Ulises Fonseca Madrigal
La crisis económica ha traído un horizonte lleno de claroscuros para los centros culturales independientes de la ciudad, al grado de que algunos de sus promotores han pensado en cerrar estos espacios. Sin embargo, los impulsores de estos lugares se aferran a su vocación por generar cultura y bajo esa encomienda es que encuentran la resiliencia suficiente para seguir su operación este 2017.
En el caso del terreno escénico, uno de los integrantes de la compañía de
danza La Serpiente, Abdiel Villaseñor, manifestó por una parte, que las políticas de subvención que tiene el estado han tenido un efecto negativo para quienes sostienen un espacio cultural “donde por cualquier producto o servicio se debe pagar”.
No obstante, refirió que pese a la crisis económica-política y social “
nuestro proyecto se mantuvo ‘a flote’ tanto en los procesos de creación como en la programación de actividades de terceros, como son el Festival internacional Red Serpiente o las funciones de residencias artísticas, por poner un ejemplo,
sin embargo la carga de trabajo para lograr cierta ‘estabilidad’ económica se duplicó en relación a años anteriores”.
Por su parte,
Eli Solís, impulsor de la academia de danza Jazz Up, expresó que
el 2016 “fue un año muy complicado, el contexto económico ha venido mermando cada vez más a la sociedad y las actividades artísticas resintieron las consecuencias”.
Asimismo, señaló que observa que hay una tendencia cada vez mayor por reducir presupuesto al sector de cultura y por ende, debilitar los programas de desarrollo, “lo cual contribuye a la pobre producción que se genera en la actualidad”.
En el caso específico de
Jazz Up, dijo que es un centro que permanece “gracias a su misión, que va más allá de generar un recurso económico, ya que su objetivo es y será el de apoyar a los jóvenes con vocación en la danza”.
Ahora bien, el bailarín y coreógrafo mencionó que
siempre han buscado estrategias para subsistir, por lo que en 2017 “estableceremos temporadas, encuentros y convivencia en el foro escénico alternativo, en vísperas de generar movimiento dancístico dentro de nuestras posibilidades”.
Quienes no han tenido afectaciones graves han sido los integrantes de
Foro La Mueca, como bien lo manifestó la actriz y titiritera
Ana Karen Andrade:
“se ha mantenido la respuesta de público frecuente, así como de gente que va por primera vez”.
Pero además, la actriz dejó entrever que el 2016 tuvo en general un saldo más bien positivo para La Mueca, pues señaló que los integrantes “pudimos visitar algunos municipios y otros estados de la República, estrenamos una obra teatral con un núcleo de jóvenes y seguimos convocando a nuevos núcleos”. Eso sí, mencionó que en el Foro “
no hubo presencia internacional y nos hace falta fortalecer las funciones con núcleos organizados de escuelas”.
Por el contrario,
Gilberto Salvador Pérez Baeza, uno de los iniciadores del
multiforo gastrocultural Cactux, refirió que
el año recién concluido fue “flojo monetariamente” pese a que su cartelera se ha fortalecido, en especial en lo referente a los conciertos: “hemos afianzado la propuesta musical”.
Pérez Baeza atribuyó la falta de respuesta económica a las problemáticas socioeconómicas, misma que dijo “es notable no solo en el estado sino en el país, la falta de liquidez económica”. No obstante ese panorama,
mencionó que para el 2017 continuarán su trabajo y buscarán “fortalecer los lazos con el público, siguiendo por la línea cultural y de oferta gastronómica”.
Una posición más neutral salió de
Sebastian Portillo, coordinador de la academia de fotografía FotoViva, quien expresó que han visto una tendencia donde las personas favorecen a los foráneos por sobre el talento local: “
en talleres de cine la gente reacciona si son personajes del exterior, es decir, si vienen de la Ciudad de México, Guadalajara o Monterrey hay aceptación fuerte,
pero con personajes de la propia ciudad la gente desconfía (…) siempre consideramos que lo de fuera es mejor”.
Otra cuestión, dijo “es que más allá de que la gente no tenga dinero en realidad está muy distraída”, por tanto, para este año dijo que estarán conscientes de ese fenómeno para poder generar estrategias con las cuales llegar mejor a la gente. Además, dijo identificar una problemática:
“entre los espacios culturales no nos comunicamos y a veces hacemos lo mismo, parece entonces que competimos de forma caníbal cuando debiéramos reunirnos y juntar fuerzas”.
En cuanto a lo que puedan deparar los siguientes meses, Portillo dijo que “el plan para el 2017 es enriquecer el abanico de expositores, queremos invitar a más artistas,
no considero que este vaya a ser un año terrible”.
El espacio que recorrió en 2016 un páramo más benévolo, aunque no exento de baches, fue
Foro La Ceiba, un lugar consagrado a las artes escénicas donde, como dijo su impulsora Nora Lucía Díaz, en el año recién pasado “
la participación de la comunidad de la colonia incrementó, lo cual es uno de nuestros objetivos, mientras que el espacio físico tuvo mejoras, ya que recibimos una donación de butacas por parte del CEDRAM (Centro Dramático de Michoacán) y se puso madera al piso del escenario. Además, los talleres abiertos se mantuvieron y aumentó el número de integrantes”.
Sin embargo, dijo que el número de grupos presentando obras bajó mientras que “nos
quedó pendiente una planeación estratégica para llegar a un mayor número de público”.
Por lo que toca al 2017, la intérprete teatral mencionó que habrán de iniciar un proyecto llamado "La vuelta al Sol; un año de funciones en foro la Ceiba", mismo que logró respaldo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA), que consiste en generar la programación que habrá este año,
“para lo cual se lanzará una convocatoria a los grupos teatrales de Michoacán”.
En otra zona de la ciudad se encuentra la
Galería Kitsch, espacio ubicado justo frente a la antigua central camionera, que buscó aportar opción diferente dentro de una zona roja, “pero que se resiste”, como llegó a comentar alguna vez su directora, Mariela Rodríguez.
Y en efecto, esa resistencia se ve reflejada en la dificultad por sostenerse, pues pese a que la Galería es exitosa en cuanto a la realización de eventos, el consumo de arte es muy bajo.
Con relación a esto, Mariela Rodríguez mencionó que en la Galería “se siguen realizando exposiciones, tenemos agendadas también otro tipo de eventos como lecturas o conferencias, entonces
en cuanto a la actividad artística-cultural no me queda la menor duda de que somos opción a las instituciones”.
Sin embargo, dijo que
la venta de obra “es muy poca, también sucede que los insumos que ofrecemos como cafetería se han incrementado, tenemos que subir los precios y
noto que la gente no trae dinero, van a realizar los eventos pero hay poca ganancia”.
Otro problema, dijo, es la inseguridad:
“hemos tenido robos y eso nos tiene preocupados, también sucede que el personal es muy fluctuante, creo que es por el giro de galería o cafetería que lo ven como trabajo temporal y no se comprometen”.
Las políticas culturales: retos y pendientes
Ahora bien,
¿de qué forma podría evaluarse al 2016 en cuanto a la aplicación de políticas culturales?, pues
la promotora y artista escénica Gunary Prado menciona que esta “es muy negativa para la autoridad, me parece que fue un año de muchos reveses, en lugar de que con el cambio de gobierno se diera un viraje radical en la orientación que llevaba Marco Antonio Aguilar Cortés (secretario de cultura en la administración gubernamental pasada) me parece que la gestión de Salvador Ginori Lozano (secretario anterior a Silvia Figueroa Zamudio
http://www.cambiodemichoacan.com.mx/nota-n12547) hubo detenimiento y retroceso en muchos aspectos”.
Asimismo, Prado consideró que en lo referente a las artes escénicas, lo que zanjó de modo negativo el año pasado fue
el cierre Foro La Bodega alterna: “fue una catástrofe, para la propia Secum (Secretaría de Cultura de Michoacán) fue una decisión muy complicada pero además muy mal tomada y el querer conciliar prometiendo una serie de acciones que nunca se llevaron a cabo es más lamentable, inclusive se fue sin dejar previsto eso” (en referencia a la salida de Ginori Lozano).
Para la directora de teatro, un aspecto positivo que dejó el 2016 fue
la aplicación de México Cultura para la Armonía, que consideró “fue muy importante y amortiguó muchas de las cosas que ha dejado de hacer la Secum, como son el trabajo con las comunidades, al interior del estado, en artes populares, el trabajo en educación y formación continua, gestión cultural para la infancia,
lamentablemente ese programa no tendrá continuidad”.
Por tanto, Prado mencionó que luego de considerar, dijo, cuestiones como el recorte presupuestal, el déficit de espacios, la apatía de los servidores públicos y la desorganización de la propia comunidad,
“me parece que el 2017 pinta aún más triste (…) hacer gestión cultural desde el frente institucional será muy complicado sino es que nulo, creo que la comunidad teatral necesita mirar hacia otros modelos”.
En esa misma tónica esta Abdiel Villaseñor, pues el coreógrafo manifestó que “
el panorama para 2017 no es alentador en términos financieros y ante ellos debemos consolidar estrategias de recaudación de fondos no provenientes del Estado sin que ello represente dejar de ejercer presión con el trabajo sobre la importancia de nuestra actividad para el desarrollo del país”.