¡Qué noche esa noche! Primavera, juventud y música, la fórmula secreta para desbordar la vida como la espuma en un tarro de cerveza. San Juan Project llevó al éxtasis a más de 500 almas que se regodearon con el nu jazz de los tapatíos en honor al cuarto año que Mamá Gallina rompió el huevo.
Como si el calor no fuera suficiente, la noche se puso a tono con las primeras notas de San Juan, pocas bandas para encender de cero a 100 al respetable con unos cuantos acordes.
La trompeta, esa trompeta que rasga las fibras más sensibles del espíritu, rompió la monotonía que reina bajo el cielo de Morelia. Se nota que Arturo de la Torre aprendió bien el linaje de los mejores trompetistas del mundo, un lujo escucharle en escena.
En la frontera de dos días, San Juan Project sorprendió a quienes pensaban que poco ofrecerían de novedoso desde su más reciente presentación en Morelia, en la clausura del Festival de Arte Urbano Nicolaita. Pero a los pocos minutos que iniciaron su ritual sonoro, esas dudas se disiparon para convertirse en certezas que detonaron la euforia de la audiencia.
Un aquelarre esa mezcla de sonidos que se amalgaman entre el electro, bajo, batería y los alientos que rememoran la música de la bella época.
No hay mejor tiempo que el presente, y no hay mejor manera de vivirlo que escuchando en vivo el paso de la vida. Por eso es que, ante la sublevación musical encabezada por San Juan Project, la razón pidió un trago en la barra. No se puede poner resistencia ante el corazón y los impulsos.
Sin duda, San Juan Project es de lo mejor que se ha escuchado en el último año en Morelia, un concierto que la gente recordará durante muchos días y noches. Sobran los motivos para celebrar. [gallery columns="2" ids="1035,1036,1037,1038" orderby="rand"]