Ulises Fonseca
¿Cómo se capta en
imagen el sentimiento de las personas?, ¿registrar sus ilusiones, anhelos, esperanzas y resentimientos?,
alcanzar eso fue lo que buscaron lograr dos fotógrafos: Joaquín Ávila Escalante y Benjamín
Flores, dos fotoperiodistas que registraron las secuelas ocasionadas por
los terremotos de 1985 y 2017. Su trabajo fue publicado en la prensa y actualmente puede verse montado en una
exposición dentro de la Galería 5X7 (Av. Madero Oriente
# 860), donde estará hasta el siguiente 30 de septiembre.
Son 28 imágenes las
que componen esta exhibición. De éstas, 10 corresponden a Joaquín Ávila Escalante, en las que puede verse
la tragedia acontecida el 19 de septiembre de 1985 en el entonces Distrito
Federal, mientras que las 18 restantes
son autoría de Benjamín Flores, quien registró los daños ocasionados por el
movimiento de la tierra en Oaxaca, Puebla y la actual Ciudad de México, los
días 7 y 19 de septiembre, respectivamente, del 2017.
Pero el objetivo
no fue colocar imágenes alarmistas para el regodeo del morbo, la apuesta fue
más hacia provocar una reflexión en quien mire las imágenes, de modo que esta
persona comprenda que, como afirmó Ávila Escalante “tenemos que estar
preparados para este tipo de desencuentros”.
De hecho, Ávila Escalante comentó que la exposición tiene propósitos tanto de remembranza histórica como de denuncia: “una de mis tías me platicó que en 1957 sintió el temblor más fuerte de su vida, mucho más que el del 85 y más que el del 2017, entonces esta exhibición es para mostrar a las personas que los desastres naturales ocurren en cualquier momento de la vida (…) en Japón tienen una gran cantidad de seguridad ya que sufren terremotos de 7, 8 o hasta 9 grados, además en Chile el temblor que más ha durado fue de 10 minutos, son cosas que ocurren en todo el mundo”.
“Más que temor, es importante vivir en la prevención,
que resulta más que necesaria, pero volvemos a algo llamado corrupción, luego
del 85 se hicieron leyes de protección civil pero en el 2017 se vio que se
siguen sacando permisos fraudulentos, donde supuestamente harán edificios de
cinco niveles pero los hacen de diez, quince o hasta veinte, ¿cómo pueden hacer
eso?, pues con la corrupción, las
devastaciones vienen por la corrupción".
Por su parte, Benjamín
Flores relató lo que significó hacer el registro en las zonas afectadas por el
primer terremoto: “recorrí Juchitán y comunidades cercanas, donde vi los
daños ocurridos en el mercado, la escuela, la iglesia de San Agustín, la Casa
de cultura y el Palacio municipal, que para ellos son símbolos con historia y
terminaron muy dañados; también fui a comunidades como La Unión y San Blas
donde todas las casas estaban totalmente abajo, con la gente desesperada,
triste y mi tarea fue documentar los sentimientos de dolor, los daños (…) en
ese momento no había ninguna ayuda del gobierno federal ni del estado, la gente
no quería ir a los albergues para evitar que sus casas fueran saqueadas”.
“Estuve en todo eso, con ellos, para mí como fotógrafo
es importante el documentar esas escenas, pero también soy un ser humano con
sentimientos, me uní a esas tristezas, a ese dolor, pero lo que queda es
difundir para que las autoridades se pongan las pilas y para que la gente de
otros lugares apoyen”.
Por último, cabe señalar
que la exposición fue montada en Morelia gracias a la gestión conjunta de
Galería 5X7, la asociación civil Morelia Patrimonio Cultural y la revista
Proceso. La dirección donde se encuentra la exhibición es en Av. Madero Oriente
# 860, esquina con Sor Juana Inés de la Cruz, en el centro de la capital
michoacana.