Redacción
Con
un lugar privilegiado en el panorama musical de México, la Orquesta Sinfónica
de la Universidad de Guanajuato (OSUG) y el arpista Edmar Castañeda, se
presentaron para inaugurar la edición que celebra los primeros 30 años del
Festival de Música de Morelia Miguel Bernal Jiménez (FMM).
En
el acto de inauguración, el presidente del Consejo Directivo de Asociados del
FMM, Ricardo Bernal Vargas, externó que a partir de este día “estamos de
fiesta, celebrando los primeros 30 años del Festival, cumpliendo así el sueño
de Miguel Bernal Jiménez, tendremos el gusto de compartir con nuestro público
la más grande experiencia de los exponentes de la música de México y del mundo
(…) a lo largo de tres décadas, el Festival de Música de Morelia ha alcanzado
un elevado prestigio y a la fecha se trata de un acontecimiento sobresaliente en el panorama
cultural de México”.
Continúo
el titular de la Secretaría de Cultura de Michoacán (Secum) Claudio Méndez
Hernández, quien expuso que el Festival “es muy significativo para los
michoacanos y se ha constituido en uno de los foros más importantes del país;
el acceso a la cultura es un derecho social de todos los michoacanos y por
tanto se debe promover su desarrollo a partir de la difusión, promoción y, más
que nunca, su democratización”. De manera posterior, el subsecretario de
desarrollo cultural del país, Saúl Juárez Vega, realizó la declaratoria
inaugural del Festival de Música de Morelia.
Entonces,
con la dirección de Roberto Beltrán Zavala, se desplegaron dos brillantes obras
del repertorio sinfónico: las Danzas Polovetsianas de Alexander Borodin
(1833-1887) y la apoteósica Segunda Sinfonía, del también ruso Sergei
Rachmaninof (1873-1943).
Dichas
obras enmarcaron la presencia del arpista colombiano Edmar Castañeda (1978),
quien durante su presencia ejecutó su Concierto para Arpa y Orquesta con
arreglos del pianista argentino Emilio Solla.
De
acuerdo a Beltrán Zavala, en el programa “hay una combinación muy específica de
folklore latinoamericano, con una influencia muy jazzística en muchos aspectos:
en el manejo rítmico, en el manejo armónico y en el despliegue portentoso que
tiene Edmar Castañeda”.
“Este
programa -anadió el Director- generó una especie de pivote entre las Danzas
Polovetsianas, que es una obra folklorista y entonces hay cierto ethos que
hermana a las obras, que hace orgánico al programa”.
En
palabras de Edmar Castañeda, quien es la primera vez que visita Morelia, el
Concierto para Arpa y Orquesta es una obra, dijo, “inspirada en la música
tradicional llanera de Colombia, que es muy similar a la de Veracruz; son tres
movimientos en los que utilizo el arpa llanera y otro movimiento en el que
empleo el arpa de pedal o de concierto;
se lo escribí a mi esposa y también me inspiré en uno de los libros más
hermosos de la biblia que es el Cantar de los cantares”.
La
OSUG es testimonio vivo de la larga tradición cultural de Guanajuato, puesto
que es la primera orquesta profesional permanente de una universidad mexicana y
es considerada uno de los ensambles orquestales de mayor prestigio en el país,
con una sólida proyección internacional.
Su
debut tuvo lugar el 25 de abril de 1952 con la batuta del maestro José
Rodríguez Frausto, quien estuvo al frente de ella por 34 años. Desde su
fundación, importantes solistas y directores han participado en los programas
de la orquesta, entre los que se cuenta a Manuel de Elías, John DeMain, Enrique
Diemecke, Moritz Eggert, Bernard Flavigny, Homero Francesch, Guido Maria Guida,
Claude Helffer, Dimitri Hvorostovsky, Neeme Järvi, Cyprien Katsaris, Katia y
Marielle Labéque, Christian Lindberg, Eduardo Mata, Gerhart Muench, Gunter Neuhold,
Jorge Federico Osorio, Kurt Pahlen, Sanscha Rodzesvendski, Leif Segerstam, José
Serebrier, el Trío Altenberg, Ramón Vargas y Pascal Verrot.
Durante
sus dos más recientes temporadas, la OSUG ha estado bajo la batuta del maestro
Beltrán, quien asumió el cargo como director en junio de 2015, respaldado por
una sólida carrera internacional, una nutrida agenda de conciertos y su
participación como huésped en las más prestigiosas orquestas de Europa.
Por
su parte, Edmar Castañeda (1978) es un joven originario de Bogotá, Colombia,
que tomó el arpa cuando era un adolescente para tocar la música folclórica de
su tierra natal.
Castañeda
ha saltado a la fama en Nueva York y el escenario mundial con la fuerza de su
virtuoso comando del arpa, pues ha revolucionado entre el público y los
críticos la forma en que ha sido percibido su instrumento, comúnmente relegado
a la "categoría inusual". Ha sido aclamado como un maestro en la
realización de bellas complejidades del tiempo, mientras dibuja con habilidad
colores exuberantes y elabora proezas de ritmos cruzados, superpuestos con
matices de acordes que rivalizan con los esfuerzos más celebrados de la
guitarra flamenca.
El
programa detallado del 30 Festival de Música de Morelia puede consultarse a
través de www.festivalmorelia.mx.