- Pátzcuaro, ciudad anfitriona, albergó a más de 50 artistas nacionales
- A través de conciertos, talleres, exposiciones y cine documental se mostró el vínculo existente entre ambas expresiones culturales
El Festival Huellas inició sus actividades con diversos talleres. Con el fin de generar una nueva forma de transmitir la música tradicional, los talleres de música Purépecha y de música de Tierra Caliente. Los talleres que mostraron el vínculo que existe entre las dos expresiones culturales en torno a las que gira la curaduría del festival: el de Arpa y el de La Perspectiva Barroca del Son Mexicano -taller para guitarra-. Los talleres de Orquesta Barroca, de Jarana, de Valona y de Zapateado de gran importancia para mantener viva la huella de nuestras raíces.
El festival contó con exposiciones y actividades lúdicas: Globos de Cantoya de Cherán, en el Antiguo Colegio Jesuita y La Lotería Huanota (proyecto auspiciado por el INBA el año pasado), donde se reinterpretó con temática musical y purépecha las imágenes de la lotería tradicional, y se escribieron décimas para cada imagen. Las 52 imágenes de la lotería se montaron en diversos lugares de la ciudad de Pátzcuaro.
El evento de inauguración del festival, se llevó a cabo, en la galería de arte La Mano Gráfica el jueves 14 por la tarde. La unión entre el grabado y el son michoacano, que otorga valor a la tradición gráfica y la lírica mexicana, se vivió con la exposición “Papel Sonando, sones ilustrados”, grabados de Jesús y Juan Arriaga Silva, acompañados con la interpretación musical de sones de la cuenca del río Balsas por Serafín Ibarra, Jaime Mier y Alaín Figueroa ─músicos terracalenteños─; los siguió el concierto de Los Jilguerillos del Huerto, música tradicional de los balcones de Tierra Caliente, quienes mantienen viva la tradición musical en su tierra.
Posteriormente los invitados se trasladaron a la explanada del Antiguo Colegio Jesuita para presenciar el vuelo simbólico de un Globo de Cantoya. El globo fue elaborado por artistas de Cherán Michoacán, quienes además montaron una exposición de globos en dicho centro cultural.
Para el cierre de actividades de este día, se presentó en el templo El Sagrario: Tiranni Splendori, ensamble vocal-instrumental mexicano de música antigua, con su programa Defensor Alme Hispaniae, resultado de una investigación musicológica, este ensamble le ha dado nuevamente vida a obras de Antonio de Salazar que no se habían escuchado en 300 años.
El viernes 15 de mayo, comenzó el día una de las actividades lúdicas del festival, se impartió el taller de globos de Cantoya por Rosa Huaroco, Elian Leco, Luis Giovanni Fabián y Francisco Rosas de Cherán Michoacán.
La expresión cinematográfica, también presente en el festival, con la proyección de los documentales Mixteco Now y Atempa, sueños a orillas del río, con la presencia del realizador Edson Caballero Trujillo quien habló de la investigación musicológica que hay detrás de la elaboración de Atempa, documental musicalizado con una banda típica de San Blas, Oaxaca.
Cerca del medio día en el patio central del Antiguo Colegio Jesuita, el Conjunto de Arpa Grande El Lindero, acompañado de grandes bailadores y bailadoras, ofreció un concierto para rendir homenaje al músico de la Huacana, Don Isaías Corona, quien cumplió 104 años ese fin de semana, y quien estuvo presente durante este evento acompañado de su hijo Antonio Corona y familiares.
Más tarde se llevó a cabo, en el mismo recinto, el concierto de Flor de Acuyo, ensamble dedicado a la creación y recreación de música nueva y tradicional, ofreció a los espectadores otra manera de interpretar el son tradicional.
Para complementar la experiencia, al atardecer, se brindó otra elevación de globos de cantoya en la explanada del Colegio Jesuita para acompañar el paso del público a la otra sede.
En el templo de La Compañía, el concierto de música barroca del contratenor Santiago Cumplido y el tiorbista Alex Jenne, donde se pudo apreciar música del barroco europeo con una acústica óptima.
Por la noche, la familia Serrano, brindó un pozole para músicos y organizadores del festival, lo que motivó a que de forma espontánea se hiciera un fandango en el cual participaron El Lindero, Los Carácuaros de Serafín Ibarra, el Trío Balcón Huasteco y Los Jilguerillos del Huerto; el fandango se prestó a la improvisación de versada con la participación de Raúl Eduardo González.
El sábado 16, nuevamente se dió el taller de Globos de Cantoya, en el patio central del Colegio Jesuita. Otra de las actividades lúdicas del festival, fue el juego de la lotería La Huanota, la cual fue cantada con versos improvisados por el Trío Balcón Huasteco, Raúl Eduardo González y Carlos López Tavera.
Por la tarde, la cita fue en la Casa de los Once Patios, en donde se montaron tres escenarios para disfrutar de los diversos conciertos que ofrecía el Sarao del festival. La primer participación fue de Ox Musici, que interpretó música ligada a la Literatura Hispánica y del Nuevo Mundo. Seguidos por el Grupo Reencuentro quienes interpretaron música michoacana de diversos géneros, y Héctor Bahena, quien brindó una muestra sones de artesa, música de tierra caliente de Guerrero, en el patio del mural.
Posteriormente el público se trasladó al segundo patio, para disfrutar del recital de arpa de Bárbara Cerón, al cual se integraron, alumnos de los talleres de arpa y de guitarra, así como los músicos invitados Eloy Cruz y Roberto González.
Después en otro de los patios de este recinto, se ofreció el concierto de la Orquesta Barroca, dirigida por la violinista Rebecca Huber, en el que también participaron alumnos de este taller.
En la noche para concluir los conciertos del Sarao, Zenen Zeferino y Sonoro Sueño, músicos de son jarocho llenaron de energía y música el patio principal de la Casa de los Once Patios, con décimas improvisadas, composiciones propias y sones tradicionales.
Al cierre de este concierto se dió paso a un Fandango de múltiples regiones en donde se pudo disfrutar y bailar al ritmo calentano de Chaneque Son, Serafín Ibarra, y al compás del son Jarocho, la música se extendió hasta la media noche.
El domingo 17, la cita fue nuevamente en la Casa de los Once Patios, para escuchar a los grupos Chaneque Son y al Trío Balcón Huasteco.
El concierto de clausura, en el Templo de La Compañía, los ensambles Tiranni Splendori y Flor de Acuyo, ofrecieron un programa compartido interpretando música del “Códice Trujillo del Perú” o “Codex Martínez Compañón”, en el que se apreció claramente el vínculo entre la música antigua y tradicional.
Todos los eventos fueron presenciados por un público diverso que generó un vínculo de colaboración muy respetuoso, muy limpio, que se supo adaptar a las características de los espacios, de la logística y de la música.
Como muestra de pluralidad y accesibilidad, los eventos abiertos al público general fueron de cooperación voluntaria.
Tanto organizadores, como músicos entregaron a este festival su corazón y generando juntos colaboración con la comunidad de Pátzcuaro se realizó autogestivamente, la esencia al Festival Huellas.