Peritaje antropológico: vínculo entre cultura, educación y derecho
Ulises Fonseca Madrigal
El investigador Bolfy Cottom inauguró las Jornadas sobre Peritaje Antropológico con una conferencia magistral que incluyó desde definir lo que es el concepto de cultura y la crisis de las sociedades actuales, hasta la historia y funciones del peritaje antropológico. Pero debido a que se trata de todo un desfile de ideas, mejor vamos por partes.
La cultura y el vacío existencial
En un inicio, Cottom le recordó a los académicos y estudiantes presentes algunas consideraciones en torno a lo que es “Cultura”, concepto que dijo, se deriva del pensamiento occidental y ha permeado al estado mexicano, tanto en sus instituciones dedicadas al sector como en la jurisprudencia encaminada a la conservación del patrimonio.
Asimismo, refiere que en el contexto actual de nuestro país (y del mundo), hay un proceso de desinstitucionalización, "actualmente se vive una crisis por los roces de tres ámbitos, lo técnico-económico, lo político y lo cultural", sistemas que se contradicen entre sí, lo cual genera un fuerte problema antropológico”, que tiene alcances en lo que sucederá con el futuro de la civilización misma.
Pero también hay un proceso de desocialización, que lleva a un proceso de despersonalización identitaria. En la globalización, el individuo se diluye, "el sistema y el actor están en oposición directa".
En esta coyuntura, la cultura ha sido empleada como legitimador de políticas neoliberales, "el estado ha aprendido a generar en abstracción simbólica a movimientos reivindicatorios, es decir, se acepta la diversidad pero desde lo simbólico, no de lo social"
En éste contexto, es que ser perito en antropología es preguntarse a quien se servirá, cómo y con qué fines, interrogantes nada fáciles de desentrañar dada la descripción anterior.
Más allá de las ruinas
Ahora, luego de esa extenso análisis de la sociedad, cultura, educación y economía, Cottom dio espacio en su lectura para referir algunas consideraciones sobre el peritaje, del que dijo, fue en la mitad del siglo XX, cuando se avaló la carrera de antropología, que hubo una acción colegiada para dar valor también al trabajo de peritaje
Pero esto no tuvo alcances muy grandes, pues de acuerdo a lo narrado por Cottom, en los 80, los pioneros colegiados de la antropología dieron los últimos impulsos a los esfuerzos por mantener la organización, luego, el peritaje antropológico fue relegado.
De ese modo el peritaje antropológico ha caído en el reduccionismo que lo considera propio del indigenismo y lo arqueológico, cuando también puede aplicarse en muchos otros ámbitos como: derechos migrantes, de género, de orientación sexual, violencia intrafamiliar, ejercicio de la fuerza pública, por mencionar algunos.
Por tanto, Cottom afirma que es “un campo pericial que requiere de ser fortalecido (…) es urgente avanzar hacia la institucionalización de la materia”. En ese sentido es que ahora hay un proyecto de Diplomado en peritaje antropológico, pero además el investigador sentenció que "debemos organizarnos como gremio y posicionar la iniciativa en la procuración de justicia (…) pues el vínculo entre cultura, educación y derecho encuentra en el peritaje su espacio ideal".