Ulises Fonseca
Las consecuencias de una práctica como la minería a tajo abierta, así como los mecanismos legales que legitiman, avalan e impulsan este tipo de explotación pese a las consecuencias ecológicas, sociales, patrimoniales y culturales, fue el tema de la conferencia dictada esta tarde en el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) por el investigador Paul Hersch Martínez.
Hersch Martínez pertenece al centro Morelos del INAH y es alguien que conoce de cerca el tema luego de la controversia causada por la concesión que el gobierno federal le cediera a una empresa canadiense para explotar el subsuelo de un área arqueológica. Pero el análisis que ofreció no se limitó a la afectación de un sitio histórico, sino que también tocó los tópicos de las consecuencias sociales y ambientales.
De hecho, el título de la ponencia fue “Patrimonio biocultural y megaminería”, conferencia que en palabras del propio Hersch Martínez “trata de las implicaciones que tiene la minería a tajo abierto por metales en términos de salud, medio ambiente, social y cultura (…) el problema está no sólo en México en toda América latina, pues hay un marco legal que permite un despojo importante, hay desequilibrio entre lo que se saca del país y lo que queda mientras que las implicaciones son irreversibles”.
Por tanto, continúo su explicación “hay un problema en el otorgamiento de concesiones del subsuelo sin mediar ningún tipo de consulta ni autorización de parte de los pobladores, eso es pasar por alto el bien común de las comunidades, en ese sentido hace falta una revisión a fondo de los marcos jurídicos que posibilitan este desequilibrio”.
Frente a ese panorama, Hersch Martínez refirió que la sociedad civil tiene entre manos una gran responsabilidad para la protección del patrimonio biocultural en el país, a la que es posible responder mediante la toma de conciencia, el acceso a la información –más allá de la que recetan los medios hegemónicos- la organización y la acción. “Es muy importante que exista una iniciativa de organización social que ayude a mantener la integridad del patrimonio biocultural, y en particular del estado de Michoacán” mencionó al respecto.
¿Por qué menciona lo anterior? Pues debido a que en el territorio del estado ya hay varias concesiones, lo cual atraerá una serie de problemas inminentes: “puede haber problemas de agitación en los modos de economía del campesinado, problemas de integridad en la toma colectiva de decisiones, problemas sanitarios relacionados por los metales pesados en el aire, la acidificación del agua, que además es consumida de modo ilimitado, todo esto son elementos que deben ser conocidos por la población”.
Ahora bien, el investigador recordó que en el Centro INAH Michoacán hay una exposición homónima a la conferencia que todavía estará todo este mes, cuya información también es consultable en la revista electrónica En el Volcán (http://www.enelvolcan.com/), así como en la plataforma youtube (consultable en