Ulises Fonseca
Espacio amplio, luz mortecina y un público entre dubitativo y receptivo, fue lo que encontraron los de
AristoSwings, agrupación que visitó el auditorio de la
Universidad Vasco de Quiroga para cerrar, la noche de este jueves, la
quinta edición del Festival JazzUVAQ.
De esa forma, lo que habitualmente es lugar para encuentros deportivos o graduaciones, fue convertido en sala de concierto para una agrupación moreliana, misma que interpretó un programa compuesto por canciones originales y obras estándar.
Al respecto, el
guitarrista de AritosSwings Miguel Castellanos expresó que la presentación tuvo una conexión cercana al disco
“Ventanas”, volumen producido por la agrupación que dijo “contiene cinco estándar de jazz y cuatro canciones de nosotros, entonces lo que hemos hecho en los conciertos es intercalar nuestras composiciones con las piezas estándar, pero éstas ya no son necesariamente las del disco, sino que hemos integrado otras piezas de acuerdo a lo que sentimos que falta en cada ocasión para dar unidad, pues
pretendemos que desde el inicio hasta el final conduzca a varios estados de ánimo”.
En ese sentido,
Ruth Maldonado, quien es la voz del grupo, mencionó que gracias a la búsqueda de unidad “nos hemos dado cuenta de que cerrar con la energía arriba brinda una satisfacción a ambas partes: a nosotros como músicos y a la gente que nos está escuchando; además,
creo que nuestros programas se han movido al swing, ya no tanto a la balada, pues queremos que llegue un momento en el que la gente baile”.
Ahora, con respecto a la experiencia que tuvieron dentro de la UVAQ, Maldonado refirió que sí pudo sentir en el público la compleja personalidad estudiantil:
“al inicio como que sí estaban un poco dudosos, tratando de entender lo que sucedía, pero luego los vi muy participativos, no lo vi difícil”.
En esta misma cuestión, Miguel Castellanos adujo que todavía existen visiones que ubican al jazz como una forma de música dirigida a especialistas: “normalmente tenemos la idea de que el jazz es una música difícil de escuchar, para eruditos y que es muy rígida, pero en realidad permite mucha libertad y
creo que los chicos sí venían un poco intimidados, pero llegaron con una banda que les propuso pararse a bailar y disfrutar”.