Redacción / Ciudad de México, a 27 de julio de 2020.- El Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine), da a conocer a los cinco proyectos seleccionados del primer concurso de guiones para cortometrajes contra la violencia de género titulado Nárralo en primera persona.
En esta convocatoria, que abrió en marzo pasado, participaron 442 proyectos de 31 entidades del país: Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Chiapas, Chihuahua, Coahuila, Ciudad de México, Colima, Durango, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Estado de México, Michoacán, Morelos, Nayarit, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz, Yucatán, Zacatecas.
Los guiones seleccionados son:
DOCUMENTAL
1. La ventura de ser trans, de Frida Blando Mendieta e Itzel Vanessa García de Jesús (Ciudad de México).
ANIMACIÓN
2. Una voz enorme, de Sandra Pamela Pulido Ramírez (Ciudad de México).
FICCIÓN
3. Mi tesoro, de Itzel Aiko Alonso Anaya (Ciudad de México).
4. Combi, de Eleonora Figueroa Huitrón (Ciudad de México).
5. No hay viuda que no reverdezca, de Paula Victoria Rodríguez Quezada (Aguascalientes).
Cada uno de los proyectos seleccionados recibirá un premio de $150,000.00 (ciento cincuenta mil pesos 00/100 M.N). El Instituto Mexicano de Cinematografía trabajará con las ganadoras y productoras con el objetivo de que los guiones se conviertan en cortometrajes y puedan ser vistos en los circuitos culturales del país.
La convocatoria Nárralo en primera persona abrió el pasado marzo, en el marco de Equitativa, programa nacional de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México dedicado a la producción, programación y difusión de proyectos en torno a la igualdad de género.
Este concurso tuvo el objetivo de brindar un espacio a mujeres y mujeres trans mexicanas o residentes permanentes en México para contar historias desde su propia voz, en primera persona.
¿Por qué en primera persona? Porque las mujeres sienten en carne propia la violencia que se ejerce sobre ellas por razones de género, es decir, por el hecho de ser mujer. Contar estas historias es el primer paso para no tener miedo, para que se sepa y se entienda lo que está pasando, para que no ocurra la violencia de género, que haya justicia para las víctimas y, al final, para que nunca más ocurra, se explicaba en la convocatoria.