Ulises Fonseca Madrigal
“
No es una justificación que no haya dinero, más bien lo que tendríamos que hacer como gremio es exigir que se racionalice el gasto en otros ámbitos y que el beneficiario sea el cultural”, expresó el gestor y académico Gerardo Covarrubias Valderrama en torno al tema del lugar que tienen las secretarías de cultura, la dimensión social de éstas y, como no podía faltar, los recortes presupuestales.
Presente en Morelia para ofrecer el primer módulo del
“Diplomado repensar las violencias desde el arte y la cultura”, Covarrubias Valderrama incidió en el tema del presupuesto, para ejemplificar que muchos modelos exitosos de transformación social mediante la cultura han podido funcionar por el respaldo de sus estados: “en el caso de Medellín Colombia, le asignaron a la cultura al menos el 5 por ciento del presupuesto en plena época de crisis y emergencia de seguridad, entonces,
creo que falta la visión y el compromiso de funcionarios y del gremio, para que se ciudadanicen las instituciones”.
Por tanto, dijo, aunque el asunto presupuestal tiene un peso grande “hay otros asuntos, como la racionalización (del gasto), la ciudadanización (de las instituciones), también el acompañamiento y seguimiento que no cumplimos quienes estamos de este lado (en referencia a los ciudadanos), es decir,
no podemos pensar que sólo con los estímulos del estado la cultura va a funcionar, si algo caracteriza a la cultura es su independencia y autonomía, ¿a qué voy con esto?, que el estado sí tiene obligación pero el ciudadano tiene responsabilidades en el acompañamiento, transparencia y rendición de cuentas”.
Entonces llegamos a un punto esencial, relacionado con la autocrítica que falta al propio gremio: “tiene que ver mucho con una cultura de derechos que no está vinculada a una cultura de obligaciones”, es decir, explicó
“hay búsqueda de prerrogativas, de compromisos pero no capacitación, no de la seriedad, tenemos que transitar a un modelo donde haya evaluación, donde haya seguimiento”.
Por otra parte, si bien las instituciones encargadas de la cultura han tenido recortes y críticas con respecto al trabajo que han desempeñado (
http://www.eluniversal.com.mx/articulo/cultura/letras/2016/12/30/secretaria-de-cultura-institucion-medio-vuelo), Covarrubias Valderrama consideró que son instancias con una razón de existir puesto que “cumplen un papel fundamental para, de alguna manera, articular los esfuerzos de emprendimiento y desarrollo cultural”.
A lo anterior, mencionó el académico, se suma el hecho de que atender el sector cultural es una obligación del estado:
“si bien es cierto que la escasez de recursos los obliga a limitar su acompañamiento, también es cierto que deben hacer un buen ejercicio de lo que tienen para, en la medida de sus posibilidades, favorecer las dinámicas del sector cultural”.
Ahora bien, el académico mencionó que más allá del tema presupuestario, la secretaría de cultura federal podría “servir como una herramienta de fomento y difusión, no sólo para quedarse en un circuito donde no ha podido trascender el ámbito de la función pública (…) creo que nos estamos yendo con una tradición jurídica que es, institucionalmente crear y fomentar legislación que no corresponde con lo que esta afuera”.