Ulises Fonseca Madrigal
Las problemáticas que enfrentan las personas al estar fuera de su país, los modos en que son enfrentados mediante el arte, la cultura y la organización, así como los retos por resolver, fueron algunos tópicos tratados este día en el 2º Coloquio de Migrantes Michoacanos, realizado en el Centro Cultural Clavijero (CCC).
Este Coloquio resultó tener una pertinencia considerable en el contexto internacional de hoy día, trastocado por la llegada de Donald Trump a la presidencia estadounidense, razón por la que, como expresó Araceli Calderón González, coordinadora del Coloquio: “en Michoacán nuestro trabajo es ser solidarios, así que desde el lado en el que nos encontremos ya sea México o Estados Unidos, debemos ser solidarios y no dejar de lado y olvidados a los migrantes”.
La educación desde el exilio
Las actividades comenzaron desde la mañana e incluyeron, entre otras, una mesa redonda con el tema de “El papel de la educación de las universidades ante la movilidad y las migraciones”.
En dicha mesa habría de estar dos académicas de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) de la UNAM campus Morelia, pero acudieron dos representantes. La primera en tomar la palabra fue Alejandra Ceja, para expresar que la mencionada institución busca promover espacios interculturales y la atención a grupos minoritarios, es decir, hacerle honor al mote de “universidad”.
Por tanto, Ceja refirió que la ENES "fue creada en el marco de un programa llamado Siglo XXI, cuyos objetivos son que exista inclusión, que los alumnos tengan una visión integral".
De manera posterior, la joven mencionó que del total de estudiantes en la ENES, 440 son de Michoacán, 204 proceden de la Ciudad de México, 18 de Guanajuato, 15 de Guerrero, 13 de Puebla, 11 de Oaxaca, 89 del Estado de México, 10 de Veracruz, 7 de Morelos y 7 de Querétaro. Por lo que respecta a los extranjeros, hay 18 colombianos, 3 españoles, 2 alemanes, 1 peruano, 1 suizo y 1 chileno.
El segundo tema de la mesa fue "Comunidades e identidades en tránsito: retos educativos para las etnicidades urbanas en el país", ponencia presentada por Arlene Ruiz cuyo contenido se enfocó en analizar la realidad de las poblaciones indígenas en contextos urbanos y con ello, las formas de convivencia familiar, las dinámicas de trabajo y el acceso a servicios educativos.
En suma, la académica mencionó que "es necesario resaltar que la realidad de la población indígena es mucho más compleja" del modo en que suele concebirse. El tercer ponente fue Andrés Ávila Armella, cuyo tema fue “Situación migratoria actual. Consciencia, política y educación”.
El ponente centró su análisis en los movimientos migratorios internos, que muchas veces resultan necesario para que los jóvenes accedan a educación superior. Pero la situación no es la deseable de acuerdo al ponente, pues expuso que en el estado “sólo el 23 % tiene acceso a la educación superior en Michoacán, la mayoría proveniente de una clase socioeconómica acomodada”.
Asimismo, expuso que en la mayoría de las comunidades rurales "la Escuela Normal es la mejor opción", aunque hay quienes la deslegitiman; irónicamente, dijo, quienes niegan el valor de estas instituciones son los integrantes de las clases mejor acomodadas.
Migración y cultura
Otra de las mesas fue destinada al diálogo y análisis en torno a la relación entre cultura, educación y migración, espacio que fue abierto por Teodoro Durán Álvarez con una exposición en torno al “Programa para la inclusión y la equidad educativa/ Atención a la niñez migrante y en situación de calle”.
Dicho programa, dijo, tiene operando alrededor de 10 años para atender niños niños de municipios como Yurécuaro y Tanhuato, a quienes ha logrado proporcionar visibilidad y continuidad educativa, pues como dijo el ponente “la migración no sólo es la internacional esta es la otra cara de la migración en el país y resulta la más dolorosa”.
Continúo en la mesa la voz de Sherry Taylor para exponer las características y objetivos que persigue el "El Programa de lectoescritura, lenguaje y cultura".
De acuerdo con Taylor, quien es académica de la Universidad de Denver, el programa mencionado se sustenta en la “pedagogía culturalmente relevante”, método que reconoce la relación intrínseca de la identidad cultural con la lectoescritura.
“Los maestros se inscriben en el programa por querer aprender a enseñar lectoescritura, pero llegan a aprender más, como las influencias y relación recíproca entre lenguaje y cultura” expresó.
La tercera ponente fue Yolanda Zorayda Ávila Toledo, Directora de la Casa Michoacán en Chicago, quien luego de su trabajo como activista ha podido determinar que actualmente el rostro de los inmigrantes en Estados Unidos es más femenino que masculino, además de que las mujeres han logrado tener buenas posiciones y prueba de ello, dijo, está en el hecho de que las mujeres migrantes en EUA tienen más negocios propios que sus pares nacidas allá.
Sin embargo, mencionó que no todas las noticias son rosas, “ya que la ley de inmigración cobra un precio terrible en las familias migrantes”. Frente a este reto, Ávila Toledo apuesta y llama a promover la coordinación interinstitucional, elaborar propuestas e iniciativas de política pública con enfoque de género, contribuir al desarrollo de estrategias y estrategias dirigidas a mujeres migrantes, así como propiciar el intercambio de experiencias.
Otras mesas de diálogo trataron los temas de “Arte, cultura y nostalgia: Fortaleciendo la cultura y la tradición de los migrantes”; “Las mujeres migrantes y las mujeres que se quedan en las comunidades de origen”; “Arte y movimientos organizados” y “Migración y sociedad”. También, tres artistas (Elsa Escamilla, Mercedes Fernández y Brian Luis Overcast) presentaron las experiencias que les ha significado cruzar la frontera para desarrollar su trabajo creativo.