Redacción
Ofrecer un espacio cultural y contribuir con ello a la generación de un mercado del arte, es el objetivo del Hotel Rosa Barroco, un lugar que ha llegado a sus cuatro años de existencia con un proyecto nuevo: un espacio de galería.
“Prácticamente nos acabamos de inaugurar como hotel-galería, la primer expo fue hace tres meses y fue una colectiva llamada
‘En torno a la piel’ donde participaron Alex Guerra, Benjamín Lázaro, César Hernández y Francisco Méndez” mencionó la gerente del Rosa Barroco,
Jessica Ledesma, quien añadió que para futuras exposiciones están abiertos a propuestas: “somos un hotel boutique regional y por tanto buscamos que la obra vaya en ese contexto, sin embargo tenemos apertura a que los artistas vengan y traigan su dossier para una posible exposición”.
Sobre las razones que los motivaron a abrir la galería, Ledesma mencionó que “el arte nunca está de más, hay muchos artistas que hacen lo suyo y no tienen espacios para promoverse y a nosotros nos interesa dar esa parte, siempre y cuando el artista sea responsable”. Pero hay otras cuestiones también de peso y es que, como añadió la gerente, a los huéspedes les atrae mucho la oferta artística, en especial a aquellos extranjeros: “hemos tenido rusos, chinos, canadienses y una familia francesa que hicieron mucha alusión a la galería”.
A propósito de esto, Jessica Ledesma comentó que el dossier puede ser enviado al correo
hotelrosabarroco@hotmail.com, por el teléfono (443) 3 13 0969.
Celebración
Cabe decir que el Rosa Barroco celebró su cuarto aniversario el pasado fin de semana y, en el marco de ese acto, llevó a cabo un concurso de fotografía y pintura, cuyo jurado, integrado por el fotógrafo Alex Guerra y la curadora Cristal Irigoyen, determinó que la obra más distinguida fue la realizada por
Ariadna Catalina Pineda, mientras que en segundo sitio estuvo
María Esther Dajio.
Cabe decir que para este concurso, Rosa Barroco lanzó de manera previa una convocatoria, cuyos lineamientos solicitaban la realización de obra pictórica o fotográfica que tuviera como base el poema “Entre comales y besos”.
El premio establecido fue de cinco mil pesos, la compra de la pieza y el espacio para una futura exposición.