Ulises Fonseca
Francisco Méndez fue el único artista visual de Michoacán que estuvo presente en la
00 Bienal de La Habana, una reunión de creadores procedentes de todo el mundo que fue organizada, aunque parezca insólito, de manera independiente en la capital de Cuba.
En total
hubo 150 artistas, procedentes de los continentes africano, asiático, europeo, australiano y latinoamericano, quienes se reunieron en diferentes sedes muy sui géneris: las casas y estudios de los propios artistas cubanos, donde estuvieron para dialogar, compartir y presentar obra. Todo esto sucedió entre el 5 y el 15 de mayo de este año.
Entre ellos estuvo Méndez, quien fue a presentar un
performance con una fuerte carga política, pues como él mismo señaló: “surgió a partir del acto bochornoso de (Jesús) Murillo Karam, quien después de una conferencia de prensa en el contexto de los desaparecidos de Ayotzinapa dijo
‘ya me cansé’, yo retomé esa frase para hacer una serie de actos
explorando el tema del cansancio, entonces lo que hice en La Habana fue
gritar esa frase hasta quedarme sin voz”.
El performance estuvo pensado para las calles más populosas de La Habana, pero debido a la presión del estado cubano hacia la organización de la 00 Bienal, con sus arrestos, bloqueos y vigilancia policial, fue necesario llevar el performance a una vecindad.
“Pensé en hacerlo en Habana vieja –relató Méndez-, pero antes de mi estuvo
Tania Bruguera, una performancera de Cuba que habló de las formas en que el estado ha utilizado su cuerpo sin su consentimiento, como con el proselitismo, entonces fue apresada; cuando eso ocurrió cambiamos el programa y al día siguiente fuimos a una vecindad en una zona muy pobre, mi performance ocurrió en ese contexto”, en específico, en la casa del
artista y activista LGBT+ Nonardo Perea.
Una parte de la obra aún puede verse en el siguiente enlace:
https://www.franciscomendez.info/yamecanse.
Lo alternativo al régimen
Como refirió Francisco Méndez,
la 00 Bienal no fue un evento oficial “se trata de una respuesta que dieron siete personas cubanas, lideradas por Luis Manuel Otero, ante un posible vacío: ellos se organizaron para no dejar morir un evento que el gobierno de Cuba no pudo hacer, pues en el 2017 aconteció el huracán Irma, tocó La Habana y se erogó recuso para atender las afectaciones, entonces el sector público dijo no tener solvencia para realizar la famosa Bienal de La Habana”.
Ese
era un hueco muy sentido en la comunidad artística, pues como señaló Francisco Méndez
“era un evento internacional y constituía una plataforma importante de turismo cultural para la isla, entonces desde la independencia, este grupo de siete artistas cubanos se reunió y decidieron hacer una bienal paralela”.
Si bien esta bienal independiente no surgió con propósitos contestatarios al régimen, el estado cubano lo tomó como una provocación “que se lee como un acto rebelde de los ideales revolucionarios (…) por ejemplo
a Luis Manuel Otero lo arrestaron varias veces antes de que iniciara la Bienal como forma de intimidación”, mencionó Méndez.
Sin embargo se hizo, lo cual también sirve a Francisco Méndez para lanzar una comparativa con Michoacán: “en nuestro estado hay bienales, premios y concursos que se suspenden de manera indefinida porque el gobierno dice que no tiene dinero; pero allá sí se realiza, me parece que es algo
muy valiente y solidario de parte de los artistas cubanos de no dejar pasar un evento aún sin dinero; ahora, una de las cosas que se logró es que la bienal oficial sí se hará el año siguiente, entonces esto sirvió como presión a la autoridad”.