las librerías del Fondo de Cultura Económica de todo el país, librerías independientes como Casa Tomada (Ciudad de México), Profética (Puebla) y en el siguiente enlace electrónico:
https://www.kichink.com/buy/2293264/editorial-analfabeta/corazones-negros