Ulises Fonseca<
Abrir puertas a la expresión artística a aquellas personas con alguna discapacidad, ha sido el motor que mueve el trabajo de Catalina Pineda Servín, docente que está por iniciar un “Taller de Arte y Oficio” en La Casita de Artes y Oficios de Santa María.
El taller, que iniciará la siguiente semana, ya tiene un precedente de dos semestres (el primero de ellos se llamó “Arte Incluyente” y el segundo “Artes plásticas”, ambos con apoyo del DIF estatal), y de acuerdo a la profesora, el taller de ahora integró una visión orientada a que los alumnos puedan capitalizar su aprendizaje en distintos productos para beneficiarse de manera económica.
El referido taller comenzó desde ésta semana y de acuerdo a Pineda Servín, tiene un plan didáctico diseñado para incluir a niños, jóvenes y adultos, con o sin discapacidad. Eso sí, para brindar atención cercana, el taller tiene cupo para 15 personas.
Por supuesto el enseñar a personas que tienen alguna discapacidad implica hacer uso de una buena dosis de creatividad y de información para conocer sus necesidades, como bien refirió Catalina Pineda: “es darse cuenta de lo que necesitan, por ejemplo quienes tienen discapacidad visual son más kinestésicos y sinestésicos; también se debe cuidar los materiales porque ellos son muy sensibles en las yemas de sus dedos, además de la forma de enseñarles, que es principalmente con el tacto, la postura, el olfato (…) uno adquiere una intuición de cómo tratar a cada uno en específico”.
Llegado por invitación de la propia Catalina Pineda, Saúl Paniagua es uno de los alumnos que entrarán al taller, interesado en seguir una formación que ha tenido en los dos talleres anteriores, cuestión que ha constituido un vuelco para él, pues como afirmó: “nunca había participado en algún taller de artes plásticas, he sabido que hay diferentes lugares donde se ofrece el servicio pero entonces no me había interesado mucho”.
Éste hombre, quien es técnico profesional en masoterapia, mencionó que una vez dentro, la participación de los alumnos es positiva: “en general todos muestran mucho interés, siempre la actitud es buena”.
Compartir con otras sensibilidades
En torno a la forma en que inició su trabajo con personas discapacitadas, la propia Catalina Pineda relató que se trata de una labor que la ha acompañado desde que egresó de su Facultad en el 2010, “fue un proyecto de titulación para llevar el arte a personas con discapacidad, primero a la visual y después al resto de discapacidades”.
Para lograr lo anterior, Pineda Servín tuvo que basarse en una investigación en torno a la forma en que funcionan y se adaptan los sentidos, “ese trabajo se cristalizó en talleres, en 2012 hubo uno que tuvo apoyo del Secrea (Sistema Estatal de Creadores) y terminó con un mural conformado con 250 fisonomías, fue expuesto en Altozano en 2013; tuve otro proyecto de taller incluyente, respaldado en 2014 por Alas y Raíces”.