Ulises Fonseca
Fieles a su propósito de invitar al espectador para involucrarse, moverse y más aún, decidir si participa o no, las integrantes de
PARAR/Inmersive Art presentaron este jueves la obra
In/the/back/no/words/hearing.
Pero ¿qué particularidad tuvo este montaje llevado a cabo en las instalaciones de Proyecto Serpiente? (Allende 1051, centro histórico de Morelia), pues que
en lugar de utilizar el foro, tomaron los pasillos, salas y entradas para hacer la presentación.
De esa forma, las dos ejecutantes,
Karina Suárez Bosche y Andrea Krohn, se desplazaban de una sección a otra llevando tras de sí a la escenógrafa, Cheng Ting Chen, así como una buena cantidad de espectadores, jóvenes en su mayoría acompañados por algunas señoras e incluso uno que otro niño.
Esa invitación a participar fue más lejos, ya que las ejecutantes pasaron de los sonidos guturales a las palabras y al diálogo directo con los espectadores, que fue creciendo poco a poco conforme llegó el final de la obra.
De hecho, no hubo el clásico fade out de luces seguido por aplausos y reverencias, sino que simplemente
In/the/back/no/words/hearing terminó y dio paso al diálogo entre ejecutantes y espectadores sobre lo que sintieron y percibieron.
De hecho, la propia Suárez Bosche mencionó que toda esta dinámica “fue para hablar en torno al proceso dentro de la obra sin que se perdiera la dramaturgia, fue un experimento y por la misma temática del trabajo, que es la comunicación, creo que sí funcionó”.
Danza en la calle
Las tres creadoras continuarán con la dinámica de
acercarse a la gente en espacios no convencionales en este fin de semana, ya que participarán dentro del festival
Interconexiones Humanas, llevado a cabo en el Planetario de Morelia (
https://www.facebook.com/interconexioneshumanasfestival/?fref=ts).
Al respecto, Suárez Bosché menciona que dicho festival
“es un espacio de intercambio, nosotras vamos a proponer dinámicas, de hecho la premisa es que el caminante que pase pueda meterse, de modo que todo tipo de personas estén involucradas”.
“Nosotras –añadió- trabajamos mucho con la improvisación, prácticas somáticas y sobre eso vamos a dirigir el trabajo, no es un taller, realmente es un intercambio donde haremos propuestas en base a lo que suceda con la gente”.
Memoria y empoderamiento
De manera previa a la presentación en La Serpiente y a su participación en Interconexiones Humanas, las integrantes de
PARAR/Inmersive Art ofrecieron dos charlas en Casa Elena, en torno temas como la memoria corporal y el empoderamiento del espectador.
La primera charla fue
“Memoria del cuerpo y del performance”, que ofreció la escenógrafa
Cheng Ting Chen. En dicha actividad, la creadora contó aspectos relacionados con su formación dancística en Taiwán, para luego relacionarlo con el trabajo que ha realizado para los escenarios.
De esa forma, Cheng Ting Chen llegó a un momento de ruptura luego de ver una puesta en escena que fue a contracorriente del realismo taiwanés, experiencia que la motivó para viajar hacia Alemania para hacer una maestría sobre la construcción del espacio escénico.
Cheng Ting Chen relató lo anterior para exponer que todo su trabajo escenográfico tiene una conexión con sus experiencias de vida, que luego complementa con las experiencias de las otras personas con las cuales trabaja. Por lo anterior, puede concluirse que
ser escenógrafo no solo significa construir algo tangible, requiere saber cómo se empleará un espacio.
La segunda charla fue
“En búsqueda del empoderamiento del espectador” y tuvo una exposición que partió desde dos perspectivas: la crítica del teatro y la percepción cognitiva.
La primera de estas perspectivas estuvo en voz de
Karina Suárez Bosche, quien
tomó los postulados de Jacques Rancière, “él dice que hay una crítica muy fuerte de que en el teatro el espectador es un ente pasivo, que sólo mira sin actuar ni reaccionar ante lo que sucede, pero él dice que eso no es verdad ya que el espectador siempre estará creando algo a partir de lo que mira”.
Por lo anterior, agregó Suárez Bosche
“el artista no puede creer ingenuamente que el mensaje que quiere comunicar es causa y efecto, puesto que el espectador le otorga un sentido propio a la obra y es ahí donde habla de la emancipación del espectador (…) también rescata el llevar la obra de arte escénica fuera del espacio convencional, a la calle, a los museos, a las galerías, pues señala que ahí se permite la igualdad y no hay jerarquías”.
Por su parte,
Andrea Krohn recurrió a las ciencias cognitivas para mencionar que la percepción no sólo se alimenta a través de la mirada, “estamos con el oído, la cinestesia, tiene mucha importancia la experiencia y no solo a lo que se razona o piensa”.