El diálogo es el objetivo definitorio con que fue creado un espacio como La Corunda Escénica, así lo ponderan los organizadores de este encuentro que tuvo inicio oficial la tarde del lunes en la Facultad Popular de Bellas Artes (FPBA).
En efecto, como expresó Ana Zavala, quien es una de los organizadores, con La Corunda "queremos reunirnos para mirarnos, pensar el lugar que tenemos como artistas que hacen teatro, preguntarnos sobre la importancia de abordar esos temas y si a la gente le importa”
Luego de una inauguración más bien breve, en la que Ana Zavala y sus compañeros Ramsés Figueroa y Rafael Paz Camacho dieron los pormenores de lo que tendrá La Corunda (conversatorios, talleres y puestas en escena), se dio espacio al primer conversatorio, un espacio titulado “Poéticas disidentes y escenarios de la violencia”.
En dicho conversatorio compartieron sus visiones y experiencias Francisco Barreiro, Sara Pinedo y Gunnary Prado, quienes a lo largo de los minutos dieron respuesta a preguntas relacionadas con el proceso creativo, el papel político de su trabajo y la relación con la violencia, cuestiones que planteó el moderador, Ramsés Figueroa. Lo creativo, lo político y la sangre
Para Gunnary Prado, la génesis de la creación se encuentra primero en las obsesiones “aquello que queremos denunciar (…) uno llega a las propuestas con muchas sombras, de manera intuitiva, mis procesos de creación han sido a partir de una sombra oscura”; mientras que para Francisco Barreiro el crear tiene que ver más con lo histórico: “el modo en que nos relacionamos con los temas se relaciona con nuestras necesidades como generación”.
Cuando el conversatorio viró a la peliaguda pregunta de si desde el teatro se debe hablar de la violencia, Gunnary Prado defendió su arte al señalar que éste “puede hablar de cualquier cosa, creo que puede y debe, pero se debe tener cuidado con respecto al tipo de violencia que se presentará”, eso sí, consideró necesario tener cuidado “en no ideologizar ni hacer panfleto”.
Francisco Barreiro secundó a su colega al mencionar que “lo valioso del teatro es que puedes decir algo, no hay que olvidar ni dar las cosas por hecho, es necesario contar la historia lo más riguroso posible”, de hecho en esto último fue en lo que dio más énfasis: “debemos hacernos responsables de nuestro discurso (…) hay que ser muy objetivos”
Pero, ¿cómo evitar que el tocar un tema como la violencia se convierta en apología?, pues Sara Pinedo consideró que la respuesta está en las metáforas, la imaginación y la creatividad para representar de diferentes maneras lo escabroso: “se tiene la posibilidad de jugar con elementos y llevar al espectador de manera inteligente, hay muchos elementos para recrearlos de un modo distinto".
Para finalizar éste texto, es posible retomar lo mencionado por Barreido frente a la pregunta de ¿Por qué hacer teatro en tiempos de desmesura?: el teatro no tiene mucho que ver con el entretenimiento, es un ejercicio de memoria, hay una necesidad de poner un mapa, ser conscientes de dónde venimos, como nos situamos”.