Ulises Fonseca
En las últimas semanas, el Conservatorio de las Rosas ha destacado a nivel mediático no precisamente por su actividad académica, sino por la turbulencia financiera que bulle en su interior y que pudo derivar en un embargo (http://www.cambiodemichoacan.com.mx/nota-n18139); por lo anterior, los integrantes de la Junta de Gobierno consideraron pertinente dejar sus escritorios y aparecer en el escenario de la Sala Niños Cantores para anunciar que será Eduardo Rubio Elozúa quien habrá de sufragar una deuda que oscila 1.9 millones de pesos. Pero vamos por partes.
Al decir ‘integrantes de la Junta de gobierno’, a quienes se hace referencia es a Ricardo Casiano Alba (presidente), Ramón Ramírez (vicepresidente) y Juan José González (asesor). Ese triunvirato apareció ante cámaras y grabadoras para señalar que desde el inicio de su labor, han buscado mecanismos que le posibiliten al Conservatorio hacer frente a sus compromisos. ¿Cuáles son esos compromisos?, la cifra global no la dieron, al parecer para no entorpecer negociaciones; pero lo que sí quisieron adelantar es que pagarán los intereses derivados de una deuda anterior, contraída con el constructor Roberto Salcedo.
Para aclarar esto, es necesario exponer que el monto original que se debía era de 1 millón 786 mil 523 pesos, recurso que ya fue saldado, pero no así el interés derivado, que asciende a 1 millón 920 mil 160, surgido por una tasa del 2.5 por ciento mensual. Esta deuda fue contraída por el anterior presidente de la Junta de Gobierno, Francisco Bernal Macouzet, con Roberto Salcedo.
Pero ese dinero no saldrá de modo directo del Conservatorio, pues como dijo Ricardo Casiano Alba, quien habrá de salir al quite será Eduardo Rubio Elozúa.
¿Cómo obtuvo ese dinero Rubio Elozúa? O más aún, ¿de qué forma habrá de asegurarse dicho señor que el recurso le sea devuelto?, pues como explicó Casiano Alba, dicho benefactor “logró conseguir una hipoteca a través de un bien de su propiedad, insisto en que esto fue para el pago de intereses y no de la deuda original que ya estaba saldada”. Como intentó hacerlo ver Ramón Ramírez, Rubio Elozúa es una suerte de mecenas del siglo XXI que le entregó al Conservatorio “de buena fe” ese monto: “la institución pagará la hipoteca, simplemente es una transferencia de la obligación, son pagos mensuales y buscaremos saldar la deuda lo antes posible y tenemos compromisos”.
Más aún, Juan José González confirmó que el adeudo de la hipoteca “lo adquirió Rubio, el bien hipotecado tampoco es del Conservatorio, esos recursos se dan en préstamo personal sin documentación, sin documentación, sin garantía real, al Conservatorio, (…) la obligación con el banco y la hipoteca, que es a un plazo de 10 años, es de él”.
Matemáticas que no cuadran
Ahora bien, Casiano Alba intentó esclarecer el modo en que se le pagará a Rubio Elozúa para que éste, a su vez, salde la hipoteca al señalar que “esta por vencer una línea de crédito contratada, vencerá en abril de 2018, el plan que tenemos es pagar el pago mensual a la institución con la que se realizó la hipoteca y posteriormente destinar todo el pago de la deuda a la hipoteca con Eduardo (Rubio Elozúa), la idea es resolverlo en tres años”.
La cuestión se complica aún más cuando Casiano Alba hace público un balance de los egresos en el Conservatorio, institución que dijo, el 90 por ciento del egreso es para la nómina, mientras que el 10 por ciento restante es para gastos de operación. “Existen pasivos (añadió Casiano Alba) como las líneas de crédito, pero una vez vencidas habrá mayor holgura financiera para hacer frente a las responsabilidades".
Entonces, ¿de donde saldría para el pago de compromisos?, de acuerdo a Ramírez “se está buscando reestructurar, igual no salen las matemáticas, pero números más números menos ya está incluido en los flujos los compromisos”. El rector, sin certezas Con respecto al posible embargo, Casiano Alba mencionó que “no hay ningún embargo al Conservatorio, ni del campus Bernal Jiménez ni del campus Carlos Prieto, que erróneamente se informó, estaba en riesgo”.
Aunque se les cuestionó que Luis Jaime Cortes confirmó esto (consultable en http://www.cambiodemichoacan.com.mx/nota-n18272), Ramón Ramírez descalificó lo anterior al señalar que el rector “de alguna manera no tenía el panorama completo, lo que él tenía es que estábamos buscando optimizar espacios”, sin embargo, sólo un momento después el mismo Ramírez confirmó que en efecto “estaba el riesgo y se le pidió a Luis Jaime un proyecto de ver como se podía reacomodar”.
Demanda en pie
Por otra parte, Casiano Alba señaló que sigue en pie la demanda contra Francisco Bernal Macouzet: “se le ha dado seguimiento, hemos aportado pruebas e información que ha solicitado el ministerio público”. Pero, ¿Qué cosas realizó dicho individuo, poseedor del apellido con más pundonor de la música michoacana?. Pues bien, Bernal Macouzet fue presidente de la Junta de gobierno del Conservatorio entre 2004 y 2012, un puesto donde, como señaló en su momento Casiano Alba, Bernal Macouzet utilizó para su beneficio personal, es decir, desvío de recurso. Entonces, en 2012 fue creada una junta de gobierno nueva que generó la demanda contra Bernal Macouzet, tanto por la onerosa deuda generada con Roberto Salcedo como por el desvío de 5 millones 250 mil pesos.
En pos de la estabilidad
En uno de los momentos en que Ramón Ramírez tomó la palabra, aseguró que en el Conservatorio “no se ha presentado atraso alguno en el pago de nómina y prestaciones, también nos hemos acercado a las autoridades correspondientes con la intensión de generar convenios, con los cuales nos estamos regularizando”. Pero solo unos minutos después, Ramón Ramírez añadió que no ha habido acercamientos con los diferentes niveles de gobierno no tener orden, “ahora es importante limpiar la casa pues no queremos llegar a pedir recursos federales cuando hay muchas… el gobierno federal tiene obligación de transparencia”. Además, señaló que actualmente la junta de gobierno se encarga de todos los asuntos administrativos, mientras que ahora está en proceso una auditoría interna por el periodo 2012-2016.
