Ixchel Monroy Dotor
La principal
pregunta que surge en este próximo
aniversario del nombramiento de Morelia,
que será el siguiente 12 de septiembre, es ¿qué ha pasado con el patrimonio objeto de
tal nombramiento?
Para responder a
ello, se han tomado extractos del texto ¿qué hay para el Futuro?, que es parte del
libro “Morelia 25 Años de Ser Patrimonio
Cultural de la Humanidad”; el escrito referido fue escrito por la Esperanza
Ramírez Romero, académica del Colegio de Michoacán.
Antecedentes
El grave problema que sufría la ciudad hace dos décadas era la invasión del comercio informal que llegó a poner en peligro la inscripción de Morelia en la lista de Patrimonio Mundial, ante este hecho en 1999 se inició el Plan de Rescate Centro Histórico el cual no dejaba ningún cabo suelto e implicaba a los tres ámbitos de gobierno, que por medio de convenios y de un arduo trabajo junto con la ciudadanía, consolidó el éxito el 5 de junio de 2001, día en que cayó el telón que cubría el patrimonio, entonces éste lució esplendido y en toda su grandeza, explica la Mtra. Esperanza Ramírez en su publicación ¿Qué hay para el futuro?, Morelia a 25 años de ser Patrimonio Cultural de la Humanidad.
El encanto duraría muy poco: después del 5 de junio
de 1999
La vocación
turística asaltó la vista y los nuevos dueños de las calles, llamados
empresarios, ocuparon los espacios que
habían dejado los vendedores ambulantes. Llenaron de mesas de cafés los
espacios de los Portales y obstaculizaron
el paso del viandante.
Posteriormente se vio agredido el corazón de la ciudad, que
era un hito en grado excepcional como lo confirmó el expediente en su paisaje
urbano, ya que si bien ese espacio
presentaba gran variedad de estilos
prevaleció una unidad que se advertía en la sobriedad y elegancia de sus
fachadas de cantera y su unidad
volumétrica. La armónica unidad del conjunto ha sido severamente agredida en su
quinta fachada, es decir sobre las
azoteas se han levantado terceros
niveles que rompen la espectacularidad
que tenía el área catedrática y su
entorno.
Una ciudad con nombramiento de Patrimonio que no se
ha cuidado
La ciudad
presenta en su conjunto un abandono de más de 390 casas que están en
ruinas o semiruinas según los censos del INAH y del Ayuntamiento.
El uso habitación en la ciudad ha sido
desplazado poco a poco, en una diáspora,
debido a la gran cantidad de antros
que se establecen de la noche a la
mañana, provocando que los propietarios de casas cercanas a estas las abandonen en busca de mayor
tranquilidad y se lleven también el
orgullo que tenían de vivir en la
Ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad, el cual ya no sienten los nuevos habitantes del Centro
Histórico.
Las fachadas de cantera no han tenido mantenimiento y se puede observar que hay faltantes de material entre sus juntas y desmejoramientos lastimeros de su piedra, así como manchas ocasionadas por el salitre y a todo ello podemos sumar el grafiti. Los balcones han sido despojados por secciones y hoy en día son ofertados en las tiendas de los anticuarios.
Las banquetas
perdieron sus lozas originales que han
sido sustituidas por suave cantera que
ya presenta deterioros en las calles. Los registros sin tapa y el piso y las bancas de cantera no se lavan.
Las autoridades
del INAH y del Ayuntamiento poco hacen ante este gran problema. A partir de la
declaración presidencial de 1990 el INAH fue apoderándose cada vez más mientras que el Ayuntamiento fue cediendo
terreno que le correspondía y se ha limitado
a firmar las licencias que le envían las
instituciones mencionadas.
Al alto porcentaje de deterioro que presenta la ciudad, el INAH también ha abonado, ya que ante las complicaciones que se presentan al solicitar a esta institución realizar modificaciones en inmuebles ubicados en el primer cuadro, los propietarios optan por desentenderse; de igual manera los altos costos que representa el restaurar obra de ese carácter provoca que los propietarios rematen sus inmuebles o los abandonen.
Cada día se
presentan más complicada la solicitud de
licencias por la cantidad de requisitos
y los altos costos que ello representa,
además de los materiales que se exigen
para la reposición de vías que en la actualidad ya no tienen la calidad de las anteriores y son de
alto costo.