Verónica
Lucio Berrocal
Imágenes
cortesía de Los Tristes Tigres
Ciudad
de México, a 4 de marzo de 2024. “¿Qué se sentiría si perdieras
a un ser amado?”, esta sencilla pregunta desencadena una gran cantidad de reflexiones,
la mayoría basadas en una sensación dolorosa y ácida que se instala en el pecho
de cualquiera que la escucha. Ese sentimiento ante la aterradora idea de la pérdida
y la soledad es retratado dentro de la obra “Dos para el Camino”, del director
mexicano Adrián Vázquez.
Esta
producción de la compañía mexicana “Los Tristes Tigres” es una adaptación de la
obra “Dos para el Camino”, escrita por uno de los grandes referentes del teatro
peruano, César de María.
Su
trama presenta las vidas de seis personajes diferentes, aparentemente no relacionados
el uno con el otro, los cuales, a través de cuatro monólogos dramáticos y un diálogo
devastador, se enfrentan a su soledad y a su incapacidad de continuar adelante sin
ese ser que le da sentido a su existencia.
Cada uno
ha perdido a un amante, a un familiar, a un esposo, a un conocido, a un amigo e
incluso a un hermano gemelo, que ha dejado dentro de ella o él un vacío de
soledad, que irá haciéndose cada vez más oscuro a medida que la trama avanza.
Para el
actor y productor de esta obra, Carlos Patrick Casanova, estas historias hablan
de la pérdida y confrontan al espectador con sus propias nociones sobre el amor
y la soledad.
«Desde
lo más frío, hablamos de la pérdida, pero esta pequeña palabra nos hace indagar
en muchas de nuestras heridas como personas; cómo amamos, qué queremos, qué
buscamos, qué tan solos estamos, qué tan dispuestos estamos a vivir sin esa
persona, sin esa otra mitad», mencionó en entrevista.
La
obra explora cada duelo de una manera parecida, aunque a su vez, todos tienen
diferentes formas de desenvolverse, llevando al espectador desde el sentimiento
humano del amor, la belleza, las pasiones y la búsqueda de la felicidad
hasta su contraparte donde se encuentran deseos reprimidos, la indecisión, la
crudeza y lo severo de la humanidad.
«Dos
para el camino, nos hace ver a los personajes desde un lado muy oscuro, es una
obra con temas muy fuertes, con un humor un poco ácido, con personajes que
resultan difíciles de ver; pero sin duda nos tocan, nos llegan, porque pocas
veces, pocas obras nos hacen ver a estos personajes que también son totalmente
humanos, que también odian, que también son capaces de hacer cosas atroces a
partir de la pérdida», comentó Casanova.
Si bien, estos personajes son complejos, no pierden su lado humano haciendo al público reflexionar junto a ellos, en un lugar seguro como lo es el teatro.