El poeta Subhro Bandopadhyay, del Instituto Cervantes de Nueva Delhi, presentó a David Huerta, ganador del Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2019, a los jóvenes estudiantes reunidos en el auditorio Juan Rulfo, con una descripción basada en un poema del homenajeado.
“Te recibe la parca y dices que todavía estás consumido, habla con quien te oye, habla de poesía, ignora todo y abre los ojos otra vez”, fue la cita con la que el poeta bengalí recibió, junto con Ángel Ortuño, a Huerta, quien charló en el ciclo Mil jóvenes con David Huerta, sobre esta forma literaria que está en todos lados.
Atentos, los estudiantes de preparatoria que llenaron el auditorio Juan Rulfo desde quince minutos antes, escuchaban al protagonista de la tarde, quien habló de su amistad con Bandopadhyay, surgida gracias a la FIL y un correo electrónico, su debate acerca de la poesía de Serrat y Silvio Rodríguez y la literatura de Bob Dylan.
“No vayan a creerle a la gente que les dice a ustedes que los poemas son cosas chiquitas, y que por eso la tienen fácil, no es verdad, hay poemas larguísimos, que son más largos que muchas novelas y que son poemas con toda la barba, entonces, eso de la extensión es falso”, expresó Huerta, cual maestro bonachón que invitaba a sus alumnos a disfrutar de la poesía en toda su extensión, y además se atrevió a revelar un secreto.
“La poesía se escribe en un montón de formatos y es de todos colores, sabores y pelajes. [...] La poesía se manifiesta de muchas maneras, cuando cité el libro de Teresa González Arce y lo que ella dice de las canciones, que tanto le gustan, voy a cambiar canción por poema, y donde dice canciones voy a poner poemas; en ese ensayo, antes y después del pasaje, hay casi una afirmación que dice que los poemas que más le gustan son por su valor poético”.
Durante su participación, Huerta habló con Ortuño, con quien llegó a la conclusión sobre la forma en la que la poesía nos rodea día con día. “Se lee mucha poesía, se escuchan muchas canciones y se aman muchas canciones; se memorizan muchas palabras, puestas en la canción o poema con una intención expresiva, en el momento en que hay una intención expresiva y que hay una voluntad de conmover o de convencer a quien nos escucha o nos lee, en ese momento despunta la posibilidad de la poesía.
“Estoy hablando de lo que podemos llamar el lenguaje intencionado, el lenguaje que lleva dentro de sí la intención de comunicar con elocuencia, de una manera incluso bella lo que uno trae en la cabeza o el corazón, en ese momento, cuando está, esa voluntad en la gente, hay un vislumbre de lo que puede llegar a ser poesía”.
Al recordar que su amigo de India lo nombró “un quijotesco amante de Cervantes”, Huerta discrepó y habló sobre su visión de Cervantes, a quien admira más como poeta que como novelista.
“Quiero hacer una observación al margen de lo que dijo Subhro, dijo que yo era ‘quijotesco’, voy a matizar lo que dijo Subhro. Yo no soy quijotesco, soy cervantófilo, sí, yo soy amante, fanático de don Miguel de Cervantes y por supuesto de lo que hizo, porque Don Quijote a veces impacienta, a lo que voy es a lo siguiente [...] Cervantes es famoso porque escribió un gran libro que es Don Quijote de La Mancha, está bien, pero cuando empieza uno a averiguar se da cuenta de que don Miguel de Cervantes siempre, a lo largo de toda su vida, se consideró poeta”, reflexionó el ganador del Premio FIL.