Redacción
El Dr.
Jesús Alberto Toalá Sanz del Instituto de Radioastronomía y Astrofísica (IRyA)
de la UNAM Campus Morelia recibirá la Cátedra Marcos Moshinsky que
otorga anualmente el Instituto de Física de la UNAM a jóvenes investigadores
de las áreas de física, matemáticas y las ciencias químico-biológicas para
desarrollar un proyecto de investigación en sus áreas de interés.
Las y
los investigadores seleccionados para recibir esta cátedra deben contar con
logros probados y a la vez un amplio potencial de crecimiento en su área. Este
es el caso de Toalá, que en poco tiempo ha logrado consolidar y liderar el
grupo de trabajo sobre Estrellas Evolucionadas en este Instituto, que
incluye investigadores consolidados, investigadores postdoctorales y varios
estudiantes de maestría y doctorado.
El
proyecto por el cual Toalá Sanz recibirá la Cátedra Marcos Moshinsky se titula “Revelando
la emisión extendida en rayos X de remanentes de nova”, trabajo en el que
estudiarán las regiones alrededor de sistemas de estrellas dobles en los que se
presentó una explosión de nova. Está planeado para ser llevado a cabo en los
siguientes dos años, y tiene la posibilidad de incluir estudiantes de posgrado
en el IRyA y en otras instituciones académicas del país, poniendo de manifiesto
el liderazgo de Jesús Toalá y su grupo a nivel nacional e internacional.
“Recibí
un correo de parte del Instituto de Física solicitándome un contacto
telefónico, y al principio no hilé de qué se trataba”, contó entre risas Jesús
Toalá, sin disimular su alegría. “Más tarde recibí una llamada de la Dra. Ana
Cecilia Noguez Garrido, directora del Instituto de Física, para notificarme que
me habían concedido una Cátedra Marcos Moshinsky, y me dijo que en el Instituto
de Física esperan que este reconocimiento motive mi carrera científica”,
prosiguió Toalá.
“Algo
muy bonito fue que uno de los requisitos es haber trabajado por lo menos tres
años en México, y yo cumplí mis tres años en junio pasado, y en julio era el
límite para presentarme a la convocatoria”, mencionó Toalá. “Esta cátedra ayuda
a motivarnos para hacer investigaciones que llamen la atención, con proyectos
de alto impacto para el investigador y para los estudiantes, que son futuros
investigadores, pues el objetivo de esta Cátedra es despegar la carrera de
los jóvenes científicos en México”, continuó.
Ante
los cuestionamientos sobre el valor social de la ciencia, Toalá Sanz mencionó
que “tal vez la astronomía no tiene un impacto social inmediato, pero requiere
desarrollar física, matemáticas y herramientas tecnológicas, por lo que apoyar
estos proyectos de ciencia básica en México nos trae beneficios a largo plazo.
Creo que la astronomía, aparte de tener ese impacto, es una ciencia que llama
mucho la atención y hace que la gente se pregunte cosas. A mí me gusta mucho
llevar la astronomía a la gente, entonces generar conocimiento para luego
transmitirlo a las personas es otra manera de tener un impacto sobre la
sociedad”.
Logros
en comunidad
Dos
colaboradores de Toalá Sanz han recibido antes la Cátedra Marcos Moshinsky: la
Dra. Laurence Sabin, del Instituto de Astronomía de la UNAM, y el Dr. Gerardo
Ramos Larios, del Instituto de Astronomía y Meteorología de la Universidad de
Guadalajara. “Laurence y Gerardo son de mis colaboradores más cercanos en
México, entonces es muy bonito saber que los tres hemos tenido esta
distinción”, comentó Toalá Sanz.
Las
novas, “estrellas nuevas”
Las
novas se conocen desde hace siglos, y se llaman así porque algunas pueden ser
observadas con telescopios pequeños o incluso a simple vista como si fueran
estrellas “nuevas”. En realidad son explosiones que se producen en sistemas
binarios de estrellas en los que una de las componentes es una enana blanca,
que captura material de su estrella compañera y forma una capa de hidrógeno
superficial.
Al
alcanzar cierta masa crítica, se desencadena una explosión, la nova en sí
misma, que expulsa las capas externas a velocidades de cientos o miles de
kilómetros por segundo y que puede aumentar en miles de veces el brillo del
sistema. Pasado un tiempo, el sistema se estabiliza y el proceso de acumulación
de materia de la enana blanca se retoma. El material expulsado forma un
“cascarón” que se puede observar con telescopios espaciales y terrestres.