Por
Albha Nungaray Campos
Imagen: Brenda Godínez, tomada de Unsplash
Presentación
Los
aztecas llamaban al aguacate el árbol del amor, pues este debe crecer
acompañado, en pareja, para favorecer la polinización. De ahí que su fruto
merezca el trato cuidadoso que debe procurarse a los genitales.
Si
bien el aguacate ha contagiado al mundo con su oscuridad externa (sequía y
deforestación), su popularización en el ámbito gastronómico parece irreversible
y, por ello, es necesario establecer una serie de principios, reglas y virtudes
para su buen trato, sobre todo, al momento de su incisión.
Ámbito
de aplicación
El
conjunto de principios aquí establecidos tiene como destinatarias a todas
aquellas personas involucradas en el contacto manual del aguacate que será
escogido o rebanado, así como para aquellas dispuestas al prestigio de servir
un guacamole en alguna reunión.
Fines
del código
1.
Inhibir prácticas de maltrato hacia el aguacate en los mercados.
2.
Establecer criterios que inspiren una buena incisión al aguacate, como si de
una muerte asistida se tratara.
3.
Fortalecer las capacidades de quienes, en un momento de antojo, requieren
extraer la pulpa o mantequilla de las diosas proveniente del fruto del árbol
sagrado de los mexicas.
Principios
éticos
1.
Un perfecto amante del aguacate no rechaza ninguna variedad y se rige por el
principio de que, sin importar si es criollo, Hass o fuerte, cualquiera merece
ser llevado a la mesa.
2.
De antemano, nadie debe evitar al aguacate que exceda su madurez. Un aguacate
en su ocaso requiere de amor y cuidados paliativos, aunque breves para resultar
en guacamole.
3.
El aguacate entero es un testículo; rebanado por la mitad, una vulva. Por ello,
todo contacto debe ser sutil. En el mercado, al escoger este fruto, debe
tocarse apenas con las yemas, sin dejar rastro. Ya en casa, al momento del
corte, debe tenerse en cuenta que la incisión se hace sobre la verticalidad del
fruto (nunca de manera horizontal, por favor).
4.
Si rebanado el aguacate es una vulva, su clítoris es el hueso. ¡Jamás debe
ignorarse su presencia! Dicho de otro modo, al extraer la pulpa de la mitad que
contiene el hueso no lo haga sin prestarle importancia a este; no lo rodeé solo
por apresurarse al placer: dese el tiempo para extraer el carozo
cuidadosamente. No hay nada peor a la
vista que una rebanada de aguacate que, aún con el hueso, denota la presencia
de otro comensal.
5.
Sobre la extracción de la masa carnosa también es necesario considerar que este
procedimiento se hace con cuchillo o cuchara (nunca con tenedor) y que estos
instrumentos deben utilizarse a modo de espátula, es decir, pretendiendo llegar
al borde entre cáscara y la pulpa. Toda rebanada debe constatar una extirpación
de tajo y no un vaciado indeciso.
Transitorios:
Primero.
Los principios establecidos en este documento entran en vigor a partir de la
próxima vez que usted se relacione con este fruto.
Segundo.
No hay ética en esto. La expansión del cultivo de aguacate ha ocasionado
severos daños ambientales. Su huella hídrica asciende a 872 litros por cada
kilo.
Sobre
la autora
Albha
Nungaray Campos. Escritora autodidacta, aunque hizo estudios de licenciatura en
Lengua y Literaturas Hispánicas en la Universidad Michoacana de San Nicolás de
Hidalgo (UMSNH). Es lectora, tía y correctora de estilo. Hace chambas de
cuidado y de cuidado editorial.