Redacción
La
presente situación de pandemia ocasionada por el COVID-19 ha logrado lo que
durante mucho tiempo cientos de personas han intentado: que la ciencia tenga
un espacio en la vida pública.
Pero
¿por qué tendría que ser importante que los gobiernos tomaran decisiones
basadas en información científica?, ¿por qué los medios de comunicación
tendrían que destinar más espacios a informar sobre ciencia?, y
particularmente, ¿qué y por qué tendríamos que saber los ciudadanos de ciencia?
Las
medidas de contingencia han cancelado muchas de las actividades presenciales
que se llevan de manera cotidiana, como las sesiones de los distintos cafés y
bares de ciencia que se desarrollan por todo México. En ese contexto, varias de
las organizaciones que están detrás de estas actividades han programado una
sesión en línea donde los públicos puedan reflexionar, de la mano de
especialistas, sobre aquello que les motiva a asistir a estas actividades de
divulgación científica, sobre su importancia en la construcción de la vida
pública y sobre el papel de ciudadanos interesados en ello.
La
cita de esta charla virtual es el martes 12 de mayo a las 19:30 horas y se
transmitirá a través de facebook del Centro Cultural UNAM en Morelia, de la
ENES Unidad Morelia y de CulturaITESO.
Las
charlistas invitadas en esta ocasión son:
Aline Guevara, coordinadora de comunicación de la ciencia del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM, quien, desde la filosofía y la sociología de la ciencia, ha trabajado sobre los conceptos que los distintos paradigmas de la comunicación pública de la ciencia y la tecnología dan por sentado, como las nociones de lo que es conocimiento, la ciencia, o el público.
Cecilia Rosen, periodista de ciencia, investigadora y docente en temas de comunicación de la ciencia, periodismo y estudios de ciencia y sociedad, actualmente es la coordinadora de Difusión y Divulgación del Instituto de Fisiología de la UNAM.
Lourdes
Patiño, ex presidenta de la Sociedad Mexicana para la Divulgación de la Ciencia
y la Técnica, A.C.,
quien desde 1996 trabaja en el campo de los museos interactivos, la educación
no formal y la divulgación de la ciencia, es consultora y socia fundadora de
Fibonacci, asociación civil en torno a la innovación y la cultura científica.
Esta
actividad es coorganizada por alrededor de veinte iniciativas de cafés y bares
de ciencia del país, entre ellos: Café Científico, de la ENES Morelia
UNAM; Café Scientifique, DEL ITESO; el Café Científico del TEC de
Monterrey; el Café Científico de La Paz, BCS; "Una cita con la
ciencia" del Colectivo de Divulgación de la Ciencia y la Educación, de
Xalapa, Veracruz; "Pisteando con Ciencia", de Mazatlán, entre otros.
Además de la Sociedad Mexicana para la Divulgación de la ciencia y la Técnica,
SOMEDICyT.
En
conjunto integran la Red Nacional de Cafés y Bares de Ciencia, una
organización autogestiva que aspira articular el trabajo y promover estos
espacios públicos para conversar sobre ciencia, tecnología e innovación y su
relación con la ciudadanía. Dicha Red la integra un grupo multidisciplinario de
profesionales responsables de cafés y bares que se realizan en 18 estados del
país, cada uno con distintas trayectorias y enfoques en comunicar ciencia en
sociedad. A su vez, varios de estos proyectos forman parte del movimiento
internacional de cafés scientifique, impulsado desde hace poco más de dos
décadas en Inglaterra por iniciativa del comunicador Duncan Dallas.