Ulises
Fonseca
Fotode portada:
Alexis Tostado, tomada desde Unsplash
El
Sistema de Teatros de la Ciudad de México anunció de forma reciente los
resultados de la Convocatoria de Programación de Artes Escénicas para 2020,
donde fue seleccionada la obra Hedónimal, la cual es producida por jóvenes
de Ciudad Hidalgo, Michoacán.
Concretamente,
la producción e interpretación es realizada por el Ballet Contemporáneo de
Ciudad Hidalgo (BCCH), mientras que la dirección corre a cargo de Diego Marín.
Es una obra dancística con perspectiva universal que se presentará en el Teatro
de la Ciudad Esperanza Iris (Donceles 36 Colonia Centro Histórico), uno de los
más importantes de Ciudad de México y de la república también.
Lo
que prosigue para los creadores michoacanos, es definir fechas y condiciones de
producción con el Sistema de Teatros de la Ciudad de México, de modo que
próximamente sea posible conocer el día y hora de presentación.
Ahora bien, en torno a Hedónimal es necesario exponer que se trata de una obra fantástica en la cual se crítica el maltrato animal, en especial en las industrias alimenticia y cosmética. Para darle forma a la crítica, el argumento que plantea “Hedónimal” presenta un universo paralelo habitado por especies animales súper desarrolladas, las cuales explotan y lucran a partir del cuerpo humano, que es la especie dominada. En dicho escenario, los dominantes tienen acceso al testimonio de vida de un fugitivo humano, que es llevado a audiencia antes de ser sacrificado.
En
su momento, Diego Marín externó que el tema le pareció no solo interesante sino
también necesario, dado que “me parece que sobran las alarmas que la tierra nos
ha dado para decir que debemos cambiar nuestros hábitos de consumo. El planeta
no es de nosotros, es un espacio que compartimos con otras especies y debemos
aprender a coexistir en armonía; toda actividad que hacemos debería ser
autosustentable, no podemos seguir generando tanta destrucción a través de lo
que consumimos”.
Sin embargo, añadió también que el mensaje de la obra va más allá del tópico del maltrato animal, pues busca generar reflexión sobre el costo ambiental que esconden las comodidades de la vida moderna, “por ejemplo los espectáculos con animales, los zoológicos, los artículos de piel, los productos cosméticos, los alimentos que implican cambio de uso de suelo a gran escala o la industria cárnica”.