Mostros y desaparición cierran el Traspatio
Ulises Fonseca Madrigal
Temas difíciles y cómo manejarlos para el público infantil, así como la presentación de un lúdico y vistoso diccionario con los monstruos del cine nacional, fueron algunas de las actividades que tuvo el Traspatio en su tercer y último día
Los desaparecidos
El editor de Sexto Piso Felipe Rosete, y el ilustrador Patricio Betteo subieron al pequeño escenario de las charlas para hablar en torno a un libro que si bien ya no es novedad editorial, no deja de tener una relevancia importante en el contexto actual: "En busca de Kayla".
En dicho lugar, Felipe Rosete mencionó que buscaron tocar el tema de la trata de personas junto a la periodista Lydia Cacho, mientras que Patricio Betteo sería el responsable de ilustrar ese peliagudo tema.
Sobre esa labor, Betteo mencionó que el mantra que siguió fue "no dejar de pensar en el lector, fue un gran reto sabiendo que no podía desperdiciar la oportunidad". Además, afirmó que una línea seguida fue que Kayla apareciera poco o nada, con un rostro indefinido, pues finalmente ella podríamos ser todos.
“Mientras más libertad tienes como ilustrador tienes más voz, dejas de ser un prestador de servicios, en el caso del libro de Lydia fue un reto, una responsabilidad el tratar ese tema” añadió.
Taxonomía del “Mostro”
El juego, la añoranza, la investigación y el homenaje fueron los elementos que guiaron a los cuatro autores de “Mostrología del cine mexicano”, título editado por La Caja de Cerillos que resalta por su ingenio y espíritu lúdico.
De acuerdo con Alejandro Cruz, el título es parte de una rama que tienen dentro de la editorial dedicada a rescatar personajes y/o sucesos de la escena fílmica mexicana para llevarlos a los lectores, "tenemos mucho ingenio, un espíritu muy lúdico".
En la presentación sólo estuvieron presentes dos de los cuatro autores, Octavio Sierra y Marco González Ambriz (los otros autores son Rodrigo Vidal Tamayo y José Luis Ortega), quienes narraron el modo en que surgió el libro, su propósito, el proceso creativo, la investigación hecha y el diseño con que lo dotaron.
En ese sentido, González Ambriz mencionó que la cuestión no era hacer burla o menospreciar los títulos, sino hacerles un homenaje. Octavio Sierra añadió que la idea comenzó con crear una pseudociencia llamada Mostrología, que les permitiría hacer un juego de clasificación con los seres fantásticos que han poblado el cine mexicano. "Nos convertimos en científicos locos como los que aparecen en las películas para hacer una creatura, que en este caso es la mostrología”.
Con eso fue que propusieron 10 familias de “mostros” y en cada una hay cinco especímenes. Éstas son Alimañas, Aparecidos, Brujas, Chamucos, Chupasangres, Electrodomésticos, Etes, Humanoides, Momias y Peluches.
De acuerdo a González Ambriz, más allá de hacer una sinopsis de cada película en las que aparecen los “mostros”, más bien tomaron cada personaje y crearon fichas como si fueran notas, crónicas o relatos en las que se describen sus poderes, habilidades y enemigos. Para éste libro, cabe decir, la Secretaría de Cultura Federal le entró al quite de coeditar, así como darle difusión.