Redacción
El
evento que anualmente congrega a la gran comunidad cinematográfica de nuestro
país es sin duda la ceremonia de entrega de los Premios Ariel, que este año en
su sexagésima primera edición se realizará en la Cineteca Nacional, el próximo
24 de junio.
“La
Cineteca Nacional es la casa del cine mexicano con aspiraciones artísticas”,
así lo ve su director general, Alejandro Pelayo. Y es que todos los títulos
nominados a mejor película en esta 61 entrega de la estatuilla se han exhibido
en este recinto, y varios de ellos con muchísimo éxito.
El
mayor ejemplo es la taquillera Roma, que opta por 15 estatuillas y que en la
Cineteca convocó a más de 70 mil personas, algo sin precedentes. “En cuanto a
asistencia a una película mexicana, es la que ha roto todos los récords de la
Cineteca”, sostiene Pelayo.
Para
el también cineasta y guionista, la ceremonia de los Ariel es la forma de
estimular la producción de un cine de intención artística, de reconocer
producciones con aspiraciones no precisamente comerciales. “Los cinco títulos
nominados a mejor película tienen esa intención”.
Ernesto
Contreras, titular de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias
Cinematográficas, A.C (AMACC), ve también a la Cineteca como el hogar del cine
de nuestro país. Es “un espacio amoroso para nuestras películas, donde mejor
las tratan. En donde se ha logrado un modelo de éxito en el que no solamente
vas a ver una película, sino es toda una experiencia”, dice.
El
director de filmes como Sueño en otro idioma (2017) sostiene que llevar el
evento a la Cineteca ha sido una buena decisión: “Por un lado nos permite una
ceremonia mucho más sobria, acotada, contenida. Y por otro lado nos permite
abrir al público, y que sea una ceremonia incluyente. A diferencia de lo que
justamente nos pasa en Bellas Artes, que ya no cabemos porque somos muchos”.
Contreras
señala que la producción de esta gala es resultado de la suma de esfuerzos
entre la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, la Secretaría de Cultura
de la CDMX, la Cineteca Nacional, Instituto Mexicano de Cinematografía y
patrocinadores.
En
relación con el premio, coincide en que se trata del más importante que se da
en nuestra cinematografía “porque se da entre pares, no hay jurado, no hay
comisión, es la comunidad quien vota. Este año hemos tenido la mayor
participación de miembros. Para elegir nominados fueron 380 personas votando,
para elegir ganadores hay 400 personas inscritas emitiendo su voto”.
Por
su parte, Alfredo Loaeza, director general del Centro de Capacitación
Cinematográfica (CCC), reitera la noción de ver a esta fiesta como una
ceremonia entre iguales, pues a “diferencia de otros eventos similares donde
hay valoraciones diversas, aquí son los profesionales de distintas disciplinas
reconociendo a sus colegas por diferentes habilidades y logros”.
Loaeza
es cineasta con formación en el CCC, por ello enfatiza la presencia de
egresados de esta academia entre el talento nominado cada año a este galardón.
Asegura que esto representa dos cosas. “Por un lado, que sea reconocido el
trabajo de nuestros alumnos y egresados, y la segunda, que así se consolida la
misión del CCC, que es formar cineastas integrales de alta especialidad con
conocimientos de las diferentes disciplinas cinematográficas”.
La
ceremonia de la 61 entrega de los Premios Ariel avivará la actividad de la
Cineteca el próximo 24 de junio, pues se llevará a cabo en la Sala 1, con un
púbico de nominados, acompañantes y autoridades. Mientras que la 2 y la 3 darán
cabida al resto de nominados y todos los invitados. Estará retransmitiéndose
para el público en general en las salas 7, 8, 9 y 10, además del Foro al Aire
Libre Gabriel Figueroa, esto como parte de los apoyos que la Secretaría de
Cultura ofrece a la organización de la entrega del galardón y en el marco de la
política de redistribuir la riqueza cultural y no dejar a nadie atrás.
El
ganador del Ariel a mejor película por Miroslava (1993) recuerda que la
ceremonia de estos reconocimientos no ha tenido un lugar fijo. “Recuerdo haber
participado en ceremonias como nominado. Se celebraron en los Estudios
Churubusco o en la propia Cineteca Nacional. Siempre ha habido espacios
alternativos al Palacio de Bellas Artes”, y concluye que lo importante es su
permanencia.