Ulises Fonseca
El
intenso frío vivido la noche del domingo, no impidió a los cinéfilos ni a los fans
nostálgicos el reunirse en la Plaza Melchor Ocampo para presenciar la
conjunción de varias voces creativas: los músicos que alguna vez formaron Santa
Sabina, y que ahora se hacen llamar Los Sabinos, se reunieron para musicalizar en
vivo una obra realizada en Europa hace casi un siglo atrás, la película del
cine expresionista alemán “Nosferatu”.
Fue
un concierto peculiar organizado por el Festival de Música de Morelia (FMM),
para cual tuvieron que montar una sala de cine al aire libre en pleno corazón
de Morelia, un espacio que regularmente recibe a la histeria colectiva de las
manifestaciones y que la noche de este domingo albergó una actividad de
naturaleza distinta: música y narrativa gótica, acompañadas por la luna y el
viento invernal.
Ahí,
la música surgió a la vida gracias a las manos de Alejandro Otaola y Pablo
Valero, quienes estuvieron en las guitarras; a Alfonso Figueroa, quien
interpretó el bajo; a Pablo Iglesias, encargado de la batería; a Juan Sebastián
Lach y Jacobo Lieberman, dos tipos que saben manipular el teclado; Leonel
Pérez, quien tuvo el violonchelo; así como Aldo Max, hombre que tocó el
saxofón.
Esta
fue una de las actividades imperdibles del 30 FMM, pues mostró para el público
local la primera película relacionada con la historia original de Bram Stoker,
Drácula y que, como bien dijo Alfonso Figueroa, es una obra que “tiene en sí
misma una historia de recomposición, porque al sufrir la guerra fue partida y
su música se perdió, luego reencontraron pedazos de la película, las volvieron
a insertar y ahora presentamos una composición más acabada y cercana a su
origen”.
Nosferatu
fue realizada en 1922 por el alemán Friedrich Wilhelm Murnau y pronto se
convirtió en una película de culto. Con
las actuaciones de Max Schreck, Greta Schröder, Gustav von Wangenheim,
Alexander Granach y Ruth Landshoff, la historia muestra a un corredor de bienes
raíces que necesita vender un castillo cuyo propietario es el excéntrico conde
Graf Orlock, quien en realidad es un vampiro milenario que esparce el terror en
la región de Bremen, y se interesa en Ellen, la mujer de Hutter.
Es
una película de principios del siglo XX y Pablo
Valero consideró que es una obra que no envejecerá debido a que los vampiros
“siempre estarán vigentes y presentes, ya que son analogías de los tormentos
existenciales del ser humano, mientras que para la banda el tema de los vampiros siempre fue un punto de partida
estético muy importante, tenemos una canción inspirada en la novela de Ann
Rice ‘Entrevista con el vampiro’, el lado poético y expresionista de la
literatura de vampiros va muy bien con la banda”.
El
manifiesto de esto último quedó probado en el concierto, para el cual, como
dijo Juan Sebastian Lach, tuvo en su instrumentación guitarristas, violonchelo,
bajo, clarinete, batería, saxofón y teclado, “la película nos permite tocar
canciones de Santa Sabina en versión instrumental y conjuntar muchas de las
cosas que hemos hecho como músicos, pues todos seguimos activos, entonces
conjuntamos todas las fuerzas y energías sabinescas, que además le vienen como
anillo al dedo a Nosferatu”.
A cerrar el libro
Respecto
a lo que viene en el futuro para Los Sabinos, Alfonso Figueroa externó que si
bien Santa Sabina ya no existe como tal, “a fin de tener una evocación melancólica
y por las ganas de juntarnos como amigos y músicos nos encontramos de nuevo en
el camino pero con intensiones diferentes”.
Ahora
bien, luego de la musicalización de Nosferatu, Juan Sebastian Lach mencionó que
el próximo 2019 será “un año de conciertos”, ya que es precisamente en 2019 en
que cumplen 30 años, que celebrarán con una gira llamada “Santa Sabina XXX”.
Sin
embargo, Alfonso Figueroa aclaró que este será “un año de despedida, vamos a
cerrar el libro porque en realidad la banda no está completa y estamos
obligados a decir en cierto momento ‘ya se acabó’ pero hay una fiesta y es que a
diferencia de casi todas las otras bandas nosotros somos amigos y eso es un tesoro
brutal, la vida nos dio la oportunidad de decidir esto como cuates”.