Redacción
En los 70, había
una niña del interior de Michoacán con tal atracción hacia el cine que,
mediante su imaginación transformaba simples bloques de madera en cámaras y con
ellas, se lanzaba a crear toda clase de mundos. Al convertirse en adulto, esa
niña, llamada Sonia Aburto, decidió
hacer posible que los pequeños estuvieran en contacto con equipo de filmación
real y fue tanta su convicción en lo positivo de esta encomienda que ideó “Juguemos a Grabar”, un proyecto que éste
fin de semana volvió a entrar en contacto con los infantes.
Esto se debe a que
“Juguemos a Grabar” compartió su curso de cine con los niños de la Margarita Morán, una colonia antorchista
ubicada en un rincón del extremo poniente de Morelia: un lugar donde prevalece
un paisaje agreste, una en la que varias calles no han sido pavimentadas y
donde los perros todavía no temen a los automóviles.
Ahí, “Juguemos a Grabar”
llegó por intermediación de Juan
Bernardo Nava Sandoval, un joven profesor adscrito a la primaria del lugar,
conocida con el mismo nombre de la colonia -Margarita Morán- quién tenía el interés
de generar un espacio para la recreación constructiva de los niños.
De esta manera, “Juguemos
a Grabar” realizó tres cursos de cine en el 2018 para beneficio de un total de
100 niños, de los cuales 45 fueron de San José de las Torres, (Morelia), 25 de
San Pedro Pareo (Pátzcuaro) y 30 de la mencionada colonia Margarita Morán
(Morelia).
El curso en la Margarita Morán
Los 30 niños que llegaron a participar al curso no
tuvieron reparo alguno es asistir a la escuela en sábado y domingo, ya que no fueron
a recibir las clases típicas de siempre, sino a obtener algo hasta entonces
desconocido para ellos. De esta manera, dos cosas que podrían concebirse como
antagonistas, como el estudio académico y el juego, estuvieron hermanadas sin
problema.
El curso tuvo clases de fotografía, de cine, música y
títeres, que estuvieron combinadas con un tema que tanto Sonia Aburto como
Nava Sandoval consideraron necesario, dado el difícil contexto social del lugar,
con familias disfuncionales y relaciones interpersonales poco saludables:
“estuvimos ideando lo que se podría venir a trabajar aquí y pues surgió el tema
del respeto al adulto mayor, en específico los abuelitos”, mencionó el
profesor.
A propósito del
tema, a quien tocó el difícil trance de abrir las clases e introducir la temática,
fue al profesor Antonio Negrete Ovando, quien precisamente impartió el tema de "El respeto a mis abuelitos"
y luego lo alternó con clases de cámara. No fue una cuestión sencilla, pues se
trató de mantener la curiosidad de los niños, misma que había sido despertada
con el claquetazo de arranque, llevado a cabo la mañana del sábado.
La buena fortuna
le sonrió a Negrete Ovando y a quienes lo sucedieron, puesto que los niños
mantuvieron el interés en cosas aparentemente muy teóricas, como el guion, o
más bien abstractas, como los planos de composición fotográfica, temas impartidos
por Enrique Villegas y Ana Lozada
respectivamente.
Sin embargo, en
donde los niños respondieron con mayor entusiasmo fue en música, donde quedaron
fascinados con una canción compuesta por el profesor Saúl Hernández, mientras
que en la clase impartida por la maestra Ana García dieron rienda suelta a su
gusto por crear: manipularon telas, pegamento, estambres y plumones de colores
para dar forma, cada uno, a dos títeres: uno para personificar a alguno de sus
abuelos, mientras que el segundo sería para representarse a sí mismos.
Al cabo de estas
actividades, surgieron expresiones como la de Axel Yahel Ávila Villaseñor, un
niño de diez años para quien este curso fue “algo que me gustó por las
actividades y la forma en que nos enseñaron, me gustaría que hubiera más cursos
así para otros niños”; en un sentido similar, Andrea Margarita Jacobo Quintana
externó que “Juguemos a Grabar” fue para ella “un programa muy divertido, lo
que más me gustó fue cuando grabamos y tomamos fotos”.
Pero las clases no
fueron lo único, ya que la treintena de niños pudo vivir una sesión de cuencos
y de manera posterior se llevó a cabo la proyección de un primer corte del
documental que será generado. Realizar esto fue importante, debido a que se
trató de un momento que los niños pudieron compartir con sus papás y abuelos,
para constatar también una parte del trabajo realizado este fin de semana.
En esta parte es
necesario aclarar que fue proyectado un fragmento del filme que resultará al
final, donde “Juguemos a Grabar” dará cuenta de los cursos realizados este 2018
en tres diferentes comunidades: San José de las Torres, San Pedro Pareo y
Margarita Morán, cuyos habitantes habrán de presenciar, en meses próximos, la
película documental en su corte final.