La idea clásica de escritor es insuficiente: Mario Bellatin
Ulises Fonseca Madrigal
“Un congreso de éste corte hace falta, saber quienes están detrás de los libros”, fueron las primeras palabras que emitió Mario Bellatin al momento de abrir su participación en el Traspatio, la noche del jueves en el Centro Cultural UNAM.
En dicho espacio, Bellatin aprovecho su intervención para ofrecer toda una cascada de ideas y anécdotas que tratan cuestiones como la escritura, las editoriales, los monopolios y los lectores.
En ese sentido, y para dar un bosquejo general de esa amplia charla, puede señalarse que Bellatin dijo contundente que “no quiero escapar ni un milímetro de ser escritor, hubo momentos en que empecé a oír que era un artista contemporáneo, pero ese apelativo fue usado para quitarme, para mi todas las artes son la misma, si de pronto uso una fotografía o hago una película para mi es como seguir escribiendo, la idea clásica que se tiene de un escritor es insuficiente”.
Ésta idea se relaciona de cierto modo con otra que emitió varios minutos antes, pues afirmó que en general muchos creadores del lenguaje han caído en la zona del “deber ser”, es decir, obedecen las formas clásicas de hacer las cosas “entonces nos encontramos con cosas iguales, libros con los mismos temas”.
Las edición y los monopolios
En el peliagudo tema de las casas editoras, Bellatin expresó que para él “no hay editoriales buenas o malas, quiero derribar el mito de que las grandes son malas mientras que las pequeñas son buenas (…) me he encontrado con buenos y malos en todas partes”, por lo que respecta a Sexto Piso, es una casa editora a la que tiro flores al considerarla como un espacio que sí propicia la lectura y la difusión de autores, a diferencia de grandes consorcios, como es el caso de Alfaguara.
En efecto, agregó que Sexto Piso “es una editorial con muchas ventajas pero hay cosas que no han querido hacer, porque he querido romper esquemas, sobretodo con la distribución (…) pienso que la editorial existe para facilitar el acceso a la información, ¿en que momento se convirtieron en privatizadores?”.
Por otra parte, se manifestó en ir a contracorriente del esquema donde el escritor sólo recibe una ínfima parte de lo que comercializan las editoriales ni tampoco puede publicar en otros canales, “la gente siempre confunde al autor con el editor, no se plantea que el autor viva de sus propios libros”.
Por ello, relató sobre la realización de un proyecto de edición donde miles de libros suyos no estarían sujetos a una ley externa, pues como afirmó “este gran monstruo del monopolio no vende los libros ni permite que otros lo vendan, entonces no permite que los libros lleguen a donde deben estar”.
En tema aparte, Mario Bellatin confirmó que, a pesar del hecho irónico de escribir en un dispositivo electrónico, descartó que sea su interés acceder al mundo electrónico “entrar en la red es terrible, no me interesa”, pues dijo que tiene la necesidad de trabajar con esquemas tradicionales.
Derivado de esto, se manifestó por recuperar la figura del editor, pero no aquel entendido como un hombre burgués, sino como aquel que realiza un trabajo de mediación con el lector y que no se quedé en el papel de corrector.
En la presentación, Bellatín estuvo acompañado por la coordinadora del Traspatio, Mara Rahab, así como por Lluisa Matarrona, encargada del área de prensa de la editorial Sexto Piso.