Ulises Fonseca
“
Sí quisiera que nos pudiéramos divertir con nuestras múltiples voces, no para rescatar o preservar nada, sino
porque nos da la gana decir algo de cierta manera, porque se puede, porque debe poderse”.
Anna Styczyńska expresó estas palabras para ilustrar la apuesta de su trabajo como traductora, una labor que se aleja del pretendido lenguaje neutro, tan presente en las grandes editoriales, para respetar los localismos, es decir, los múltiples colores y formas que puede tener un idioma.
Un
producto de esa apuesta fue “La fiebre blanca”, un libro traducido al español mexicano y
publicado (no podía ser de otro modo) por la editorial independiente “La mirada salvaje”.
Lo que implicó hacer ese trabajo de traducción y publicación, que va a contracorriente de lo que puede encontrarse en cualquier estantería comercial, repletas con libros de español ibérico,
fue plasmado por la propia Anna Styczyńska en un breve ensayo titulado “Manual de contraedi_cion. Traducción salvaje (y el que estaba dormido dijo Simonel)”, publicado a su vez por otra editorial independiente llamada “Esto es un libro”.
Este pequeño libro (“Manual de contraedi_cion. Traducción salvaje”),
que puede encontrarse en Traspatio Librería, expresa las bases con que se fundamenta Anna Styczyńska para hacer un trabajo que respete la diversidad de voces.
De hecho, la propia traductora mencionó,
en la presentación de su libro realizada el sábado en Giraluna, que tuvo a dos escritoras como fuente de inspiración: “
Zadie Smith, ella habla en un ensayo, de tener voces diferentes y analiza cómo éstas cambian, ella propone añadir voces (…) a través de Smith conocí a Zora Neale Hurston; ellas me inspiraron a traducir el libro respetando los barbarismos”.
Por tanto, señaló que le apuesta a buscar un lenguaje con múltiples voces, sin autocensura y el mejor ejemplo de ello es, precisamente, “La fiebre blanca” un libro que cuenta el recorrido de un reportero polaco a través de Rusia, de modo que presenta toda una diversidad de personajes con diferentes formas de pensar y, por supuesto, de hablar. Por lo anterior, Anna Styczyńska refiere que "apuesto por la diversificación, pero natural, no impuesta".
“El autor escribió como le dio la gana, y ¿qué se supone que ha de hacer su traductora? ¿contarlo en un lenguaje neutro que nadie habla? ¿quitarle los localismos, jergas y las palabras inventadas para la ocasión? Nel”, señaló la traductora.
Por todo lo anterior, la promotora de lectura Mara Rahab Bautista expresó que el
“Manual de contraedi_cion. Traducción salvaje (y el que estaba dormido dijo Simonel)” constituye “un documento al que se puede acercar alguien para ver otras formas de traducción y edición, en especial debido a que forma parte de una colección que habla del lenguaje”.
“Esta pasión por el lenguaje puro, real y honesto, es la mejor para el fomento a la lectura debido que producen libros que te hablan de manera directa”, mencionó la promotora.
“Manual de contraedi_cion. Traducción salvaje (y el que estaba dormido dijo Simonel)”, escrito por Anna Styczyńska y editado por Esto es un libro, puede encontrarse en El Traspatio cafebrería (
https://www.facebook.com/traspatiomorelia/).