Ulises Fonseca
El papel que tiene la cultura dentro del crecimiento de las comunidades, así como de las problemáticas y retos que esto supone para la sociedad civil, fue lo que expuso Benjamín González en su ponencia “Proyecto Cultural Comunitario Estrategias de Intervención”, impartida en el Museo de Arte Colonial.
Forjado como gestor y promotor cultural en experiencias como el Proyecto Fábrica de Artes y Oficios de Oriente (FARO) en el oriente de la ciudad de México, González posee un bagaje que le permite arrojar luz sobre las posibilidades de la cultura como factor positivo de cambio social, pero también de la forma en que ha sido viciada por los intereses de gobiernos y/o partidos políticos.
De esa forma, González ofreció un diagnóstico del panorama actual, que, por mencionar algo, incluye lo siguiente: "el peligro de la chespiritizacion de la cultura" ya que desde las altas esferas gubernamentales se la ha visto como un bien comercial, percepción que responde a la forma de capitalismo establecido en México.
Un síntoma de lo anterior, dijo, es la creación de grandes festivales donde el tema central no es la promoción del arte sino que las plazas estén llenas y sea posible que los políticos logren un momento de relumbrón. Por tanto, se privilegia el espectáculo sobre los procesos en donde la cultura funge como cohesionador, ya que éstos suelen ser complejos y más largos que los periodos de gobierno.
Otra cuestión es la iniciativa privada, que ha encontrado en la cultura un modo para legitimarse ante la comunidad, pero como recordó González “ellos no tienen interés en dialogar con la sociedad, solo autoproclamarse con proyectos propios”. Por lo anterior, ¿qué le queda a los gestores? pues bien, respondió el propio ponente, es posible crear lazos con los pequeños empresarios locales, “hasta con el café de la esquina”.
En lo que toca a la comunidad artístico-cultural en el país, el horizonte no es el mejor y de hecho González reconoce que esta “ha sido reactiva, quizás el único rostro de oposición es Francisco Toledo (…) entre los egos, relaciones políticas nos vemos como una comunidad endeble y desfigurada”.
Los retos también están en el ámbito de las organizaciones no gubernamentales (ONG'S), pues aunque en el panorama mexicano es posible que los recursos lleguen a las ONG'S sin pasar por los gobiernos estatales, ha sucedido que los políticos han generado organizaciones ‘fantasma’ para beneficiarse sí mismos.
Posibilidades ante la crisis
Frente al panorama descrito anteriormente, Benjamín González mencionó que aquellos con ánimos de hacer gestión o promoción cultural necesitan “abandonar la idea de cultura como espectáculo y pensarla como herramienta de empoderamiento, mediante procesos muy particulares”
Para arrojar luz sobre lo anterior, el ponente ejemplificó con el trabajo hecho en iniciativas como "La invasión de los niños come libros", proyecto de promoción lectora generado por un grupo de jóvenes universitarios para ser aplicado con niños de barrios populares de la ciudad de Puebla.
Para hacer posible esto, los promotores buscaron aliados, que los encontraron en jóvenes que estudiaron artes, filosofía y letras o historia; luego de esto, los promotores buscaron a los interlocutores de la comunidad (personas de que cada lugar). Esto último era importante para trabajar con la comunidad desde dentro y que esta misma sea copartícipe.
Otro ejemplo fue, precisamente, con el Faro: espacio que dijo el ponente, buscó cubrir la necesidad de educación artística de un amplio sector de la ciudadanía que era excluida de las academias. “Es un centro comunitario como articulador de la vida social, involucrar a la gente que va, desconcentrar las actividades culturales, y ampliar el espacio público”
Algunas recomendaciones
Entre las consideraciones finales ofrecidas por Benjamín González, esta que en la ciudad de México el gobierno de la ciudad está en plena discusión para crear una figura llamada "Centro cultural de barrio" que de la posibilidad de que los espacios culturales alternos tengan reconocimiento y condiciones, discusión que dijo, sería deseable que tuviera ecos en Michoacán.
Asimismo, el ponente mencionó que “a este país le falta mucho nivel de politización, pero en el buen sentido, desde el entendimiento de política como la necesidad de participar en la 'cosa pública'”.